Los médicos ??lampreeiros?? se citan con el vampiro del Ulla.

Un grupo de doctores compostelanos acuden a Padrón a rendir tributo a la lamprea // Los más veteranos llevan casi cuatro décadas asistiendo al encuentro con el Chef Rivera // Una cena con seis formas distintas de prepararla.

Como cada año desde hace ya 38; es decir, casi cuatro décadas, una veintena de médicos compostelanos, la mayor parte de ellos ejerciendo en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) celebraron su cumbre lampreeira en las instalaciones del padronés restaurante Chef Rivera, coincidiendo, estos últimos años, con la semana dedicada a este feo pero exquisito bocado ancestral, perteneciente a la familia de los hiperoartios.
Decimos que se trata de una tradición ancestral ya que, cuenta la leyenda, emperadores romanos lanzaban a sus huestes a tierra padronesa para poder disfrutar de las lampreas del río Ulla. Ya contaba no hace mucho Jordi Luque que ??este vampiro de mar adentro se originó hace 500 ó 400 millones de años, es decir, mucho antes que los dinosaurios, y apenas ha evolucionado desde entonces?.

El Correo Gallego

Casa Farrucán prepara la lamprea con la misma receta de hace 138 años.

El local de A Ponte participa, un año más, en las jornadas gastronómicas de Padrón.

De la lamprea se dice que o la adoras o la detestas. No hay término medio. En Casa Farrucán, a orillas del río Ulla, en el lugar de A Ponte (municipio de Padrón), hay mucha adoración por este manjar, quizás porque la receta pasa de generación en generación desde hace 138 años, el tiempo que lleva abierta la taberna das vellas, como se la conocía antiguamente, en alusión a las tías del padre de la actual titular de este afamado restaurante.

María del Pilar Novo Pérez, de 50 años, y su marido, Manuel Losas Martínez, de 53, llevan once años al frente de la casa, un santuario para muchos en la preparación de la lamprea, siempre a la bordelesa y, a poder ser, siempre procedente de las aguas del Ulla. Cuando no hay producto de este río, cocinan la del Miño, pero siempre advirtiendo al cliente, según explica la cocinera.
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Casa Farrucán participa un año más en las jornadas gastronómicas de la lamprea que organiza el Concello de Padrón, que se celebran durante este fin de semana y el próximo. En este local lo más habitual es que el cliente encargue la lamprea entera y no por menú. «Este ano xa levamos cociñadas moitas lampreas, pero menos que outros anos porque non hai moita no Ulla», cuenta la cocinera de Casa Farrucán. De hecho, la escasez de producto es una de las preocupaciones para la celebración de las jornadas, en las que, además, «o prezo do menú vai estar moi axustado» al estar caras las capturas.

En Casa Farrucán, la lamprea a la bordelesa se cocina con dos tipos de arroces, uno en blanco y otro caldoso con la salsa de la propia lamprea, además de los picatostes. «? un prato con demanda, cotizado», asegura María del Pilar Novo, quien cuenta que tiene clientes que esta temporada ya han ido tres veces a comer la lamprea a su local.

La Voz de Galicia

El riesgo de «maltrato animal» desaparece del escudo y el estandarte oficiales de Valga.

El Concello de Valga aprobará la semana que viene en pleno el cambio del escudo oficial y el diseño del nuevo estandarte del municipio. Aunque no es la causa de fondo que propicia o impulsa esta variación, en cierto modo también se contenta a los ecologistas, ya que desaparece de la imagen todo indicio de «maltrato animal», ya que el cordero que actualmente aparece colgado de una cuerda que lo sujeta por la barriga pasará a ofrecer una imagen mucho más portentosa, sin atadura de ningún tipo.

El nuevo diseño, logrado después de muchos años de pruebas y reuniones, parece contar con el apoyo de todos, tanto del Concello, incluida la oposición, como de la Xunta.

Trabajo de un historiador

El diseño final pertenece al historiador Eduardo José Pardo de Guevara y Valdés, profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, director del Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, vicepresidente de la Comisión de Heráldica de la Xunta de Galicia y miembro del Consello da Cultura Galega, entre otros cargos.

