Siguen las obras en la Estación de Ferrocarril de Pontecesures.

La colocación de la nueva cubierta de la marquesina del andén principal está prácticamente finalizada y ahora comienzan los trabajos de renovación de la instalación electrica de la misma. También se va a completar la red de recogida de aguas del andén, se va a pintar el edificio para eliminar la numerosas «pintadas» que tiene desde hace tiempo y se va a proceder a la sustitución de los bancos y de las papeleras dañadas por los actos de gamberrismo.

Se está acondicionando también la zona ajardinada del recinto con una poda de los árboles y una limpieza a fondo de este espacio.

Por último hay que destacar que ya se retiró la marquesina destartalada del segundo andén. La misma fue sustituída por una nueva pero ésta resulta claramente insuficiente por lo que se espera que sea colocada otra idéntica a mayores de las mismas dimensiones.

Esta actuación estaba siendo muy demandada por los usuarios del recinto y es fundamental para potenciar el uso del ferrocarril por la vía convencional. Los propios trabajadores de las empresas encargadas de la realización de las obras (de fuera del municipio) se muestran agradablemente sorprendidos por el notable número de viajeros que suben y bajan a los trenes en Pontecesures y así se lo comentaron al que suscribe.

Además de seguir instando al ADIF para que se invierta en el mantenimiento de las estaciones de Catoira, Pontecesures y Padrón ahora solo queda hacer un llamamiento MUY IMPORTANTE a la población para que cuide las instalaciones y denuncie los actos de vandalismo con el objeto de impedir el deterioro de los espacios de todos.

Luis Ángel Sabariz Rolán
Ex concejal de Pontecesures

Más de 22.000 usuarios subieron al tren en Pontecesures, Catoira y Padrón en 2017 y no pagaron el viaje por falta de interventores.

Si con los datos de 2016 la estimación fue de más de 16.000, en 2017 fueron más de 22.000 los viajeros que no pagaron el billete. Según los datos facilitados por Renfe subieron o bajaron en 2017 en las citadas estaciones un total de 93.796 viajeros, pero lo sorprendente es que las bajadas alcanzaron la cifra de 58.097 mientras las subidas fueron 35.699. No cabe duda que la razón está en que bastantes de los trenes no llevan interventor con lo cual nadie le cobra el servicio a los usuarios de los apeaderos de Catoira, Pontecesures y Padrón con las estaciones cerradas y sin despachar billetes. Hay que unir a esto los trenes que sí llevan interventor pero a éste no le da tiempo a cobrar el billete al ser muchos los viajeros que suben. Es completamente imposible esta diferencia abismal en favor de las bajadas. A las cifras hay que añadir otras subidas o bajadas de apeadero a apeadero (Catoira, Pontecesures, Padrón, Arcade, etc..) porque cuando no hay interventor no se computa ni la subida ni la bajada.

Un dato más: las bajadas en 2016 fueron de 56.646 viajeros, con lo cual en 2017 hubo 1.451 más. Sin embargo las subidas bajaron de 40.156 en 2016 a 35.699 en 2017. O sea, 4.457 menos lo cual nos viene a demostrar que el año pasado hubo bastantes más trenes sin interventor.

Por ejemplo, resulta insólito que desde Padrón, Pontecesures y Catoira «solo» subieran para bajar en Santiago de Compostela 4.923, 4.037 y 3.113 viajeros, respectivamente, mientras que procedentes de la capital de Galicia bajaron en dichas villas, 7.378, 8.562 y 4.601 viajeros, respectivamente. O sea, en total 12.073 subidas por 20.541 bajadas con más de 8.000 viajeros de diferencia lo cual es imposible. Llama la atención el caso de Pontecesures con una diferencia de nada menos que de 4.525 viajeros entre bajadas y subidas desde o hacia Santiago de Compostela,.

Incluso las cifras pueden ser mayores pues en los bonos de 10 viajes expedidos por las estaciones no se computan las subidas en estos apeadores pues los interventores (cuando los hay) anotan los viajes de forma manual en las tarjetas sin incidencia luego en las cifras oficiales.

