Os socialistas foron convocados para outra hora e piden desculpas por chegar tarde á misa do Patrón.

Os concelleiros socialistas de Pontecesures, queremos disculparnos por chegar tarde á misa solemne celebrada hoxe na Igrexa parroquial con motivo da festa de San Xulián, patrono de Pontecesures. Dificilmente podiamos chegar a punto, cando na notificación enviada polo Concello figuran a 12:30 h como hora de inicio, e en realidade foi ás 11:30 h.
Unha celebración, a de San Xulian, moi deslucida. Nin pasarrúas. nin actos festivos. Por certo, non se recorda un ano na que a procesión do patrón non tivese acompañamento musical.
Un erro máis desta corporación que menosprecia as actividades culturais e sociais do noso pobo e vulnera as mínimas normas de cortesía política.

Socialistas de Pontecesures.

“El Chicle” conoció a su esposa en Pontecesures.

Selfie que José Enrique Abuín, ‘el Chicle’, se hizo este verano junto a su esposa y su cuñada (pixelada), la gemela a la que violó en 2005.

Rosario era hija de un hombre que había emigrado a Suiza a buscarse la vida en el sector de la construcción como tantos otros gallegos en los años de la posguerra. Su padre había regresado a Catoira tras sufrir un accidente laboral en tierras helvéticas que le permitió beneficiarse de una pensión por invalidez con la que pudo sacar adelante a su familia. A su manera. Su madre, de la aldea pontevedresa de San Miguel de Barcala, era ama de casa. A diferencia del Chicle, Rosario era un chica reservada. Sin apenas amigos. Confiaba a ciegas en José Enrique y nunca fiscalizaba sus movimientos. El Chicle, en cambio, era celoso compulsivo y la controló desde el primer momento. Le había prometido a Rosario una vida de plena felicidad, alejada de su difícil ambiente doméstico. De su fuente de inestabilidad. Y con un nivel de vida que le permitían sus chanchullos con las drogas. Ella era una niña de 15 años. Y él su primer y único hombre. Se conocieron en Pontecesures (Pontevedra) al ritmo de una animada orquesta. Un año más tarde se casarían en Catoira. Ella con 16, él con 27.

Extracto artículo de Crónica, suplemento de “El Mundo”.