Diseñó la gran mayoría de los escudos de Galicia y ahora también el de Valga, esta vez gracias al apoyo del técnico municipal encargado del Museo de la Historia de la localidad ribereña, Santiago Chenlo Campos.

Este último explica que el cambio del escudo se produce porque el existente no cumple las condiciones de heráldica que determina la Xunta.

Desde hace años «había contactos con la Comisión de Heráldica y se elaboraron diferentes diseños previos que no llegaron a cumplir las expectativas de todos, pero después de mucho trabajo hemos alcanzado esta solución que sí parece agradar a todas las partes», esgrime Santiago Chenlo.

Desde 1816

El escudo actual data de 1816 e incluye la imagen del cordero colgando de una cuerda porque, se cree, en aquella época alguien pudo inspirarse en el emblema del Toisón de Oro, una orden de caballería fundada en 1429 por el duque de Borgoña y conde de Flandes, Felipe III de Borgoña. En este caso se usaba el cordero como imagen porque aquel animal era un símbolo de la ciudad de Brujas, que contaba con una importante industria lanar.

Pero el Toisón de Oro solo pueden emplearlo los lugares que el propio Rey autorizó, y Valga no es uno de ellos. Además de ser un símbolo que puede generar confusión.

De lo que se trata ahora es de evitarla y de homologar el escudo con base en los criterios de la Comisión de Heráldica.

Y al mismo tiempo, como reconoce el propio técnico municipal, se evitan problemas o suspicacias si alguien interpreta que el cordero atado de la barriga puede tener relación como maltrato animal.

En este sentido, parece que todos los que fueron consultados sobre el nuevo escudo coinciden en que «mejora la imagen y se evitan comentarios relacionados con el maltrato animal, ya que la nueva representación no es visualmente tan agresiva», puntualiza.

¿Cordelería o cordero?

Así pues, sigue representado el cordero en el escudo, lo cual puede tener sus orígenes en dos cuestiones diferentes, ligadas ambas a la parroquia de Cordeiro. Por un lado la cuerda representada en el escudo proviene del latín cordarium, y podría estar relacionada con la posible existencia de una cordelería en dicha parroquia, por su proximidad al río Ulla.

Pero la derivación lingüística de cordarium a Cordeiro «también nos lleva a pensar en un año u oveja joven, siendo ésta la segunda línea de investigación que explicaría la aparición del animal en el escudo».

Hay que tener en cuenta que «en 1836 se hizo una redistribución del territorio en toda España y la antigua jurisdicción, en la que se incluía Pontecesures y parte de Catoira, tenía en Cordeiro la sede administrativa central».

Fue cuando se formó el Concello y se trasladó la sede administrativa a Ponte Valga cuando se fusionaron las imágenes del cordero, el puente y el río, según relata el responsable del Museo.

Pero no solo se renueva el escudo, sino que se presenta el estandarte de la localidad, en el que parece «como si se girara el escudo», con la corona representada a modo de picos, con los colores amarillo y azul.

Elementos originales

«Ya había una propuesta de la Xunta de hace dos décadas que no parecía acertada para el gobierno local, por lo que desde entonces se mantuvieron diversas negociaciones hasta alcanzar este acuerdo», manifiesta Santiago Chenlo.

El técnico municipal se ocupó de «aportar ideas, tratando de conservar los elementos originales pero también dejando claro que la heráldica tiene un lenguaje propio y transmitiendo los conceptos de Cordeiro, de la cuerda, del puente y del río».

Termina diciendo que «hay que entender que es algo conceptual y que el nuevo escudo también busca sencillez, tanto en el diseño como en las formas y colores, y quiere ser visualmente limpio; en los diseños anteriores las cuerdas llegaban a hacer una especie de nudos y había otros elementos que visualmente entorpecían».

Faro de Vigo

Las pesqueiras del Ulla tampoco pescan.

El escritor Miguel Piñeiro explica a la perfección tanto las características de las pesqueiras del Ulla como la historia que las rodea. Lo hace en su libro «Lampreas e Pesqueiras», publicado por Editorial Galaxia.

