Condenada por perseguir el bus escolar en Padrón para coaccionar a una chica enfrentada con su hijo.

En una imagen de archivo, el edificio de los juzgados de Santiago, en el que tiene su sede la sección compostelana de la Audiencia Provincial.
La mujer hostigaba e intimidaba a la adolescente con insultos tanto en la parada del instituto como frente a su domicilio
La sección sexta de la Audiencia Provincial de Santiago acaba de confirmar la condena a una mujer y a su hijo por hostigar e intimidar reiteradamente a una chica, menor de edad en el momento en el que se produjeron los hechos, que estudiaba en el mismo centro escolar del partido judicial de Padrón que un alumno, hijo y hermano de los acusados, y con el que este último había tenido diversos incidentes que les habían enfrentado.
La pena que les impuso en primera instancia un juzgado padronés fue de 540 euros de multa a cada uno como autores de un delito leve de coacciones y les impidió además acercarse a menos de cien metros de distancia de la chica durante seis meses. Ellos apelaron, pero los magistrados del tribunal compostelano han rechazado todas sus alegaciones y han confirmado el fallo.
La sentencia explica como tras ese enfrentamiento con un compañero de estudios, la madre y el hermano de ese chico comenzaron a hostigarla, insultarla e intimidarla «reiteradamente» y que a principios del curso 2023-2024 «comenzaron a esperar a la menor en la parada donde se bajaba del autobús escolar para regresar a su domicilio después de asistir al instituto».
En ese hostigamiento organizado al que la sometieron, también acudieron en diversas ocasiones a su casa para proferir insultos contra la menor, fundamentalmente la madre del compañero de clase de la víctima «quien le decía jabalí y pendexa», recoge la resolución judicial.
Para evitar esa situación, los padres de la menor optaron por cambiar de parada a su hija y esquivar así a la madre y el hermano del compañero que la tenían sometida a esas coacciones. Sin embargo, cuando el 22 de septiembre del 2023 los acusados vieron que la niña no se bajaba en el lugar de costumbre, se subieron a su coche y persiguieron al bus escolar hasta la siguiente parada. Allí vieron como la víctima era recogida por un vecino en otro vehículo para llevarla a casa y también lo siguieron hasta el domicilio, donde pasaron «circulando lentamente y mirando hacia la vivienda, si bien no se detuvieron al detectar la presencia de varias personas en el lugar», señala la sentencia.
La Voz de Galicia
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