Poco pez para tanto apetito.
Los 308 ejemplares se agotaron antes de las tres de la tarde.
Pontecesures estuvo ayer de fiesta por partida doble. En la vertiente religiosa celebró San Lázaro, con misas todo el día, y en la pagana profesó culto a la lamprea, el pez rey del río Ulla. Diecisiete años cumplió esta cita anual, y lo hizo en buena forma. Las 308 lampreas que se cocinaron para la ocasión supieron a poco. Cuarenta y una de ellas se vendieron cocinadas enteras (una novedad este año), a 30 euros, y el resto se distribuyeron en 735 raciones, a 5 euros. A las tres menos cuarto de la tarde se habían agotado ya la existencias de modo que el gobierno local no dudaba ayer en hablar de «éxito», máxime teniendo en cuenta que los preparativos fueron complicados. El Concello tuvo problemas para reunir la lamprea suficiente para organizar la fiesta debido a la escasez de capturas. La sequía está pasando factura, también, a la pesquería de esta especie. Pero finalmente los valeiros se las arreglaron para reunir una cantidad suficiente con la que abastecer la fiesta. Con todo, hubo que tomar medidas extraordinarias como la de reducir las raciones a la mitad: el plato llevaba dos trozos en vez de los tres habituales, además del arroz y los picatostes. La medida se tomó para poder cubrir una mínima demanda, con la consiguiente rebaja del 50 % en el precio respecto al año anterior. Los que no llegaron a la lamprea a la bordelesa tuvieron que echar mano del churrasco y del pulpo, que también se servía en la carpa instalada en el recinto portuario, y que también se agotó.
Entre quienes acudieron ayer a Pontecesures estuvo el secretario xeral del PSdeG-PSOE, Manuel Pachi Vázquez, y representantes de la mayor parte de los concellos próximos a la localidad. El pregón, ofrecido al mediodía, corrió a cargo del televisivo cocinero André Arzúa.
LA VOZ DE GALICIA, 26/03/12
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