FARO DE VIGO acompañó en su trabajo nocturno a los titulares de las pesqueiras del Ulla, esas construcciones de piedra que ya usaban los romanos y se emplean para la pesca de lamprea. El resultado de las jornadas de pesca en estas trampas situadas dentro del cauce fluvial es tan pobre como el obtenido por el colectivo de valeiros, los pescadores que emplean las nasas butrón desde embarcación, a la altura de Pontecesures.
Unos y otros hablan de un año nefasto, y son muchos los que dicen no recordar una escasez de producto tan notoria como en esta ocasión.
En cualquier caso, el trabajo en las pesqueiras continúa. Es una actividad peligrosa, dado que cualquier despiste puede tener consecuencias trágicas a causa de las intensas corrientes del Ulla, pero los concesionarios no se rinden y siguen colocando sus aparejos en los sillares de piedra del mismo modo que lo hacían sus antepasados.
Quizás sea el momento de recordar cómo funcionan las pesqueiras del Ulla, y para ello nada mejor que recurrir a un experto como Miguel Piñeiro, autor del libro titulado «Lampreas e Pesqueiras», publicado por Editorial Galaxia.
A continuación se resumen algunas de las explicaciones ofrecidas por el autor:
[Hay dos métodos de captura más comunes y otros más particulares, pero se puede decir que los pescadores de cada curso han ido adaptando o heredando las técnicas en función del propio río, de su morfología, de sus obstáculos, de sus corrientes y remansos, de sus pozos, etc.

Dos métodos de pesca

Los métodos de pesca más genéricos son las redes y las pesqueiras.
Las redes y sus variantes son más propias de las zonas de estuario y desembocadura -en enero y febrero-, mientras que las pesqueiras son más propias de zonas más altas -en marzo y abril-. Es decir, la lamprea además de su propia supervivencia en el mar, debe pasar por dos barreras de pesca. La que no cae en su entrada al río, lo puede hacer más arriba o en las artes de los furtivos.
Las conocidas popularmente como pesqueiras son ingeniosas construcciones de la época romana formadas por grandes sillares de piedra. Están situadas dentro del río y se alinean en perpendicular o en oblicuo al curso del agua. Su estratégica situación provoca y faculta la captura de los peces cuando remontan el río. En la actualidad se conservan en relativo buen estado en los ríos Miño y Ulla.
Entre estas moles de piedra -lo que se llama corredor, pasillo o calle- o a ambos lados se colocan los «butrones» «copos» o «redes» donde entrarán las lampreas y de los que no podrán salir.
Hay pesqueiras que pescan hacia arriba -las del Miño- y otras hacia abajo -las del Ulla- como veremos más adelante.

También pescando a fondo hay diferencia entre ambos ríos; en el Miño se utilizan las «volantas» y en el Ulla los «butrones».

Las «volantas» son redes, poco o nada selectivas, que barren el río derivando aguas abajo empujadas por la corriente.
Los «butrones» -nasas cónicas o cilíndricas- son aparejos de malla y aros de hierro con un orificio de entrada -«buciño»- y sin salida. Se sitúan en el fondo del lecho por lo que son menos acaparadores que las redes.
Otra modalidad o técnica -aunque condenada a desaparecer- es la «fisga», «francada» o «tridente». Consiste en un palo o mango largo con una serie de puntas afiladas en su extremo inferior con el que se clavan las lampreas. Se puede utilizar desde embarcación o desde un puesto de pesca. La metodología de la fisga está claro que es la más primaria y poco evolucionada de cuantas se conocen ya que todos nos podemos imaginar al hombre primitivo con un palo intentando clavar un pez.

