El asesino dormía a pocos metros de la víctima. Esa afirmación será cierta si se demuestra que el hombre detenido ayer, Rafael Costa Bermúdez, tiene algo que ver con el brutal asesinato de José Manuel Burés, el nonagenario de Valga que hace una semana apareció muerto y calcinado en su vivienda.
Rafael Costa, de 40 años, ha pasado esta mañana a disposición jusdicial. Ayer en la mañana estaba en Vilagarcía cuando lo detuvo la Guardia Civil. Luego, escoltado por los agentes, fue llevado a la casa de Valga donde vive con su padre y donde los agentes siguieron buscando pruebas que permitan aclarar el extraño suceso que tuvo lugar la semana pasada y que todavía tiene conmocionada a la población. Tras el registro fue trasladado a los calabozos policiales, y es posible que hoy preste declaración en relación con el crimen.
En realidad, todo apuntaba en dirección a la casa del sospechoso. Los vecinos lo acusaban con el dedo y las pesquisas policiales se centraban en el entorno más cercano a la víctima. Se sospechaba de Rafael Costa porque cuenta con antecedentes, porque ya ha estado en la cárcel por robos y porque sus problemas con las drogas lo han llevado en más de una ocasión a delinquir. En la casa de José Manuel Burés, Nelo o Rato, ya había entrado en otras ocasiones, y en uno de esos atracos incluso lo había amenazado con un cuchillo, con el hermano de la víctima como testigo.
«Xa podemos durmir»
Por eso, en O Forno, el lugar donde vivían la víctima y el presunto agresor, nadie se sorprendió con la noticia. Es más, algunos se reconocieron aliviados. «Xa podemos durmir máis tranquilos. O me home e eu turnabámonos para non deixar a casa soa, tiñamos medo», admitió ayer una mujer que vive puerta con puerta con el detenido.
Incluso sus familiares admiten que es lo mejor. «Estas persoas que teñen estes problemas non se pode facer outra cousa con eles, mellor están no cárcere», decía un tío de Rafael que también fue víctima de sus atracos. Y hasta el padre del detenido se amargaba del rumbo que ha tomado la vida de su hijo. «Eu tratei de facer bo del, ata fixen para que aprendera un oficio, e non era mal fontaneiro, pero logo meteuse neses problemas…».
Quemado con gasolina
Las pesquisas siguen porque no se descarta que haya más personas implicadas. De hecho, es difícil que una persona sola haya podido matar y calcinar por completo al anciano. Se sospecha, además, que lo hicieron rociándolo con gasolina.
LA VOZ DE GALICIA, 03/06/13