Los viejos hornos en los que se cocinó a orillas del Ulla toda una industria.
Los viejos hornos en los que se cocinó a orillas del Ulla toda una industria
Valga ha recuperado dos telleiras en las que se elaboraban tejas y ladrillos y que fueron el germen de empresas ya desaparecidas, como Novo y Sierra
Siempre estuvieron ahí, pero hasta hace unos meses poca gente era capaz de verlas. Las telleiras de Roeiro y Padín, en Valga, habían sido devoradas por la maleza, el tiempo y el olvido. Rodeadas de zarzas y helechos, sus estructuras de piedra mostraron toda la resistencia que pudieron a ser digeridas. Afortunadamente, el Concello de Valga decidió rescatarlas antes de que fuese demasiado tarde. Hace unos meses, las dos estructuras —que el pasado año aún figuraban en la Lista Roja del patrimonio español que elabora Hispania Nostra— fueron recuperadas y ahora alimentan las cábalas de quienes las ven desde el río y desconocen su origen.
Estas telleiras son buenos ejemplos del patrimonio industrial que tanto abunda en Valga, localidad que lleva años poniendo en valor las huellas que las viejas factorías han dejado en su superficie. En este caso, hablamos de dos estructuras vinculadas a la producción de cerámica que se encontraban muy deterioradas. El Concello ha procedido a retirar la maleza que las rodeaba, a despejar el camino de acceso, y a la limpieza en seco de las estructuras que siguen en pie, delimitando la zona con una barandilla de madera. El objetivo, al fin y al cabo, es «frear o deterioro das edificacións e darlle a importancia cultural, patrimonial, histórica e ambiental que teñen, polo que tamén se colocaron sendos paneis explicativos sobre as características e historia das dúas telleiras».
Los trabajos realizados han permitido dejar al descubierto las estructuras de las edificaciones principales, donde se procedía a cocer los productos cerámicos que allí se elaboraban, fundamentalmente tejas y ladrillos. La de Roeiro, tiene una forma circular poco frecuente, lo que la convierte, según el Concello de Valga, «nunha das máis singulares de cantas existiron na contorna do Ulla». Según explican desde el consistorio valgués, «esta característica distintiva fai pensar que quizais a súa orixe se remonte á época romana, sendo inicialmente un forno de fundición de metais adaptado logo como telleira». Su historia se apagó en 1945. Poco tiempo antes, en 1942, se había construido la telleira de Padín, cuyo horno no se apagaría hasta el año 1960. Las dos son un vestigio de una importante actividad que en el Ulla tuvo su momento de apogeo en la segunda mitad del siglo XIX. Poco después, a comienzos del XX, comenzó su declive: había llegado el momento de otro tipo de factorías, como Novo y Sierra, que se fundó en el año 1921 y cuya explotación también dejó huellas en el territorio: las explotaciones de arcilla de Mina Mercedes y Porto, y una red de vagonetas aéreas hasta el río. En la recuperación de todo ello también trabaja el Concello de Valga. La tradición de la zona también se rastrea, en su vertiente artesanal en los louceiros de Bamio, en la industrial, en la Cedonosa de Catoira, y en su faceta más artística en la Cerámica Celta de Pontecesures.
Pero antes de que llegasen factorías como Novo y Sierra, el trabajo se realizaba en hornos rudimentarios como los que ahora han quedado al descubierto junto al río, y en los que se distingue claramente la zona destinada a leñera, un terreno en pendiente en el que se guardaba la leña y desde el que se introducía en la boca del horno. Además de este, se conservan también restos de las edificaciones secundarias dedicadas al descanso de los trabajadores y son visibles algunos tramos de los canales que permitían el atraque de las embarcaciones que se encargaban del traslado de barro, primero, y teja después.
La Voz de Galicia
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