Las lampreas capturadas con esta arte tienen un valor culinario menor, pues pierden parte de su sangre, indispensable para su preparación.
Un cauce íntegramente gallego

El río Ulla es el primer cauce íntegramente gallego, entendiendo por tal que nace, recorre y desemboca en Galicia sin que medien otras administraciones.
La significación de este curso solo es comprendida por sus ribereños y conocedores. El Ulla es al Ullán lo que el Miño a Ourense y a Lugo.
La concesión para pescar lampreas en las «pesqueiras» del Ulla tiene su origen en un documento fechado en el siglo IX que en actualidad está en poder de la familia Lago de Herbón y que en su día fue interpretado por un fraile del Convento de los Franciscanos.
En 934 el monarca Ramiro II donó a la iglesia de Santiago el Condado ??commiso?? de Postmarchos, delimitado por los ríos Ulla y Tambre (Tumbo A, doc. 40, p. 110).
Era uno de los límites del coto de la iglesia de Santiago, confirmado por Alfonso VII, en 1127, desde el río Iso hasta el mar y desde el Tambre al Ulla (Tumbo A, doc. 98, p. 210).
(?) El inquieto y riguroso Xosé Lois Ladra cita la aportación de datos de Quilez (1947) sobre las pesqueiras del Ulla. En concreto hace referencia a la cesión que realizó el Monasterio de San Martiño en el año 1533 a un matrimonio. La explotación de las mismas pasó en 1580 a otro particular con la obligación de rendar varias docenas de lampreas. Curiosamente este pago habría de hacerlo efectivo en 1900, «trescientos veinte años después del acuerdo».
Desemboca el Ulla en la carismática Ría de Arousa y hermana sentimientos como demuestra el Patriarca de las Letras Galegas, Ramón Otero Pedrayo, en una carta inédita remitida a Xosé Piñeiro Ares en 1964: «Vindo do Porto dinlle ó Ulla, na ponte, as memorias que me diron para il os outros ríos de arelanza saudosa: o Douro, o Neiva, o Cávado, o Limia, o Miño, o Fragoso, o Lérez, o Umia; e seus poetas».
Mientras que el Tambre, el Umia, el propio Miño y otros ríos gallegos, tienen una presa cerca del mar, el Ulla la tiene a casi 80 km por lo que dispone de un buen tramo de río, aunque insuficiente, para ser remontado por las especies migradoras.
En 1962 la empresa Hidroeléctrica Moncabril S.A. consigue una concesión para la explotación del kilowatio en río Ulla. Se anuncia la construcción de trece presas. Posteriormente, Fenosa compra la concesión de Moncabril y a finales de la misma década levanta la antiestética ??93 m de altura- y lesiva presa de Portodemouros con 297 hm3 de capacidad.
A unos 20 km de la desembocadura, a orillas del río donde se hace notar el efecto de la marea, está Padrón, cuna de escritores, poetas, pimientos y… pesqueiras.
Julio Lloréns dice en «La pesca deportiva del salmón en Galicia» que «en el monasterio de Hervón empieza la parte fluvial propiamente dicha mientras que el «Informe del Servicio Piscícola de A Coruña» de 1945 habla de la «Ría de Padrón».
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La localización

Las pesqueiras en activo del Ulla se localizan desde Herbón, en la zona baja, hasta Sinde, en su parte más alta; unos ocho kilómetros de curso fluvial, aunque más arriba, en el coto salmonero de Couso, hay una pesqueira deshabilitada conocida por o lampreeiro y Julio Lloréns califica a la presa de Couso como antigua pesqueira. P. Hervella cita una pesqueira a unos 65 km, aguas arriba, a pocos metros del puente de San Xusto, muy cerca de la presa de Portodemouros.
Las pesqueiras del Ulla están formadas por grandes bloques, más o menos cuadrangulares, de piedras de muy variados tamaños. Las construcciones que mejor se conservan cruzan prácticamente todo el río y soportan extremas corrientes de agua en el caudaloso Ulla invernal.
Sus dimensiones varían pero la media es de tres metros de alto por dos de lado y otros tantos de ancho. Están alineadas en perpendicular a la corriente cruzando casi todo el río menos una gran corriente central que se llama «vena» y que queda libre de trampas.
A los huecos que hay entre los bloques, en este río se les llaman «boquetes» o «pasillos» y es el lugar donde, a semejanza a las pesqueiras del Miño, se arman los artilugios de pesca.

