El pasado domingo varios de ellos dejaron toda la basura tirada.
El gobierno local de Padrón se reunirá estos días para analizar algunos aspectos de las fiestas de la Pascua, entre ellos el mercado del domingo grande y la basura que deja tras de sí, según confirmó ayer el concejal Andrés Sanmarco, que un año más corrió con el peso de organizar los festejos. El pasado domingo, a las nueve y media de la noche, en la zona comprendida entre el lateral del campo de fútbol y el río Sar, quedaron cientos de cajas vacías de zapatos, además de otros cartones y plásticos, como se puede ver en la fotografía.
Los puestos de venta allí instalados durante ese día fueron levantados sobre las nueve y media, de modo que los pascueiros pasaron junto a los residuos hasta por la mañana, cuando fueron retirados. Desde el Concello, Sanmarco considera que no se pueden admitir este tipo de actos y de ahí que, a nivel personal y después de lo visto este año, sea partidario de no meter puestos de mercado en los tres domingos en los que trabajan las atracciones: Ramos, Pascua y Pascuilla.
A mayores, se dio otra circunstancia. En esa misma zona, entre los puestos instalados de un lado (campo de fútbol) y del otro (río Sar) y las miles de personas que pasaron por allí, hubo momentos en los que no cabía un alfiler en la calle y casi había dificultades para moverse, con lo que más de una persona comentaba el domingo por la mañana que «menos mal que non pasa nada xa que, se chega a pasar, a ver como saímos de aquí», en alusión a que, claramente, se incumplió cualquier plan de emergencia posible.
Algo similar ocurrió también en la zona del otro lado del campo de fútbol y la vía N-550, con el pasillo que forman los puestos de un lado y otro. También la zona de las pulperías, sin duda, una de las más concurridas de toda la Pascua, es un embudo y un punto problemático en caso de emergencia. «O Concello terá que decidir se quere ter mercado ou quere ter postos de Pascua; todo máis todo non pode ser, por moito que queira recadar», opina un vecino. Lo cierto es que el domingo hubo momentos en los que «metía medo» andar por esta zona con tantos puestos y tanto público.
La Voz de Galicia