Qué fue de los parques empresariales del Baixo Ulla.

La primera de las naves del parque empresarial de Abalo (Catoira) empezó a levantarse este mesAutor de la imagen.

De los polígonos industriales que se anunciaban hace tres años para Valga, Pontecesures y Catoira solo se construyó uno: el de Abalo, y lastrado por la crisis.

En el Baixo Ulla, especialmente en Valga, hay mucha industria, pero carecen de parques industriales. En el año 2007 se daba por hecho en titulares de prensa que esta carencia pronto iba a ser subsanada pero, tres años después, el único de los proyectos que ha cuajado ha sido el de Catoira, aunque en Abalo todavía faltan meses para que se inicie la actividad industrial.
En Valga, la historia del parque empresarial va paralela a la del Plan Xeral de Ordenación Municipal: retraso tras retraso. Y mientras no haya PXOM, la creación de suelo industrial sigue siendo solo papel mojado.
Sobre el parque empresarial de Pontecesures ha caído un tupido velo desde que el BNG dejó de gobernar el municipio. De hecho, la mayoría que hoy gobierna, con el PP a la cabeza, ya puso trabas a este proyecto cuando era oposición, de modo que era más que previsible que, ya en el poder, echase tierra sobre este asunto. De todos, modos, desde el gobierno local aseguran que ya la Consellería de Vivenda e Solo había reconocido en su día que el proyecto era desmesurado y que había que «redimensionarlo».
La idea inicial pasaba por hacer un parque empresarial mixto; con una parte dedicada a la instalación de empresas, eminentemente del sector servicios, y la otra parte dedicada a uso residencial. En concreto, se hablaba de una superficie de 408.000 metros cuadrados en el lugar de A Tarroeira, de los que 80.000 se dedicarían a construir 240 viviendas protegidas. Incluso se llegó a anunciar la convocatoria de un concurso de ideas con el fin buscar la mejor ordenación posible de este terreno, pero no se llegó más allá. El BNG perdió las elecciones en Pontecesures y después, en la Xunta, y del proyecto nunca más se supo.
Estando la nacionalista Teresa Táboas al frente de la Consellería de Vivenda e Solo también se generaron muchas expectativas respecto al polígono industrial de Valga. El entonces gerente de Xestur, Emiliano Quintillán, acudió en enero del 2006 al municipio y planteó un proyecto ambicioso que pretendía suplir al que ya se había planteado con el gobierno anterior presidido por Manuel Fraga. En vez de los 92.000 metros cuadrados que inicialmente figuraban en el convenio, iban a ser 700.000 los metros cuadrados que se iban a dedicar a albergar industrias. El terreno estaba situado en el entorno del monte Outeiro, entre las parroquias de Xanza y Setecoros. Un lugar cercano a la carretera nacional y a los accesos a la autopista, desde Padrón a Caldas, así como a la línea de ferrocarril.
La previsión era ejecutar la obra en tres fases, la primera correspondía a Xanza, y ya entonces se aventuraban plazos: en año y medio deberían estar trabajando las máquinas sobre el terreno. Claro que el alcalde, José María Bello Maneiro, contaba con poder presentar el PXOM para su aprobación en pleno ese mismo año, y el documento todavía se aprobó en pleno hace menos de un mes, a la espera aún del visto bueno definitivo de la Xunta.
Este parque empresarial se ideó con la vocación de concentrar toda la actividad industrial del municipio: empresas de nueva creación, traslado de las que están en zonas urbanas y ampliación y expansión de las firmas vinculadas al sector del aluminio, que en este municipio son una potencia. Desde aquel enero del 2006 han pasado muchas cosas, entre ellas, la llegada de la crisis económica, lo cual ha echado al traste este y otros muchos proyectos. Los bancos son reacios a dar créditos; los empresarios dispuestos a emprender aventuras empresariales son contados y de los que tienen el negocio en marcha son muy pocos los que están dispuestos a asumir riesgos.
Pese a ello, donde siguen adelante es en Catoira. Este Concello anunciaba esta misma semana que se empezó a colocar la estructura de la primera nave del parque empresarial de Abalo. El trabajo lo ejecuta la empresa Móvex Vial, concesionaria de las obras de construcción de cuatro naves en este parque. La previsión es que estas naves esté levantadas a finales de año, de modo que «a actividade empresarial se poida iniciar o máis axiña posible».
El Concello tuvo que buscar fórmulas para llenar el parque empresarial porque las empresas que habían comunicado ya al Ayuntamiento su intención de instalarse en Abalo se echaron atrás. El alcalde, Alberto García, buscó en Madrid algún tipo de solución para que el polígono no se quedara desierto y, fruto de estas gestiones, el SEPI asumió la construcción y financiación de las naves que, una vez levantadas, se pondrán a la venta o se alquilarán a bajo interés.
Las más económicas serán las naves de 455,6 metros cuadrados de planta y 126, 2 metros de bajo cubierta y algo más de 220 metros cuadrados de parcela. Las naves de mayor coste tendrán una superficie de 465,8 metros cuadrados, bajo cubierta de 128,9 metros y cerca de 500 metros de terrenos alrededor de su parcela. El parque empresarial de Abalo ocupa una superficie de 91.139 metros cuadrados, de los cuales 55.734 se dividirán en parcelas de unos 1.250 metros cuadrados. Era tal el entusiasmo que se respiraba hace tres años, que entonces el alcalde ya hablaba de una ampliación. El tiempo a rebajado las expectativas. El objetivo ahora es ocuparlo.

LA VOZ DE GALICIA, 12/09/10