Características

Las redes o nasas con las que se capturan las lampreas en las pesqueiras del Ulla se componen de una boca -estructura metálica o de madera, cuadrada o rectangular, que recibe el nombre de cangalla- y de la red cónica que va atada a la entrada de la trampa. La medida total del aparejo varía de de uno a dos metros.
Esta nasa tiene adosado un brazo metálico que le faculta poder realizar un movimiento vertical para introducirla y sacarla del agua.
Para izar la nasa del agua están provistas de una cadena o cuerda atada a la cangalla. Esta cadena va asegurada en o trancadoiro, la pieza de piedra o el árbol donde se engancha.
Las lampreas intentan superar la fuerza de la corriente en los pasillos de la pesqueira ya que la nasa no los tapa en su totalidad. Aquellos ejemplares que no lo consiguen caen dentro de las redes y la fuerza del agua les impide salir. Las pesqueiras del Ulla pescan, pues, aguas abajo a diferencia de las del Miño que lo hacen aguas arriba.
Para llegar a las pesqueiras del Ulla en su parte más baja, saldremos de Padrón por la carretera a Ponte Vea, subiendo el río Ulla donde va marcando el límite provincial entre A Coruña y Pontevedra.
Las pesqueiras de este curso están divididas en cuatro tramos o grupos: el primero está en Herbón, el segundo está en Carcacía-Lapido y Carcacía, el tercero está en Barcala y Sinde; el cuarto y último es Reis.
Las pesqueiras de Herbón son 5.
Las primeras se llaman As Areas (Coordenadas UTM: X 529457/Y 4731135) y tienen la subdenominación de Areas (las de la mitad del río en su orilla norte) y Traxeito (las de la otra mitad, en la orilla sur). Miden 118 m. Areas tiene 6 pescos y 5 pasillos, Traxeito tiene 9 pescos y 8 pasillos.

La explotación de esta construcción pertenece a 5 propietarios y está repartida por grupos de muros denominados Cabildo, Cuarteles, Xanza, Mitra y Cortiñas. Estos pescos fueron adquiridos por separado.
Los nombres de los pasillos o boquetes son: Mardel, Segundo, Novo, Derrubado, Larchán, Amereiro, As Maimoas -ya caída- O Pexego, a Agulla, Pexego, a Cancela, o Láparo, o Chingado, o Badal, o Pesqueiro y o Cajón.
A 700 metros, río arriba, están las segundas pesqueiras, llamadas As Bellas (C. UTM: X 530156/Y 4731252) con la subdenominación de Bellas y Ribeiro (con la misma distribución geográfica que las Pesqueiras de Areas). Miden 91 m. Bellas tiene 4 pescos y 3 pasillos, Ribera 8 pescos y 7 pasillos.
Cada pasillo tiene, a su vez, su propio nombre: o da Curcuxa, o da Francisca, o Quintón, o Pexego, a continuación está la vena central sin armar, Pexego, Virguería, o Cabalo y o Cachopo.
A 519 m está, la tercera construcción, el particular y único Canal de Herbón (C. UTM: X 530 3779/Y 4731280). Llega a los 120 m de longitud entre los dos muros y alberga 4 puestos de pesca en la orilla norte y 3 en la sur, sumando 5 pasillos en total.

O Canal

La pesqueira de O Canal, está compuesta por unos muros en forma de vértice ??una V- orientado hacia la corriente para desviar el agua a las orillas donde están las trampas pero los muros no cercenan la corriente totalmente sino que están separados por una vena central de dos metros que permite el remonte de las especies migradoras.
Hay semejanzas entre esta pesqueira, las ya citadas del Miño y algunas otras del Tambre ??como veremos- pero la construcción o el modo de pesca varían ostensiblemente.
Las del Miño tienen la V en sentido contrario de manera que los peces en su remonte llegan a los muros y tienen que desviarse hacia las orillas donde también se sitúan las redes.
Las del Tambre tienen el pico de la V hacia la corriente y sin vena central, de manera que los muros se unen totalmente en el centro del río y derivan el agua hacia las orillas donde estaban las trampas.
Las más semejantes, en formato, a esta pesqueira del Ulla son una serie de construcciones galaico-portuguesas que unen sus muros en el centro del río. Ellas son: Novo, Ribeira Velha, Brandouro da Mancela, Fumega e Fontao en Prado; Paderne y Chaviaes (con vena central) y Novas de Braço en Alvaredo; Mosqueiros en Remoaes, otras tres en Prado y Seixeira Nova en Paços. Las del Tambre son: Cornedo, Xan-Latedo, Gándara-Pouso y Dorna en Negreira.
Por tanto consideraremos a la pesqueira de O Canal como construcción mixta o híbrida y se puede decir que única en Galicia.
A 333 m, aguas arriba, están las cuartas pesqueiras llamadas Prateado, en la actualidad muy deterioradas y con un gran boquete central. Tiene 5 pescos y 4 pasillos en una orilla y 6 poios con 5 pasillos en la otra.
La quinta pesqueira y última de Herbón es A Trapa. Tiene 6 pescos y 5 pasillos a un lado y 4 pescos con 3 pasillos al otro.

