Tanto los pescadores que se dedican a la captura de lamprea desde embarcación, los «valeiros» con puerto base en Pontecesures, como los titulares de las «pesqueiras» situadas río arriba, para aprovechar las construcciones de piedra que ya utilizaban los romanos, pronostican que la campaña de este año va a resultar «pésima».
Desde que se autorizó la pesca del pez cartilaginoso, con la llegada del nuevo año, las capturas brillan por su ausencia, «pero lo peor es que no se observa nada que haga pensar que este año vaya a ser de lamprea», explican.
Insisten en que uno de los grandes problemas es el bajo caudal del Ulla, ya que este parásito marino tan preciado en la cocina necesita orientarse por las aguas que desembocan en el mar para remontar el río y desovar.
«Quizás cuando vengan las lluvias y suba el caudal pueda empezar a verse algo de lamprea, pero aún así nos tememos que va a ser un año de mucha escasez», inciden los valeiros pontecesureños.
Lo cierto es que desde que comenzó la campaña «somos pocos los que hemos decidido largar las nasas porque sabemos que no hay lamprea en el río, y los que sí salieron a trabajar regresaron de vacío».
Las mismas fuentes aclaran que «no se está pescando nada, ni desde embarcación ni en las ‘pesqueiras’, así que algunos empezamos a pensar que quizás la abundancia de lamprea que tuvimos el año pasado se debió a que ya remontó el río también la de este año».
Los «valeiros» consultados sostienen que «lo ideal es que corra gran cantidad de agua río abajo, y lo que sucede estos días, a causa de su bajo caudal, es que cuando llega la pleamar el agua del Ulla no baja, sino que sube, como si estuviéramos en verano, y así es imposible pescar lamprea».
Los problemas no se quedan en esa escasez de producto, sino que se extienden a la puesta en marcha del centro de expedición impuesto por la Administración autonómica en el muelle pontecesureño, para así controlar las descargas y ventas diarias de lamprea.
«Nos instalaron una impresora y un ordenador, pero no nos pusieron el programa informático correspondiente porque el que tenían era genérico, el utilizado para otras especies marinas vendidas en las lonjas, y evidentemente para la lamprea eso no sirve, ya que no se vende por kilo, sino por unidad», argumentan en el sector.
Los pescadores resaltan que «lo que quiere la Xunta es que pongamos etiqueta a cada una de las lampreas y emitamos la factura correspondiente, pero no tiene sentido hacerlo para cada pieza y lo lógico es que, como mínimo, nos autoricen a emplear una etiqueta para cada cincuenta o cien unidades».
Respecto a la ubicación física de ese centro de expedición, reconocen que «el Concello de Pontecesures se ha portado muy bien con nosotros, ya que nos ha cedido un antiguo puesto de lechería situado en la plaza de abastos, y además procedió a acondicionarlo; ahora va a instalarnos también la conexión a Internet, ya que la Xunta nos obliga a disponer de este punto de venta pero no invirtió para adaptarlo».
Faro de Vigo