Es indudable que el número de viajeros crece en estos apeaeros siendo un notable éxito la permanencia del servicio ferroviario por la vía convencional pero la falta de interventores hace que los datos recogidos y publicados sean irreales. Hay que tener en cuenta que todos los trenes que circulan por la vía electrificada de alta velocidad A Coruña/ Vigo y viceversa tienen OBLIGATORIAMENTE que llevar interventor y por eso no los hay en los trenes diésel que circulan por la vía convencional. Es evidente que la plantilla actual de interventores no es suficiente para cubrir ambos trayectos.

Con preocupación se recogen estos datos pues, como tantas veces, la estadística nos puede perjudicar y que se pierdan servicios de manera injusta. Conoce Renfe perfectamente lo apuntado y esperemos que transmita esta deficiencia al Ministerio de Fomento.

Por cierto, yo mismo, que viajo muy a menudo en el tren lo hago gratis en algunas ocasiones pues subo en Pontecesures y no pasa el interventor a cobrar y asi me apeo del convoy sin pagar. Presenté varias reclamaciones por este tema pero todo sigue igual. Por ejemplo esta semana viajé gratis desde Pontecesures a Pontevedra en el primer tren de la mañana que sale a las 6:37 horas tres días por falta de interventor.

Resulta imprescindible que haya interventor en todos los trenes (o al menos haya una máquina expendedora de billetes en los apeaderos, como mal menor). También es fundamental que se atienda una vieja demanda: los trenes «cortos» que van únicamente de Vilagarcía a Santiago y viceversa tienen que parar en Catoira. No tiene sentido que precisamente unos trenes de proximidad no paren en dicha localidad.

Ya para concluir, resulta imprescible que el ADIF acondicione los apeaderos de Padrón, Pontecesures y Catoira con toda urgencia. Los jardines abandonados, loas marquesinas dañadas y las pintadas en los edificios de las estaciones son una tónica general. Está bien invertir en las estaciones de las grandes ciudades del corredor pero los vecinos de las pequeñas villas también merecemos subir o bajar del tren en unas instalaciones debidamente acondicionadas. Es lo menos que se puede pedir en estos tiempos.

Luis Ángel Sabariz Rolán
Comisión de Defensa del Tren de Proximidad.

Mañana van a talar cinco robles americanos, un par de abetos y un «sabugueiro» del talud de la Nacional.

Incomprensible. Mañana a las 8:30 horas van a talar estos árboles que tienen más de 50 años en el talud. Pero, ¿A quién le molestan?; ¿Quién va a caminar por el «paseo verde» sin sombra por las tardes en el verano?; ¿Se defiende así el medio ambiente?. Que no me hablen de problemas de seguridad (están todos sanos) que no me hablen de cuestiones paisajísticas. Todos sabemos el gran «monumento» que podremos apreciar desde allí al otro lado del río. Nos privan hasta de contemplar el paisaje de otoño con el color de las hojas de los robles en esa zona tan bonita.
En fin, las decisiones políticas pueden ser modificadas. Esta no, se matan unos árboles para siempre. Sinceramente parece que se ha perdido el sentido. Una pena.

Salvajada en el talud de la N-550. Talan todos los platanos.

Árboles sanos, de más de 50 años, fueron talados esta mañana. Eran cerca de diez plátanos situados frente a un lateral del Parque Infantil «Vicente Moure» y hace unos dos meses se había solicitado al alcalde por escrito que los árboles fueron podados pero nunca talados.
Resulta lamentable que tanto la alcaldía de Pontecesures como el Servicio Provincial de Carreteras del Estado en Pontevedra (el talud les pertenece a ellos) tomen estas decisiones tan importantes que ya son irremediables. Por agradecimiento a nuestros antepasados que los plantaron, por la función que hacían conteniendo las tierras del talud, por la sombra que daban en el verano y por respeto al medio ambiente resulta incomprensible lo sucedido.
Desde hace años en el núcleo urbano de Pontecesures están siendo talados árboles (los que había frente a la entrada de la Casa Consistorial, frente a la biblioteca, en la Calle Ullán, etc.. y no se planta ninguno. Realmente me siento indefenso. Parece que en nuestro pueblo los árboles en las zonas urbanas solo sirven para colgarle algún adorno de vez en cuando. Triste.