Casetas de vigilancia

El segundo grupo de pesqueiras está en Carcacía con la subdenominación de Carcacía-Lapido en la orilla norte y Carcacía en la sur.
Este grupo tiene 8 construcciones.
La primera es Furado en Carcacía-Lapido y A Caseta en Carcacía, ambas con 3 pescos y 2 pasillos cada una. En todas las pesqueiras, los propietarios montan unas casetas donde pasan la noche para efectuar labores de vigilancia; suelen ser construcciones rústicas de madera y plásticos salvo la de esta pesqueira que está excavada en la roca.
La segunda es Muxena con 3 pescos y 2 pasillos en Carcacía-Lapido y Furado con 2 pescos y 1 pasillo en Carcacía.
En la tercera, Carcacía-Lapido carece de construcciones mientras Lombeira en Carcacía tiene 2 pescos con 1 solo pasillo.

La cuarta es Aguadalta con 3 pescos en Carcacía-Lapido y Nova en Carcacía con otros tantos; ambas tienen 2 pasillos.
La quinta carece de construcciones en Carcacía-Lapido mientras Loureiriña tiene 3 pescos y 2 pasillos en Carcacía.
La sexta es Loureira con 3 pescos y 2 pasillos en Carcacía-Lapido y 2 pescos con 1 pasillo en la pesqueira también lamada Loureira en Carcacía.
La séptima se llama A Forrica en Carcacía-Lapido con 2 pescos y 1 pasillo y Lago en Carcacía con 3 pescos y 2 pasillos.
La octava y última de esta serie se llama Carballo, teniendo 3 pescos en Carcacía-Lapido y otros 3 denominados igual en Carcacía; en ambos casos tienen 3 pasillos.
Sinde y Reis

La tercera serie de pesqueiras son las de Sinde y Barcala. Las de Sinde se llaman Freixeiro con 2 pescos y 1 pasillo mientras que las de Barcala se llaman Bumio y tienen 3 pescos y 2 pasillos. Bumio es la última pesqueira de la orilla sur del Ulla.
Ya por último, está el cuarto y último grupo de pesqueiras, llamadas Reis compuesto por 2 construcciones.
Las primeras son los dos pescos de Bustelo y las segundas los dos de Lampreeiro; en ambos casos tienen 1 pasillo.
Las pesqueiras de Reis están en desuso en la actualidad.
Pocos metros abajo del coto de Couso, están las pesqueiras de Bustelo, con un pasillo cada una, y en límite inferior del propio coto está la pesqueira de O Lampreeiro o Corgos con un solo hueco.
El Ulla ha cambiado con el paso de los años y a algunos de estos pasillos no les llega el agua por lo que no se pueden armar. Al hecho de que una trampa consiga ejemplares en abundancia se le denomina «que paga bien» o que «corre bien».
La normativa oficial permite la pesca desde las 8 de la tarde hasta las 8 de la mañana descansando sábados y domingos.
Las primeras en abrir la temporada son las pesqueiras de As Areas y Bellas que lo hacen de enero a marzo. Después abren las siguientes de febrero a abril.

