La lamprea.
Estoy seguro que si Benedicto XVI hubiera realizado su visita a Santiago entre enero y marzo y no en este noviembre, en la comida que se le ofreció ayer no hubiera faltado la famosa lamprea, esa especie de serpiente que sube a desovar a las rías y que, según los gastrónomos «no es carne ni pescado». Lo que sí se sabe de la lamprea es que aparece en la comida de las legiones romanas y que los soldados las llevaban en el zurrón, dentro de ollas de barro, cocinadas en su propia sangre. Benedicto XVI sí la habrá visto en los muros del comedor del Palacio Arzobispal, donde los artistas dejaron constancia e su presencia como el más preciado manjar en las mesas de los clérigos, arciprestes y obispos.
Extracto de la columna AZUL & ROSA de Jaime Peñafiel
EL MUNDO, 07/11/10
0 comentarios