El Concello legaliza «in extremis» una casa de Pontecesures pendiente de derribo.

El día 12 de septiembre, los propietarios de la vivienda ubicada en el lugar de O Rial, en Pontecesures, pudieron respirar aliviados. La junta de gobierno local acordó ese día conceder licencia a esa casa y, además, solicitar al jugado la inejecución de la sentencia que obligaba a derruir la edificación antes del 30 de este mes. El incumplimiento del primer plazo marcado por la Administración judicial para que se procediese a la demolición del inmueble ya supuso una multa de 1.200 euros al regidor cesureño, el nacionalista Luis Álvarez Angueira.

El caso de la vivienda de O Rial lleva años dando vueltas entre los despachos de los juzgados y los del Concello de Pontecesures. La jueza que lleva el caso planteó a la Administración local la posibilidad de esquivar el derribo, tal y como había sido establecido, mediante la legalización del edificio, toda vez que los propietarios habían corregido las irregularidades que lo habían dejado fuera de ordenación.

Finalmente, el Concello ha apostado por dar licencia a la vivienda. Y la decisión se ha tomado, explicaba ayer el alcalde Álvarez Angueira, después de un proceso «moi escrupuloso» en el que se ha ido paso a paso, «remitindo ao xulgado todos os informes de todas as medidas que se ían tomando».

El abogado de los propietarios de la casa en cuestión, Xoán Barreiro, mostró ayer su confianza en que este asunto se resuelva definitivamente en cuestión de días. «Estamos agardando a que o xulgado acorde a suspensión de execución da sentencia, e non debería tardar moito», señalaba el letrado. Reconoce que el paso dado por el Concello, por el que sus defendidos llevaban mucho tiempo aguardando, ha alividado la presión que estaba sufriendo la familia que «polo menos neste frente parece que está vendo por fin a luz ao final do túnel». Y es que este asunto se inició tras la interposición de una demanda por parte de un vecino con el que los propietarios de la casa tienen aún otras cuentas pendientes. Pero ninguna del calado de este, que hizo peligrar su casa.

LA VOZ DE GALICIA, 27/09/12