El pleno de Cesures descarta revisar el proyecto de los pasos de peatones elevados.
Tenso y, por momentos, bronco. Así fue el pleno que está mañana celebró la corporación de Pontecesures, a petición de los grupos de la oposición, para abordar la posibilidad de paralizar el proyecto de elevación de cuatro pasos de peatones en las calles Sagasta, San Lois y Portarraxoi. Los votos del grupo de gobierno (BNG, PSOE y TeGa) tumbaron esa propuesta y zanjaron, al menos de momento, el polémico asunto.
Los grupos de la oposición justificaron la convocatoria de este pleno en el fuerte rechazo que la elevación de los pasos ha generado en comerciantes y vecinos. Como muestra de la misma, esgrimían las casi 600 firmas recogidas en Pontecesures y el «inusualmente concorrido» salón de plenos, donde una docena de comerciantes seguían la sesión. «Non é a nosa pretensión vir aquí dar solucións técnicas. O que queremos é que se mire se hai outras alternativas», explicaba Seage, el portavoz del PP. Más o menos en la misma línea hablaron Sabariz Rolán (ACP) y Maribel Castro (IP).
Desde las filas del gobierno local, la primera en hablar fue la nacionalista Cecilia Tarela. Reprochó esta, en primer lugar, que la oposición tardase cuatro meses en forzar un pleno que llega cuando el proyecto ya ha sido aprobado por la Diputación, entidad que sufragará las obras. Y sobre las firmas presentadas contra el proyecto indicó que sólo 249 son de vecinos de Pontecesures, una idea en la que insistió su socio de gobierno, Souto Cordo. Por lo demás, señaló la edila que no es necesario convocar ninguna comisión de expertos porque el Concello tiene, desde el principio, de informes de la policía local y el aparejador municipal avalando la obra. Sobre esos informes volvería también Souto Cordo para señalar que recomendaban la elevación de los pasos de peatones tanto para frenar la velocidad de los coches que circulan por esas calles como para eliminar las barreras arquitectónicas que suponen debido a su altura.
La accidentada convocatoria del pleno -fue suspendido el martes a media hora de su inicio- contribuyó a agriar y llenar de reproches una sesión que acabó envuelta en la tensión. Una de las comerciantes que había acudido al pleno tomó la palabra para reprochar al gobierno su actitud. El alcalde intentó interrumpirla en varias ocasiones e incluso requirió la presencia de la policía local, pero finalmente la mujer se marchó por decisión propia. Cuando se levantó, buena parte de los asistentes al pleno también se fueron.
La Voz de Galicia
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