La familia del pintor recogió las 21 obras que tenía el Concello de Vigo.
La cesión de 21 obras del pintor Carlos Maside al Concello de Vigo terminó ayer de forma abrupta con la entrega a sus herederos de los cuadros que llevan años reclamando, entre otras cosas, porque consideran que la colección no recibió el trato que merecía por parte de la institución que las custodiaba desde 1968 y porque no llegaron a un acuerdo para su venta.
La devolución, que tras años de negociaciones sin frutos se tuvo que resolver por vía judicial, se hizo efectiva ayer en la nueva pinacoteca Fernández del Riego, que ahora atesora los fondos del Museo de Castrelos. Su nuevo destino es la Diputación de Pontevedra, que se ha hecho cargo, a petición de la familia del pintor, del albergue y custodia en el museo de la ciudad.
Las obras permanecerán allí hasta que la familia de Maside concrete las negociaciones en marcha con la propia Diputación, distintas instituciones y entidades públicas y privadas para la venta o depósito de las piezas, según informaron desde el ente provincial.
Entre las obras más conocidas y valoradas de esta colección están Muller sentada, Tenda, Costureiras, Lavandeiras, Paisaxe de Compostela, O boi, Mercado y O neno á mesa.
Un mes para negociar
Sin embargo, los herederos añaden que «el que la obra vaya ahora para Pontevedra en modo de almacenamiento durante un mes obedece a conseguir un margen de tiempo para concretar por ambas partes la posibilidad de que quede allí permanentemente o bien encontrarle otro destino, sin separar la colección y sin que quede fuera del alcance del público».
Además, a modo de resumen sobre el insólito final de la custodia de las obras del artista, explican que «la urgencia del traslado se debe a la presión del Concello de Vigo, que amenazó con recurrir a su asesoría jurídica si la retirada de los cuadros se demoraba». Por otra parte, informan de que existe una petición colectiva en Change.org, que circula por las redes sociales, para que la obra de Maside vuelva a Vigo, ciudad a la que donó su trabajo.
LA VOZ DE GALICIA, 19/10/12