En Churrería Sandra calculan que el día 1 de enero se degustarán unos 60.000 dulces salidos de su cocina.
El año se acaba, señores. El 2014 está a punto de pasar a la historia, y de ustedes dependerá catalogarlo como un ejercicio bueno, malo o regular. Mañana toca despedirlo a base de uvas. Y pasado mañana, después de la fiesta, llegará el momento de bautizar el 2015 con una buena ración de chocolate con churros.
Los expertos
Si hay un lugar de la comarca en el que saben de estos dulces, ese es Pontecesures. No es casualidad que allí se haya llegado a celebrar la Festa do Churro: en esta pequeña localidad hay auténticas sagas que, desde hace generaciones, se dedican a endulzar los momentos más especiales de nuestras vidas a base de esas tiras de masa doradas y cubiertas de azúcar. Así que a Pontecesures dirigimos nuestras preguntas. ¿Es verdad que el Año Nuevo es el mejor día del año para su negocio? «Este é un día bo de traballo, pero non é o mellor día do ano». Nos desmonta el tópico Lauro Jamardo, de Churrería Sandra. Sabe de lo que habla, porque él y su esposa son la tercera generación al frente de un negocio inaugurado en Pontecesures por su abuelo Ángel.
Cantidad y calidad
Aunque «hai festas no verán» en las que el negocio de esta familia funciona más y mejor que en la entrada de cada nuevo año, estos días en la Churrería Sandra no paran de trabajar. Y es que solo para esa fiesta elaborarán unos 60.000 churros, según nos cuenta Jamardo tras haber echado sus números. Aclara que no es esta una cifra exacta, pero por ahí andará la cosa.
Un largo camino
Claro que no todos esos churros se venderán en el puesto que funcionará durante toda la noche en Pontecesures, de lo contrario, ni siquiera la excelente calidad de este producto salvaría a los vecinos de esta localidad de iniciar el 2015 con una indigestión. Churros con denominación de origen cesureña se consumirán en el amanecer del nuevo año en localidades tan apartadas como Fisterra. «Temos moitísimas encargas», reconoce Lauro Jamardo. Obviamente, hasta el fin del mundo llegan los dulces sin freír: esa parte del proceso queda sujeta a la pericia de los hosteleros, que a poco que se esmeren podrán ofrecer a sus clientes un producto que «non ten nada que ver, nin por sabor nin por textura, co conxelado».
Y muchas paradas
El enemigo que se guarda en el congelador parece estar ganando terreno al churro fresco, pero así y todo las furgonetas de reparto de Sandra hacen muchas paradas en sus recorridos por Galicia. En Negreira, en Santiago, en Pontevedra, en Vigo, en Padrón, en Negreira y, claro, en toda la Costa da Morte. Afortunadamente, sigue habiendo quien apuesta por los sabores de verdad.
Cafeterías de Vigo, Pontevedra o Santiago compran a los cesureños
No hay punto de comparación entre el producto fresco y el congelado.
La Voz de Galicia