Una barcaza en As Areas y Bellas

El sistema de levantado de copos en As Areas y Bellas es muy vistoso pues los propietarios utilizan una primitiva, arcaica, rústica y nada convencional barcaza llamada Ana María. Esta barca se construye de nuevo cada 6 o 7 años.
Los propietarios de la explotación de estas pesqueiras utilizan la barca para acercarse a los pescos, luchando con la brava corriente y poder acceder a cada uno de ellos. Tan artesanal es la barca como los propios remos pero la pericia de los tripulantes amortigua tales inconvenientes. Hay días que la corriente los lleva más de medio kilómetro aguas abajo. El éxito de la operación radica en entrar adecuadamente en la corriente. Si la operación falla, la consecuencia es el doble de trabajo y esfuerzo.
Estas pesqueiras son explotadas en la actualidad por veinte concesiones que corresponden a otras tantas personas y a sus familias.
El reparto entre los propietarios es por «quintas» de tal difícil entendimiento como explicación.
Las «partillas» son la base para el reparto entre propietarios.
Una lamprea tiene cinco quintas de propiedad. Si un propietario tiene media quinta en una trampa, quiere decir que de diez lampreas le corresponde una. Quien tenga una quinta doce -una quinta y medio cuarto- tendrá un ejemplar por cada lote de cinco lampreas y aún le queda cuarto y medio.
La mayoría de las pesqueiras de Herbón se conservan en un estado magnífico si tenemos en cuenta su antigüedad y que han soportado la furia del río y el inexorable paso del tiempo durante siglos. Y en el capítulo de agresiones, es mejor no mentar las realizadas impunemente por la mano del hombre. Hay pesqueiras que se refuerzan año tras año con cemento sin el menor rigor estético. Pero mucho más grave es el abandono total y absoluto de las distintas administraciones. Mientras Arbo en el Miño ha sabido hacer de sus pesqueiras un centro de interés turístico, las pesqueiras de Padrón están abandonadas a su suerte sin que nadie repare en que representan un patrimonio único].

Faro de Vigo

La temporada de lamprea en las pesqueiras del Ulla en Herbón está marcada por la ausencia de capturas.

Hasta ahora, la temporada de pesca de lamprea en el río Ulla a su paso por Herbón, en el municipio de Padrón, está resultando «moi mala», sin capturas en algunas de las pesqueiras. Es el caso de las que Antonio Caldelas, de 54 años, trabaja debajo del convento franciscano. En O Canal, que así se llaman, este vecino de Herbón no capturó ni un solo ejemplar y, al principio de temporada, incluso se planteó si montaba o no los aparejos de pesca, ante las malas expectativas.

«Xa sabía eu que hoxe non ía coller unha lamprea», comentaba ayer Antonio Caldelas tras levantar las cuatro redes que echa en los tres boquetes de O Canal. Tampoco capturaron nada los pescadores que trabajan las pesqueiras siguientes del río, aguas abajo, As Vellas, en las que usan una barca de madera para moverse por el cauce.

«A lamprea aínda non subiu do mar ao non haber riadas no seu tempo», señaló Antonio Caldelas en alusión a la falta de lluvias intensas y crecidas en los tres meses finales del año pasado. En O Canal empezó a echar las redes el 28 de febrero y puede hacerlo hasta el 22 de abril, aunque se teme ya que la temporada acabe parecida al del año pasado, cuando resultó «fatal» al capturar solo una veintena de ejemplares, según cuenta.

«A lamprea ten que subir a desovar, máis cedo ou máis tarde, pero fai falla que tire o aire do norte e que haxa unha revoltura, para que o mar as bote fóra». Así resume el vecino de Herbón las condiciones para que la temporada cambie el rumbo y se pueda normalizar la pesca en las milenarias pesqueiras de Herbón.

Ayer, Antonio Caldelas, que lleva toda la vida yendo al río -ya «desde pequeniño co meu pai», dice- no cogió ni una lamprea, pero sí levantó en una de las redes un pesado tronco de madera que le rompió el aparejo. «Mira que ganancia saquei xa», se lamentó el pescador.

La escasez de capturas se extiende a todo el río, incluido el tramo vecino de Pontecesures, aunque aquí sí hay algo más de pesca. En Herbón, este año las primeras pesqueiras, las de Areas, se han quedado sin trabajar de momento por la falta de caudal del río. Según contó Antonio Caldelas, el nivel está un metro y medio por debajo de lo que necesitarían sus pesqueiras para cubrir las paredes de piedra. «Con auga, a lamprea sube como un tiro», explicó.

