Un cesureño y un matrimonio de Riveira entre los muertos por el accidente de tren.
La tragedia en la que, desde la noche del miércoles, está sumida Galicia ha golpeado de lleno a las comarcas del Ulla-Umia y O Barbanza. De Pontecesures y Riveira eran naturales dos de los 80 fallecidos en el descarrilamiento del tren Alvia ocurrido a escasos cuatro kilómetros de Santiago, en el lugar de Angrois.
Ya en la misma noche del accidente se temían lo peor en Pontecesures. Antonio Jamardo Villamarin, vecino de la localidad, viajaba en ese fatídico ferrocarril y estaba desaparecido, no daba señales de vida. Ayer por la mañana se confirmó la noticia cuando sus familiares fueron llamados para reconocer el cadáver en la improvisada morgue en la que se convirtió el Multiusos del Sar. La incredulidad inicial dio paso después a la desolación en la villa cesureña, en la que Antonio Jamardo nació hace 40 años. Es el mayor de cuatro hermanos (tres varones y una mujer, la más joven) y su madre está viuda.
Hace años que Jamardo Villaverde residía en Madrid, donde trabajaba como comercial para una empresa del sector del aluminio. Pero siguió manteniendo un estrecho contacto con sus parientes y amigos de Pontecesures, a donde regresaba por Navidades y en verano. El miércoles se subió con su novia al tren accidentado para asistir a la boda de uno de sus hermanos, que iba a celebrarse mañana en Calo (Teo). Su pareja permanece ingresada en un centro hospitalario con varios huesos rotos, pero la peor parte del accidente se la llevó Antonio a quienes sus conocidos definen como ??unha excelente persoa. Un rapaz moi alegre, sempre estaba de broma? y ??encantábanlle os nenos, que o adoraban?.
La noticia de su fallecimiento corrió como la pólvora en Pontecesures y por las redes sociales, que se llenaron de mensajes de condolencia y pésame para la familia. Los portavoces de los grupos políticos cesureños se reunieron con urgencia y emitieron un comunicado conjunto expresando su ??conmoción? al confirmarse que una de las víctimas era su vecino y, en general, para solidarizarse con las familias de todos los fallecidos y heridos. Igualmente, se mostraron agradecidos a los servicios de emergencias, sanitarios, cuerpos de seguridad del Estado y vecinos que no dudaron en auxiliar a los afectados por el accidente. Y es que a Santiago llegó ayuda desde todas partes de Galicia. La agrupación de Protección Civil de Cambados fue una de las que acudió a socorrer a las víctimas, colaborando en las tareas de rescate de heridos y en la recuperación de cadáveres. ??Fue uno de los días más duros de mi vida?, afirma impactado Iván Marín, uno de los voluntarios cambadeses. Médicos del Hospital do Barbanza se traladaron al CHUS de Santiago para reforzar la asistencia sanitaria a las víctimas y los bomberos suspendieron la huelga durante siete días para colaborar en las tareas de rescate.
La consternación llegó también a Riveira, donde en la tarde de ayer se confirmaba el fallecimiento de José Luis Valeiras, natural del municipio, y su esposa. Su familia es muy conocida en la zona ya que los hermanos de José Luis regentan una administración de loterías en la villa. El matrimonio residía desde hace muchos años en Cartagena, pero todos los veranos regresaban a la villa barbanzana para pasar una temporada. Riveira era el destino del fatal viaje que emprendieron en el convoy Alvia. Ninguno de los dos salió con vida. El cuerpo del hombre ya había sido identificado a media tarde de ayer, no así el de su esposa. En principio, indicaba el alcalde riveirense, Manuel Ruiz Rivas, no está previsto que ninguno de ellos sea enterrado en el municipio. El Concello emitió un comunicado de ??condolencias? ante semejante tragedia.
En el tren viajaban otros riveirenses que tuvieron más suerte. Es el caso de Carla, una joven que fue socorrida por los vecinos de Angrois y cobijada en una vivienda de la zona, donde ??me atenderon? hasta que su familia llegó angustidada a buscarla. Su madre, que apenas puede contener las lágrimas, se deshace en ??agradecementos? a las personas que la ayudaron.
DIARIO DE AROUSA, 26/07/13
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