Falleció a los 97 años y el velatorio está instalado en el Tanatorio Iria Flavia de Padrón. Mañana martes 14 de julio, a las 18:00 horas, tendrá lugar el funeral en la Iglesia de Pontecesures. Seguidamente, los restos mortales recibirán sepultura en el Cementerio Parroquial de San Xulián.
Los servicios de emergencias, tras rescatar al fallecido.
El hombre que apareció muerto el sábado en el río Ulla, entre Padrón y Pontecesures, ya ha sido identificado. Se trata de un vecino de Valga de 46 años, de iniciales J.L.V.R. Está siendo velado en el tanatorio municipal de esta localidad, y será enterrado a media tarde de hoy en el cementerio parroquial de Santa Cristina de Campaña.
El fallecido vivía solo, lo que explicaría por qué la familia tardó tanto en echarle en falta y en denunciar su desaparición. De hecho, a última hora de la tarde del sábado, el cuerpo todavía no había sido identificado, a pesar de que el cuerpo apareció a las dos de la tarde y se cree que el hombre pudo caer al río a última hora del viernes.
De todos modos, todavía no se pueden concretar las causas del deceso y como se produjo. Eso sí, los primeros indicios descartan la participación violenta de otras personas. En cualquier caso, al no aparecer todavía la bicicleta y otros enseres del fallecido, tampoco se puede determinar en que zona del Ulla cayó al agua.
La comitiva fúnebre saldrá del tanatorio de Valga a las 17.30 horas, y la misa de funeral será en la iglesia de Campaña, a cuyo término los restos mortales de J.L.V.R. recibirán sepultura en el cementerio parroquial. En la esquela se advierte a amigos y allegados que el aforo máximo en la iglesia será de 25 personas, debido a las restricciones impuestas por el coronavirus.
El cuerpo sin vida del valgués fue visto en A Ponte (entre Padrón y Pontecesures) sobre las 14.00 horas del sábado. Llevaba ropa deportiva y un casco de ciclismo, por lo que se sospecha que pudo salir a hacer deporte, pero no fue identificado al estar sin documentación.
«Estamos en marcha, Cuaresma arriba, hacia la Pascua donde
encontraremos el agua bautismal del renacimiento y la luz de la
Resurrección».
En septiembre de 2006 tomo posesión de la Parroquia de San Julián de
Pontecesures, como Párroco. Al año siguiente, con motivo de la Semana
Santa, observo, en una sacristía la Imagen de un Nazareno. En
Pontecesures, no había ninguna procesión de Semana Santa, y aprovecho la
ocasión, para instituir la Procesión del Encuentro, con las imágenes de
ese Nazareno y la Virgen de los Dolores. Había que pensar en el día y
la hora, para no interferir con las procesiones de Semana Santa del
vecino pueblo de Padrón, y así, se me ocurrió que el día apropiado,
sería el Viernes Santo, por la mañana.
Basándome en las comisiones de Fiestas, de los diferentes lugares de
la Parroquia, les encomiendo la titularidad de cada una de las imágenes,
y así, saliendo de los extremos de la Parroquia, poder encontrarnos en
la Plazuela del Centro, frente a la Iglesia. Y, ¿Quién podría ser el
Predicador? el encargado de los Medios de Comunicación de la Diócesis,
el Padre Isorna, Franciscano, natural de Cordeiro, (Valga) en ese
momento era el que celebraba la Misa de la TVG.
A partir de esa experiencia, la gente se anima y deciden formar las
diferentes Cofradías, la del Nazareno y la de la Virgen de los Dolores.
Instituyéndose ambas, con sus Estatutos y con autorización del Sr.
Arzobispo don Julián Barrio, el 16 de marzo de 2010.
Así seguimos ininterrumpidamente hasta este año 2020, que por razones
de fuerza mayor, nos vemos obligados a vivirla más interiormente y
pensando, en el 2021 Año Santo Compostelano como acción de Gracias a
Dios.