A pocas capturas, buenos precios y, por lo que sabe este pescador, la lamprea grande se paga a unos 40 euros. Pero sin capturas, Antonio teme una temporada aciaga: «Non vou sacar nin para pagar os permisos». Habrá que esperar, pero el pescador ya se plantea que «se non probo a lamprea este ano, non deito máis», en alusión a echar las redes al río.

La Voz de Galicia

Los cosacos ortodoxos pasarán por Pontecesures.

En Vilanova nunca tal se vio. El propio alcalde, Gonzalo Durán, se confesó sorprendido por la estampa que dejó ayer la Asociación Española de Cosacos del Volga durante su visita al municipio. Hombres fornidos vestidos con ropas militares y gorros al estilo Doctor Zhivago marchaban a buen ritmo y cantando, portando a hombros una suerte de trono de madera con un icono de la Virgen María. El séquito se completaba con sacerdotes ataviados de negro y lustrosas cruces y mujeres con la cabeza cubierta y faldas largas, según la tradición ortodoxa.

Su presencia en Vilanova se inscribe en el peregrinaje que están realizando a Santiago a través de la Variante Espiritual que atraviesa la comarca. No es casual. La Mancomunidade do Salnés lleva un par de años haciendo contactos en Rusia con el fin de captar turismo de aquel país y sigue apostando por este mercado con su próxima participación en una feria de turismo en Moscú.

La visita de ayer tenía más visos religiosos que turísticos, pero, sin duda, contribuirá a dar a conocer Galicia en la tierra de los zares. Por de pronto, desde la asociación dicen que les gustaría volver y Gonzalo Durán se comprometió a atender la invitación de su presidente, Alexander Vasilenko, para viajar a los dominios del Volga. Su ruso es limitado pero el regidor alcanzó a decir spasíbo (gracias) y le entregó una placa como muestra de agradecimiento.

La delegación cosaca llegó el martes al monasterio de Armenteira y de allí se trasladó a Vilanova, donde fueron objeto de una recepción institucional en el Concello. De las labores de traducción se encargó el capellán Andrey Kordochkin, que demostró un perfecto dominio del español ante un auditorio en el que predominaban las cabelleras rubias. El grupo que se desplazó a Galicia está compuesto por 53 personas, la mayoría hombres, aunque también hay algunas mujeres y un niño. De estos, 21 proceden directamente de Rusia y el resto son rusos afincados en España que, a través de esta asociación y con el apoyo de su embajada, promueven actividades con el objetivo de dar a conocer su cultura y su religión, al tiempo que actúan de embajadores de una España que trasciende a la «playa y la paella» , según explicó Kordochkin.

Su periplo entre los bosques de Armenteira y los viñedos de Vilanova les dejó huella. «La ruta nos cambió por dentro», señalaba ayer Vasilenko, y todavía les faltaba vivir el momento más emotivo, que se espera para este mediodía en la misa del peregrino, en la catedral de Santiago. Hasta entonces, todavía tenían muchos kilómetros por delante, por tierra y por mar. Desde el puerto de Vilanova se embarcaron ayer por la mañana en catamarán para cubrir el trayecto del camino que rememora el traslado del apóstol hasta Pontecesures por la ría de Arousa y el río Ulla. A partir de ahí emprendieron camino hacia Compostela, disfrutando de un día espléndido y turnándose para portar el icono de la Virgen. La pieza viaja sobre una plataforma de madera que pesa unos cuarenta kilos. Cuando el camino tiene ancho suficiente, la llevan entre cuatro hombres, y dos cuando este se estrecha, pero María siempre viaja con ellos.

Según explicó Andrey Kordochkin, la imagen apareció «milagrosamente» el 21 de octubre de 1917 en Rusia y, a partir de ahí, los cosacos ortodoxos la llevan en procesión por todo el país, y ahora también por el extranjero, como símbolo de su fe. Nunca había estado en Galicia. Esta deuda queda saldada.

La Voz de Galicia