Los problemas de la cubierta del gimnasio de Pontecesures no son nuevos. Todo lo contrario, se arrastran desde que se construyó esa sala, que comenzó a funcionar en el curso 1998/1999. «A cuberta está mal deseñada», argumentaba ayer Roque Araújo, de ahí que haya sido imposible corregir sus carencias con una simple obra. Las humedades y las goteras han sido denunciadas en varias ocasiones a la Xunta, a la que el centro, el Concello e incluso el concejal Luis Ángel Sabariz (ACP) han enviado numerosos escritos solicitando el cambio de la cubierta. Pero ha tenido que llover sobre mojado y que levantarse el suelo para hablar de soluciones.
La Voz de Galicia