D. Ramón nació en Pantiñobre, cerca de Arzúa el 20/08/1936, y
falleció el día 29/III/2020, en su residencia geriátrica Domus VI, de S.
Lázaro (Santiago).
Estaba delicado de salud y se vio agravado por el contagio del
coronavirus. Lo trataron en la propia residencia en donde estaba
aislado; llevaba varios días que se negaba a comer y estaba alimentado
con suero.
Como tantos, en otros sitios, murió sin una familia que lo pudiera
acompañar o le pudiera despedir con un beso. No dejaban verlo por la
preocupación de contagio.
Antes estuvo en un geriátrico de Calo y luego pasó a San Lázaro. Sus
hermanos se turnaban para verlo y acompañarle todos los días y también
sus feligreses de la Esclavitud estaban con él con frecuencia en la
cafetería de la residencia, contándole cosas de la parroquia.
Era muy querido en la Esclavitud en donde trabajó mucho,
especialmente organizando novenas a lo largo del año a las que llevaba
predicadores de muchos sitios. La iglesia se llenaba y , además de la
formación que recibían, tenían la oportunidad de confesarse varias veces
al año. De esto se preocupaba D. Ramón sabiendo de la importancia que
tiene para la vida cristiana. A veces incluso acortaba, si hacía falta,
las predicaciones para que el confesor estuviera disponible para ir a
confesar.
En la sacristía hay exvotos de diversas gracias o milagros que hizo
la Virgen en esta advocación de la Esclavitud, muchos son antiguos pero
también hay algunos recientes. Cuando se le preguntaba si había milagros
en su santuario siempre decía que muchos, si le pedías que contara
alguno decía, no sé. Aunque alguno sí lo contaba.
Su parroquia, el santuario, era muy visitado por estar en el camino
portugués de Santiago, pero también iban allí gentes de los alrededores,
incluso de lejos.
Tiene un hermosa robleda un atrio amplio y una iglesia en piedra y muy cuidada, por dentro y por fuera.
¿Cómo era D. Ramón?
Lo sabrán contar muy bien sus feligreses, pero era sencillo, no se
daba importancia, era afable y paciente con todos y muy de su iglesia
que tenía estupendamente cuidada.
Celebraba la Misa con amor de enamorado y sin prisas. Era ejemplo de
piedad. Podemos afirmar que era muy eucarístico y muy mariano, como
deben ser todos los sacerdotes.
Me consta que muchos sacerdotes ofrecieron la Misa por él y también
oraciones, y esperan poder asistir a algún funeral que, cuando pase toda
la pandemia, se vaya a organizar en alguna de sus parroquias.
Descanse en paz y que su recuerdo nos ayude a ser mejores.
Víctor Sánchez Lado Párroco de San Cayetano (Santiago de Compostela)
El párroco Roberto Martínez Díaz con la reliquia del Apóstol Santiago donada por el cardenal Payá y Rico a la parroquia de Padrón, donde se custodia el Pedrón.
Quiso el cardenal Miguel Payá y Rico reconocer el estatus jacobeo de
la villa de Padrón concediéndole el privilegio de custodiar de manera
permanente una reliquia del Apóstol Santiago. Se trata de un pequeño
hueso del discípulo de Jesucristo extraído del sepulcro de plata situado
bajo el baldaquino de la Catedral en tiempos del recordado canónigo e
investigador Antonio López Ferreiro. Señalan los expertos que tras el
redescubrimiento de las reliquias del mártir en el subsuelo de la
Basílica en 1879, y tras verificar su autenticidad la Santa Sede, el
entonces arzobispo de Santiago autorizó la retirada de al menos dos
pequeños fragmentos óseos con el objetivo de reactivar el culto jacobeo.
