La regeneración de la ribera derecha del río Ulla se prolongará varios días tras el importante vertido de fuel procedente de la depuradora de la fábrica de curtidos Picusa, ubicada en Padrón. Unos veinte jornaleros se emplean a fondo para retirar cualquier vestigio del pegajoso chapapote que afecta a la vegetación y también a algunas aves de este hábitat.
Desde las ocho de la mañana de ayer, los empleados contratados para paliar los efectos de la contaminación en el cauce fluvial consiguieron sacar importantes cantidades de petróleo que en forma de «galletas» avanzaban río abajo.
Hace una semana
La contaminación en el río Ulla ya se detectó hace una semana pero no fue hasta el sábado cuando se descubrió que procedía de la fábrica de pieles. Al parecer un fallo en el sistema de cogeneración eléctrica de la empresa provocó que el fuel empleado fuese directamente a la depuradora y desde allí al lecho fluvial.
Fue el sábado cuando la fábrica reconoció su responsabilidad y ya contrató a los primeros operarios para la limpieza del tramo afectado, así como una empresa de construcción que retiró las manchas más gordas en esa primera jornada. La rampa del Parque Ínsua se llenó de fuel que ya ha sido retirado en grandes contenedores plásticos.
Desde la ocho de la mañana de ayer continuaban las labores en la ribera y en el propio río para restaurar todo el ecosistema dañado por las manchas de petróleo.
De hecho, tres gamelas a motor, con cuatro operarios cada uno, navegaron por las inmediaciones del puente romano que separa Padrón de Pontecesures para retirar el petroleo vertido al río.
Los vecinos de la zona expresaron su malestar con la empresa por no haber actuado con la debida celeridad pues entienden que conocían el problema desde el primer momento.
«Cuando hace una semana vimos el petróleo en el río pensamos que podría proceder del sentinazo de un barco y no se sabía dónde se había producido. Si en la fábrica hubieran advertido del accidente se podrían haber puesto barreras anticontaminación y se evitaba esta catástrofe medioambiental», aseguraba ayer indignado un miembro de Protección Civil.
Por su parte, un empleado de la empresa que dirigía las labores de recuperación en el Ulla, aseguraba ayer que el «vertido está ya controlado» al tiempo que señalaba que todo el problema se encontraba sólo en la zona de tuberías.
Sin embargo, sus órdenes parecían decir lo contrario ya que requirió a una de las embarcaciones que se afanaban en retirar chapapote junto al puente para que se dirigiesen río arriba para evitar que se moviesen algunas manchas.
Sobre la una de la tarde, la alcaldesa de Pontecesures, a bordo de una lancha de la cofradía de Rianxo, inspeccionó la zona afectada y pudo comprobar que el litoral estaba muy manchado por el chapapote.
Bancos marisqueros
«Queda mucho trabajo porque habrá que cortar mucha maleza impregnada por el fuel», aseguraba una de las jornaleras que participan en el operativo de limpieza.
«Soy mariscadora y temo que el vertido pueda afectar a nuestros bancos», agregó mientras se afanaba con la azada en retirar hierbas manchadas por el fuel.
Aunque en Pontecesures, la contaminación afecta a las dos orillas, el tramo más afectado es está del lado coruñés. Por ello, Pontecesures, Padrón y Dodro son los municipios que sufrirán las consecuencias de este importante vertido que durante una semana se arrastra por el río Ulla.
Ahora queda una gran labor por hacer, ya que el fuel impregnó la vegetación y será preciso levantar juncos y otras especies para lograr una limpieza en profundidad.
«El fuel es como un pegamento y una vez que se acumula en una zona tiende a penetrar en la tierra, por lo que cuanto antes actúe menor será el daño», explicaba ayer uno de los expertos que participan en la limpieza de la zona.
Pero queda mucho por limpiar pues en toda la zona afectada existen amplias zonas de juncos que «seguro que están muy afectadas».
Un simple paseo por esta orilla permite descubrir numerosas manchas que salpican toda la ribera y que habrá que eliminar una a una.
Entretanto, en las tres embarcaciones contratadas, un gran contenedor iba recogiendo todo el fuel que se encontraba en el agua. Sobre las dos de la tarde, esos depósitos iban ya medio llenos, aunque a medida que avanzaban las horas, la cantidad recogida iba siendo menor.
Medio Ambiente ha abierto un expediente para depurar responsabilidades al entender que la situación creada es «muy grave», ya que puede considerarse como el episodio de contaminación más importante de los últimos años.
El propio delegado de Medio Ambiente, Juan Froján ya se desplazó el sábado al lugar del siniestro con el fin de comprobar en persona la entidad del vertido. Es de señalar que el sábado se observaron «galletas» de un tamaño muy considerable y espeso.
La fauna también sufrió las consecuencias y aún ayer un pato salvaje tenía dificultades para volar a consecuencia del chapapote.
FARO DE VIGO, 28/04/08