Arreglan las luces del pabellón de Pontecesures.

El concejal de la ACP, Luis Ángel Sabariz, se mostró ayer muy satisfecho de que el gobierno local haya decidido renovar parte de las luminarias del pabellón de deportes de esta localidad. “Por fin reaccionó el gobierno local y fueron colocadas unas seis luminarias nuevas” en un lateral de la pista, “lo que, obviamente, mejoró la visibilidad, aunque quedó pendiente la sustitución de alguna luminaria más”. A pesar de felicitarse por la ejecución de estos trabajos, Sabariz lamenta la lentitud demostrada por el gobierno local en la resolución de este problema.

La Voz de Galicia

Iluminación en el pabellón.

En los últimos días el gobierno cesureño ha repuesto las bombillas de varias luminarias fundidas en el pabellón. El edil de ACP, Luis Sabariz, se alegra de que ??por fin? haya ??reaccionado? el Ejecutivo, ya que la falta de luz se venía arrastrando desde abril y estaba afectando a la práctica deportiva. Apenas 300 euros, según sus datos, costó una reparación que es provisional ya que el concejal de Obras, Ángel Souto, anuncia como ??inminente? la renovación de la iluminación del pabellón con lámparas LED, obra que ejecutar la empresa Genial Soluciones y que financia la Diputación.

Diario de Arousa

El gimnasio del colegio recuperará hoy su actividad tras recolocar la madera del piso.

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Tres operarios trabajaron ayer en el gimnasio del CPI.

Tres operarios del Concello de Pontecesures ejecutaron durante la jornada de ayer las obras de reparación del piso de madera del gimnasio del colegio. La tarima se había dañado y levantado a consecuencia de las goteras y humedades que hay en el recinto deportivo debido a un problema estructural en la cubierta que se viene arrastrando desde su construcción, entre los años 1999 y 2000. En los arreglos se reutilizaron las mismas planchas de madera, retirando los rodiapiés para facilitar que volvieran a su sitio y comprobando las juntas de dilatación ??para evitar que o problema se repita? , explicó el concejal de Educación, Roque Araújo. Con todo, volvió a insistir en que esto es ??un parche? y que la solución definitiva debe de llegar de manos de la Xunta. La Jefatura Territorial de Educación ya se comprometió a ??priorizar? la reparación de la cubierta del gimnasio, que se financiará con cargo a los presupuestos de 2014.
Tras las obras, se espera que la instalación pueda recuperar su actividad normal durante la jornada de hoy. El gimnasio no solo se utiliza para las clases de educación física del colegio, sino que en él también se desarrollan actividades extraescolares de baile o gimnasia de adultos.

Diario de Arousa

El Concello inicia las obras en el gimnasio cesureño.

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Un grupo de operarios municipales iniciaron ayer los trabajos de adecentamiento del gimnasio del colegio público de Pontecesures. Así lo confirmó ayer el concejal de Educación, Roque Durán (PSOE), quien señaló que durante la primera jornada de faena se comenzaron a reponer las tablas del suelo y se procedió a la limpieza de algunas canalizaciones de la cubierta. Según los cálculos que maneja el Ayuntamiento, hoy mismo podría quedar rematada esta operación de urgencia que deberá permitir que el gimnasio aguante hasta que la Xunta acometa el cambio de cubierta prometido.

La Voz de Galicia

Día de malla… e de tombos na palla.

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Malla del trigo en el colegio Xesús Ferro Couselo de Valga. Maiores e rapaces compartiron unha xornada didáctica e de diversión no colexio Ferro Couselo de Cordeiro

Cinco anos despois, a tradición da malla mantén o tirón entre maiores e rapaces valgueses. Onte volveron a compartir unha mañá de actividades no colexio Ferro Couselo de Cordeiro, tamén con alumnos de Baño, integrantes do colectivo Asdivalu e os ??mestres? de Axentiva. Os homes a bater no trigo, e as mulleres a animar coas pandeiretas e as súas coplas. Foi unha xornada didáctica, pero tamén divertida. O que antano se coñecía como ??tombo da palla? (esa estratexia tan empregada para mocear durante as tarefas agrícolas) foi rapidamente aprendido polos máis pequenos, que se fartaron de dar viravoltas.
Do palleiro pouco quedou, e o gran tampouco abundou. Porque a colleita deste ano, condicionada pola climatoloxía, foi máis ben escasa. Pero, iso si, de calidade e ben aproveitada. Puideron comprobalo os participantes deste Encontro Interxeracional, que onte mesmo degustaron algúns produtos elaborados co trigo que eles sementaran alá polo mes de abril. Unha parte xa pasara previamente polo Muíño da Ínsua e o resultado foron deliciosas empanadas e roscas das que non quedou nin a proba.
Agora toca pensar xa na sexta edición desta iniciativa, coa que o Concello e distintas asociacións de Valga tratan de recuperar as tradicións do agro para que as novas xeracións coñezan como se traballaban as terras cando a maquinaria era algo case que inimaxinable para o común dos campesiños; cando a tarefa era dura pero servía tamén como forma de relacionarse. Era toda unha actividade social.

