Un micro para hacerse escuchar.
El PP quiso llamar la atención sobre las carencias del salón de plenos.
Juan Manuel Vidal Seage (PP): «Llevar el micrófono era la forjma de escenificar nuestro rechazo a la desidida del gobierno».
Maribel Castro (IP): «El hoxe trouxo un micrófono, pero eu vou traer un sonotone, porque non se escoita nada».
«En el pleno de Pontecesures llevamos toda la vida gritándonos». La queja es de Juan Manuel Vidal Seage, portavoz del PP en esta localidad del Baixo Ulla. La megafonía del salón de plenos hace años que no funciona y como «no hay ninguén interés en arreglarla» Seage se plantó el pasado lunes en el salón de plenos con un micrófono propio.
El aparato, cuya presencia en la sala fue motivo de regocijo generalizado, funcionaba a la perfección. Y, aunque no estaba a todo volumen, las escuetas intervenciones del PP fueron las que mejor se escucharon. El resto de los concejales tuvieron que poner a prueba la fortaleza de sus cuerdas vocales, al tiempo que la secretaria municipal debía agudizar el oído al máximo para poder levantar acta de todo lo que en el pleno se decía. «si la secretaria no nos oye, y está a nuestro lado, cómo nos va a oir alguien que está sentado entre el público», reflexiona Seage.
Hace unos meses, recuerda el concejal popular, la ACP de Luis Sabariz Rolán presentó una moción reclamado el arreglo de los micrófonos. Ayer, el concejal independiente volvió a hablar del asunto. Fue esta vez en el turno de ruegos y preguntas, cuando «felicitó» a Vidal Seage «porque trouxo unha megafonía». De paso, lamentó que el gobierno local no se hay preocupado por corregir los problemas de sonido que se registran en la sala y que solo se subsanan, ironizó, cuando se celebra alguna boda.
Sabariz convirtió en un ruego la petición de que los micrófonos funcionen. La concejala de IP, Maribel Castro, prefirió echar mano de la ironía para abordar la cuestión. «Hoxe el (Vidal Seage) trouxo un micrófono, pero para o próximo pleno eu traio un sonetone, porque non se escoita nada» sentenció cuando la sesión ya se cerraba.
Dejaban atrás poco más de hora y media de debate en el que se habló de muchas cosas: del rechazo del gobierno local a la perrera provincial («incineradora de cans» le llamo la edila Cecilia Tarela), del Prestige y sus responsables, del repago de fármacos o de la guardería municipal.
La Voz de Galicia
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