Al parecer, se trata de una camada que habría nacido en el vehículo antes de que fuera robado.
El ente público Portos de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar, se ocupó este lunes de sacar del agua el vehículo que permanecía hundido en el río Ulla desde el martes pasado.
El turismo fue subido al puerto a eso de las diez y media de la mañana, y la sorpresa llegó al comprobar que finalmente sí había cadáveres dentro, pero no se trataba de restos humanos sino de varios gatos muertos.
El joven que lo robó acabó cayendo al río en Pontecesures, quizás sin saber que dentro llevaba una familia de gatos cuya la madre habría aprovechado que el turismo no se movía para usarlo como improvisado lugar de parto.
Con los cadáveres felinos se toparon esta mañana los buzos que se ocuparon de sacar el turismo del agua y cuantos esperaban en tierra a que lo hicieran. Los pontecesureños han recibido esta noticia con estupor, sobre todo los que en días pasados se preguntaron sí habría algún cadáver dentro del coche.
Fue el martes cuando se alertó de lo sucedido a 112 Galicia, Portos y Guardia Civil sobre la presencia del vehículo, un viejo Ford con matrícula de Pontevedra.
Barandilla rota
Su localización se produjo después de que alguien observara que la barandilla de protección de la zona portuaria en la que se encuentra y una señal de tráfico estaban seriamente dañadas, presumiblemente tras ser alcanzadas por el vehículo.
Fue al mirar hacia el caudaloso río Ulla cuando se descubrió la presencia de este coche, con las ruedas hacia arriba y totalmente cubierto de agua.
Pescadores que operan en la zona aseguraban que tenía «las ventanillas intactas y las puertas cerradas, por lo que si había alguien dentro no se explica cómo pudo salir y volver a cerrar”.
A partir de ahí surgieron todo tipo de hipótesis y especulaciones por parte de unos ciudadanos que no daban crédito a lo sucedido y confirmaban, como los marineros, que el siniestro provocó un vertido de aceite y combustible en el río Ulla.
Carreras ilegales
Los pontecesureños indicaron desde un primer momento que podría tratarse de un coche robado o bien estar relacionado con las carreras ilegales que suelen realizarse con frecuencia en la zona” .
El lugar, una carretera paralela al Ulla que avanza desde el casco urbano pontecesureño, recibió a lo largo de la semana la visita de numerosos curiosos que querían ver de cerca el coche hundido.
Al igual que hacían los piragüistas que entrenan a diario en la zona y los pasajeros de las embarcaciones de recreo que, desde O Grove u otros puertos de la ría, remontan el Ulla hasta Pontecesures.
Los vecinos recordaron en los últimos días que “no es la primera vez que se registran episodios similares” en este caudaloso río arousano.
En 2010, por ejemplo, un empresario de Padrón de 61 años salvó su vida tras caer el coche que conducía a una zona profunda del Ulla, de noche y con las aguas gélidas.
En 2006, una joven padronesa se precipitaba también al Ulla en Pontecesures y fallecía pese a que fue inicialmente rescatada con vida por un joven piragüista que presenció el siniestro.
Faro de Vigo