La cesureña Victoria Eugenia Soto Magán resulta ejemplar.
He tenido noticias de que una de nuestras estudiantes gallegas, Victoria Soto, de la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidade da Coruña, acaba de ganar el primer premio (ex aequo) del prestigioso Concurso de Ideas ANfhARQ/FYM, cuyo lema este año era «ARQ-TMOSFERAS: Soluciones sostenibles en hormigón arquitectónico», al que se presentaron más de 150 propuestas que tuvieron que juzgar reputados especialistas de España y del extranjero en la ETSA de la Universidad Politécnica de Madrid. Luego me enteré que Victoria había conseguido una beca SIGUE (Sistemas de Intercambio entre Centros Universitarios Españoles) lo que le permitió hacer una estancia en la Universidad de Sevilla y desarrollar su proyecto «Buscando luz y sombra» junto a otros tres compañeros en la ETSA sevillana. Finalmente supe que Victoria había decidido dedicar sus vacaciones a realizar primero una estancia en Milán, trabajando en el panel de arquitectura ecológica «Cybergardening the city» con la AA School de Londres (una de las mejores escuelas de arquitectura del mundo) y luego redactar, ya de vuelta en casa, dos artículos para la revista italiana DOMUS y la británica AA. Menudo ejemplo de entrega y sacrificio, pensé. Incluso de valentía y convencimiento al despuntar, como mujer, en el difícil mundo de la arquitectura.
Antes del verano las Comunidades Autónomas y los Rectores discutieron la subida de las tasas universitarias. Los medios de comunicación entraron en el debate sobre si los estudiantes aprovechaban las becas, si se debían de subir las tasas de segunda y sucesivas matrículas y mantener el precio de la primera matrícula, etc. El foco de atención en los medios se desvió hacia los supuestos malos estudiantes y el desaprovechamiento de los recursos públicos, como si se tratara de una clara actitud que había que atajar.
Sin embargo, tras mi paso como docente por tres universidades públicas y con la experiencia que me han proporcionado los miles de estudiantes que han pasado por mis clases, no podía de dejar de observar atónito el espectáculo. Nuestra preocupación, la de los padres, políticos, gestores y profesores ha de ser el estudiante que, en la medida de sus posibilidades y capacidades, se esfuerza por superarse, que son la mayoría. Hemos de buscar fórmulas para incentivar su formación y su vocación, y facilitar los medios humanos y económicos para que así sea. Los que intento transmitir es que la mayoría del estudiantado que accede a la Unniversidad sí rinde y estudia si le proporcionamos los estímulos y los recursos apropiados, y que es preciso conocer los méritos y los logros de nuestra juventud. Valorar y exponer el potencial de nuestros jóvenes contribuye al desarrollo de su inteligencia emocional, y es una tares en la que todos hemos de participar. Enhorabuena Victoria, por tu esfuerzo y por tus méritos.
Columna «Políticas de Babel». José Manuel Estévez Saá
EL CORREO GALLEGO, 27/08/12
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