Una de estas reliquias la puso a disposición de la Mitra, es decir, se
trasladó al palacio arzobispal para venerarla el propio prelado. Es la
que desde el pasado sábado recorrerá los arciprestazgos y parroquias de
la Diócesis como preludio del Año Santo de 2021, tras cederla para esta
misión pastoral el actual arzobispo, monseñor Julián Barrio.
La
otra se venera de manera permanente en Padrón, villa y cuna de la
tradición jacobea, donde según la tradición amarró la barca que
transportó desde Haffa (Palestina) al puerto del Murgadán, en Iria
Flavia, los restos mortales de Santiago el Mayor, acompañados por sus
discípulos Atanasio y Teodoro. Allí, junto en la ribera del Sar, ataron
la barca apostólica (se dice que era de piedra, si bien los
historiadores matizan que se trataba de una barcaza pedrera, es decir,
dedicada al transporte de piedras por vía marítima) en una antigua ara
romana dedicada al dios Neptuno, el Pedrón, que hoy se conserva bajo el
altar mayor de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, donde también
se cobija la reliquia del patrón de España.
El relicario, que muestra a EL CORREO GALLEGO el párroco de la villa,
Roberto Martínez Díaz, es una pieza de orfebrería moderna en cuyo
interior se encuentra la cápsula original con el pequeño hueso del
santo. En una pequeña inscripción se puede leer «s. Jac. M. Ap.», es
decir, Santiago el Mayor Apóstol. Además, dentro de este pequeño estuche
hay también, doblado a la perfección, un certificado firmado por el
propio cardenal Payá y Rico y con sus sello arzobispal en el que
confirma que se trata de un fragmento óseo extraído del sepulcro del
Apóstol.
Explica el sacerdote encargado de su custodia que la reliquia está
habitualmente protegida en una cámara de seguridad y que se expone para
veneración de los fieles en dos ocasiones al año, principalmente. En
primer lugar, durante la novena en honor al Apóstol Santiago, que se
celebra durante nueve días antes del 25 de julio en la ermita del
Santiaguiño do Monte, donde según la tradición el Apóstol predicó el
Evangelio después de que Cristo le encomendase esta misión a los doce; y
también con motivo de la fiesta de la Traslación de los Restos del
Zebedeo, que tiene lugar cada 30 de diciembre en el templo parroquial,
en el marco de la cual el Ayuntamiento realiza una Ofrenda al santo.
La de Padrón es una parroquia jacobea donde las haya. Cuenta con
imágenes de las tres representaciones del mártir: el sedente, el
peregrino y el ecuestre, conocido popularmente como Matamoros. Uno de
los objetivos principales ahora, tanto del Concello como de la
parroquia, es que se reconozca oficialmente el antiguo Camino de
Santiago a Padrón, una variante que recorrían numerosos peregrinos
después de completar su itinerario a Compostela ya en la Edad Media, tal
y como confirman historiadores como Manuel F. Rodríguez o Manuel
Garrido, estudioso y defensor del reconocimiento de esta ruta.
PRIMADO DE ESPAÑA Y PATRIARCA DE LAS INDIAS
Los restos del Apóstol fueron redescubiertos en la Catedral en 1879, durante el pontificado del cardenal Miguel Payá y Rico (Valencia, 1811), quien fue arzobispo de Santiago entre 1874 y 1886. En ese año sería nombrado por el papa arzobispo de Toledo y Primado de España. Además, alcanzó el título de Patriarca de las Indias Occidentales. Recibió la púrpura cardenalicia de manos del papa Pío IX dos años antes de que López Ferreiro hallase en la Catedral las reliquias del Zebedeo.
A los 81 años de edad murió está vecina de San Julián, viuda de Manuel Custodia Cores.
El velatorio está instalado en el tanatorio de Padrón. El lunes 24 de febrero, a las 12:00 horas, se celebrará el funeral en la Iglesia de Pontecesures. Los restos mortales recibirán sepultura en el Cementerio Parroquial de San Xulián.