El independiente alega que está destinada al transporte de pasajeros pero que el ejecutivo la emplea para herramientas y materiales de obra.
Luis Ángel Sabariz Rolán, portavoz de la Agrupación Cidadá de Pontecesures (ACP), alerta del «uso inapropiado» de un vehículo de propiedad municipal y exige al alcalde, el nacionalista Manuel Luis Álvarez Angueira; el concejal de Obras, Ángel Souto; o la teniente de alcalde, Cecilia Tarela, que ofrezcan explicaciones a este respecto.
Se trata de una furgoneta de la marca Citroën Jumpy, de 9 plazas, que en el año 2009 costó 26.229 euros a la Diputación Provincial de Pontevedra -la insta ahora a tomar cartas en el asunto- y al propio Concello, cuando era alcaldesa María Isabel Castro Barreiro y Luis Sabariz formaba parte del ejecutivo.
Aquel vehículo, de matrícula 7879-GSJ estaba destinado a «desplazar operarios municipales a su punto de trabajo en diferentes calles del municipio», e incluso se planteó su utilización para dar servicio a los colectivos sociales y clubes deportivos de Pontecesures, «trasladando a los deportistas a entrenamientos o competiciones».
Con el cambio de gobierno cambiaron también las normas, y desde ACP ya criticaron en su momento la decisión del actual alcalde «de permitir el uso del vehículo solo a los clubes deportivos, pero no a las asociaciones culturales».
Lo que sucede ahora, relata Sabariz, es que se hace «un uso irregular» de la furgoneta, y teme que se deteriore en poco tiempo, «pues con sorpresa e indignación nos percatamos de que en los últimos tiempos el vehículo se dedica a transportar herramientas y materiales por parte del personal del servicio municipal de Obras».
A modo de ejemplo argumenta que «hace unos días transportaba unos tableros de madera de considerables dimensiones en su interior,». Tanto es así que «alguna puerta no cerraba por razón de espacio, siendo necesario atarla para circular, con el consiguiente riesgo».
Se trata, continúa, de algo «inconcebible, pues el vehículo está destinado exclusivamente para el transporte de personas en sus nueve asientos -quiere que así vuelva a ser- y no para otros usos, como el transporte de materiales para las obras municipales».
El edil independiente termina diciendo que «estamos ante un despropósito y otra ocurrencia más de un gobierno municipal sin rumbo que causa un notable perjuicio para el patrimonio municipal».