Diario de Arousa

Valga defiende sus tradiciones a golpe de «manle».

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Los manles tienen que caer sobre el cereal con orden y concierto. Los hombres se sitúan en dos filas, frente a frente, y golpean de forma alternativa, «primeiro os dun lado, logo os doutro». Todos deben dejar caer el «pérdago» en el mismo momento.

No, no se engañen. Los niños de hoy no son tan distintos a los niños de ayer. Los que hemos cambiado somos nosotros, los que hemos crecido y les hemos comprado consolas y videojuegos para aplacar ese espíritu infantil que quiere aire libre, carreras, rodillas arañadas y uñas ennegrecidas. Ese espíritu juguetón se escapa cada vez que puede: en cuanto encuentra un hueco se cuela, se libera, y permite a los niños ser niños. Los abuelos son grandes aliados de esa infancia perdida que busca su espacio. En Valga lo saben. Y por eso llevan cinco años acercando a los vecinos más jóvenes a los que peinan más canas. Así nacieron los encuentros intergeneracionales que, articulados sobre tareas propias del campo, permiten tender puentes hacia un pequeño país de nunca jamás en el que el tiempo no pasa. En el que la malla del trigo y las panderetas siguen teniendo su sitio.

Voces de siempre

Y las voces. Las voces de un grupo de mujeres, curtidas y tamizadas por el tiempo, también caben en ese aleph borgiano en el que ayer se convirtió al pabellón de deportes del colegio Ferro Couselo. Allí, pasado, presente y futuro formaron una unidad. Ayer, en la cancha de deportes, José Burés dejó de tener noventa y tantos años y volvió a ser aquel joven aguerrido que se estrenaba en la malla al lado de su padre. Y Olga cantó y tocó la pandereta como lo hacía, allá en los tiempos de la guerra, a la sombra de unos árboles, apurando las horas hasta que a las nueve de la noche «chegaba a Garda Civil e arreábamos todos para casa».

El futuro

Ahora, aún son un buen puñado las valguesas que se animan a coger una pandereta y desempolvar letras del pasado. «Son moreniña e máis ben/tamén o trigo é moreno/ e máis o pan sabe ben», cantaban ayer algunas de ellas. Si lo hubiesen ensayado no les habría salido mejor. Pero no necesitan practicar: el talento les viene de antiguo. «Xuntámonos para estas trangalladas. E gústanos, pasámolo ben», confiesan en un alto para tomar aire. No descansan demasiado tiempo. Y si paran, enseguida les dan el relevo las niñas que esperan ansiosas para poder demostrar su salero con la pandereta. Una de ellas, Uxía, lleva su nombre bordado en una bolsa especial para portar el instrumento. Es una señal de los nuevos tiempos, que no siempre tienen que ser malos.

Comienza la faena

Rodeando el montón de paja que esperaba para ser mallado, varios vecinos entrados en años revisaban sus armas de guerra: los manles. La batalla que se iba a librar nos la resumía un grupo de rapaces que seguían atentos los preparativos. «Trátase de mallar o cereal para sacar o gran», explicaban al unísono Matías, Pablo, Diego, Juan y, de nuevo, Pablo. A todos les gusta que la tradición de la malla haya entrado en su colegio. «? moi interesante e permítenos coñecer os tempos pasados», sentencian. En sus planes -quieren ser arquitectos, o químicos, o diseñadores de videojuegos o policías- no entra el trabajo agrícola. Pero saben que en Valga la tierra tira mucho. «E é importante que teñamos esa cultura», sentencian con una madurez inesperada en unos ojos que solo llevan diez años mirando el mundo.

Al otro lado

Quienes levantan el manle y lo dejan caer sobre el trigo se van turnando. «Teño 7-7, e xa bastante mallei», comenta Bienvenido después de ejercitar sus músculos con un trabajo que le recuerda a su juventud. «A malla, daquela, era unha festa», apunta José, que también anda por allí. Había música y comida, mucha comida, porque «os homes de antigo ían desgastados. Cada día mallábase nunha casa e tiñan que comer, e comer ben, para manterse». Y para mover los manles con energía y con ritmo -ayer el ritmo no siempre se respetó, la orquesta no estaba «acaída»-. Si los abuelos de Bienvenido, José o Ramón comían «boas tortillas de rixóns e cocido» y se hidrataban a base de caña, ayer el menú fue más ligero. Tras «levantar a eira» y dar forma a un palleiro con esqueleto humano, se degustó un poco de rosca. Y los mayores de edad, Sansón.

La Voz de Galicia