Las lluvias siguen destapando nuevas carencias en los centros de enseñanza.
El colegio de Pontecesures ha tenido que clausurar el gimnasio por goteras
La humedad se ha filtrado hasta el parqué y ha levantado algunas de las tablas. martina miser
Los alumnos del colegio público de Pontecesures se han quedado, temporalmente, sin gimnasio. La cubierta de este edificio presenta una serie de deficiencias a través de las cuales se filtra la humedad y la lluvia. Tanto es así, que el recinto se ha llenado de cubos para recoger el agua que, en ocasiones, cae del techo. Pero ese problema, siendo el más visible, no es el único: las humedades que entran desde el techo se filtran hasta el suelo, levantando algunos de los listones de madera que lo cubren.
Ante un problema que no deja de crecer, la dirección del centro ha decidido cerrar las instalaciones. Lo acordó ayer, tras comprobar que la sucesión de charcos y tablas sueltas podría acabar provocando un accidente, causando un disgusto serio. Para evitarlo, se acordó el cierre del recinto durante al menos una semana. Pero, finalmente, el tiempo en el que los rapaces se quedarán sin pisar el aula de gimnasia podría ser menor: el Concello y la Xunta han llegado a un acuerdo para solucionar un problema que se arrastra desde hace tiempo.
Según explicaban ayer tanto desde el Concello como desde la jefatura provincial de Educación, serán los operarios municipales los que en esta ocasión saquen las castañas del fuego, o los peligros del gimnasio. Según explicaba Roque Araújo, el concejal socialista delegado de Educación en Pontecesures, una brigada se encargará hoy mismo de arreglar el parqué. Claro que esto es solo un remiendo para salir del paso.
Los integrantes de la unidad técnica de la Xunta acudieron ayer al colegio y comprobaron que la cubierta del gimnasio no tiene fácil arreglo: es necesario cambiarla totalmente, ya que presenta problemas estructurales. Y la Xunta se ha comprometido, explicaban ayer desde el gabinete de prensa de la jefatura provincial, a «dar prioridad» a esta obra en los presupuestos del año que viene. El gobierno local, a través de Roque Araújo, se mostraba ayer satisfecho por el compromiso arrancado a la Xunta y que se sustenta sobre «una partida que existe para abordar obras de urgencia». Sobre plazos, en cualquier caso, no se ha querido pronunciar la Administración autonómica, que se limitó a indicar que los trabajos se harán «en cuanto se pueda». Lo más probable, sin embargo, es que se aproveche el próximo verano, cuando las aulas estén vacías, para realizar las tan necesarias obras de reforma.
La Voz de Galicia
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