Es el único que no pactó con el fiscal una rebaja de su pena a cambio de reconocer que colaboraba con el jefe de la banda.
Servando Vidal Herbón fue el único de los nueve acusados de integrar un grupo dedicado al narcotráfico en Padrón que el pasado martes decidió no aceptar el acuerdo que les ofreció el fiscal por el que vieron rebajadas sus penas a cambio de aceptar los hechos que les imputaban. Por ello, ayer se sentó de nuevo en el banquillo de los acusados, esta vez solo, para responder al cargo de tener un puesto relevante en esta organización, motivo por el cual el ministerio público solicita para él una pena de cuatro años de prisión.
Vidal Herbón aparece en numerosas conversaciones telefónicas que intervino la Guardia Civil hablando con Fernando Baleirón Abuín, el líder de la banda que operaba en Padrón, Dodro y Rianxo y que ha aceptado los cargos de los que le acusaban y una pena de seis años de cárcel. También fue visto en numerosas ocasiones con el grupo y está probado que utilizaba los coches que tenían. Sin embargo, él niega que formara parte de la organización y asegura que solo acudía como un simple consumidor a la casa de Lestrove que usaban para vender drogas.
Esa es la única relación que ayer admitió tener con el grupo ya condenado, la de un toxicómano que compraba cada día sus dosis y que pagaba o bien con dinero en metálico o en especie con objetos que había robado. «Por desgracia, soy un toxicómano que me busco la vida como puedo, pero no un traficante», explicó el propio Servando Vidal haciendo uso de su derecho a tener la última palabra en el juicio. Actualmente está en prisión cumpliendo condena por robos.
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Los miembros de la Guardia Civil que llevaron a cabo esta investigación aseguraron que durante más de seis meses, Vidal Herbón actuó como un lugarteniente de Fernando Baleirón. Estaría encargado de custodiar la casa de Lestrove en la que se vendía cocaína, heroína y cannabis y presuntamente también llevaba a cabo ventas a clientes que se acercaban cuando el jefe no estaba presente. Era, según el fiscal, Álvaro García, un hombre de confianza que hacía uso de los coches y atendía los teléfonos del líder de la organización.
La defensa del acusado lo niega y considera que contra su patrocinado solo hay «indicios inconsistentes» que es posible explicar si se tiene en cuenta que es un consumidor con una grave adicción a la heroína, según corroboró una perito de la unidad de tratamiento de drogodependientes de Ribeira. Por ello, solicitó para Servando Vidal la libre absolución, aunque de forma subsidiaria planteó que si el tribunal le declara culpable sea solo teniendo en cuenta el grado atenuado de este delito por tráfico de poca entidad y para pagar su toxicomanía.
«Por desgracia soy un toxicómano que me busco la vida como puedo, pero no un traficante»
Servando Vidal Herbón
La Voz de Galicia