«Terán que levarme a rastro».

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Victoria, en el centro, con su hija y su pareja

«Non, non imos marchar. Non vou entregar as chaves e marchar coas orellas baixas porque á xuíza lle dea a gana. Isto é meu e vou pelexar ata as últimas consecuencias. Que me saquen a rastro da miña casa ou o que queiran. Non hai papeis, pero non os hai para ninguén». Victoria Santiago Lagares lo tiene muy claro. Después del varapalo recibido por parte del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, había manifestado a la plataforma Stop Desahucios Barbanza su decisión de abandonar la vivienda antes de que mañana, a las 11.00 horas, se cumpla la orden de desalojo ordenada por el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Caldas.

Sin embargo, tras «consultar coa almofada», cambió de idea radicalmente y ayer, en lugar de estar empaquetando sus pertenencias, atendía a los medios de comunicación en el patio de su casa, la misma que está a punto de perder por «un lío moi grande». Visiblemente emocionada y angustiada, hace varios altos en su relato para contener las lágrimas, pero no da una imagen derrotista, sino todo lo contrario. «Eu non saio de aquí, eu quedo aquí amarrada cunha cadea» (a la barandilla del patio). «E saco a roupa e quedo en bragas e suxeitador».

Antecedentes

Bordeando los 60 años, a Victoria le toca seguir luchando por la casa que levantó casi con sus propias manos en los años 80, con el dinero que ahorró en 18 años emigrada en Bélgica y a la que volvió después de morir su exmarido, en 2012. En ella vive con un hijo, una nuera, dos nietos y su otra hija, Noelia, de 20 años, quien es la heredera de la vivienda aunque no pueda disponer de ella porque su padre, en el testamento, le legó el usufructo a la que era su pareja cuando falleció.

Victoria recuerda cómo llegó a este duro trance. «En setembro do ano pasado fomos a un xuízo de faltas porque supostamente a ameazamos -a la usufructuaria-, cando eu non a vira na vida. En Pontecesures saímos absoltos. Apelou en Caldas e cando chegamos ao xulgado a xuíza díxonos que non había xuízo. Asinamos e marchamos. Sempre pensei que asinaramos a presenza, pero aos poucos días chéganos unha sentenza firme pola que eu ía para fóra da casa e a outra para dentro. Por que? Se non se celebrou xuízo. Porque eu, se hai xuízo e o gaña, non me queda máis remedio, pero que sen celebrarse xuízo nos boten fóra da casa… Non me explico».

Alternativa

A pesar de su firme convicción, Victoria es consciente de que tarde o temprano tendrá que dejar la casa, por lo que la familia tiene una alternativa. «Buscar unha casa para sete persoas non é fácil, pero temos unha casa vella da miña nai, en Cordeiro, na que non vive ninguén. Se nos botan á forza para algún sitio teremos que ir. Para debaixo dunha ponte con dous meniños non podemos ir».

Las lágrimas asoman a sus ojos al hablar de sus nietos, una chiquilla que precisamente cumple mañana los 13 años y un niño de nueve. «Os pequenos queriamos que non estiveran o venres aquí, a ver se os mandamos á escola. Estano pasando moi mal. O neno non quere ir á escola, porque os rapaces dinlle que o van botar fóra. E os demais estaremos». Tiene todo el amparo de su familia («son a matriarca e o que diga eu está ben. Estamos apoiándonos uns aos outros») y también de algunos vecinos, como las que ayer se pasaron a darle aliento.

«Non vou marchar de aquí. Vanme vir botar á forza. Non me dá a gana de darlle as chaves ao Xulgado así polas boas -insiste-. Que veña a Garda Civil, que veña a xuíza botarme fóra. A ver con que dereito fixo o que fixo. Porque se eu non presentei papeis foi porque ninguén mos pediu, porque nun xuízo de faltas non fai falla presentar ningunha documentación. Onde os tivo ela para obrar como obrou? Estarei aquí ata o fin». Victoria reitera que es «unha inxustiza» porque la jueza «mesturou o civil co penal» y que «polo menos que me dea a oportunidade de escoitarme».

Pelea

Admite que «hai que empezar os trámites para arranxar o tema da titularidade, pero non quero facelo fóra, senón na miña casa, pero a xuíza non o entendeu así», solloza. «Iso non se fai en dous días. Dixéronme que polo menos tardaría dous anos. E nese tempo teño que ir vivir onde poida, aínda que chova por min».

La mujer no se explica «por que a usufrutuaria ten dereito a vivir na miña casa e eu non podo vivir nela. El debeulle de dar o usufruto da súa parte da casa, non da miña, que eu non asinei ningún consentimento. Non hai ninguén por riba desa xuíza para dicirlle que fixo mal?».

Victoria tiene que claro que «hai que empezar unha pelexa polo civil» para asegurar la titularidad del inmueble «e, se a perdo, marcho da miña casa, pero mentres, por que me botan fóra dela?».

Diario de Pontevedra

 

Un conocido delincuente especializado en robar casas atemoriza también a los cesureños.

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Cuando los vecinos lo ven paseando por la calle alertan a las fuerzas de seguridad e incluso se envían mensajes por watsapp indicando que Servando V.H., nacido en Rianxo en 1979, anda suelto. Y cuando sus constantes visitas a los juzgados y las cárceles le permiten estar libre, tanto Policía Local como Guardia Civil intensifican los controles en su entorno y le siguen la pista cada vez que tiene constancia de que se producen nuevos robos.

Se trata de un conocido delincuente con decenas de antecedentes policiales a sus espaldas y un largo historial en presidio que ahora podría no actuar solo. Es un hombre con problemas derivados de la drogadicción que ya ha asaltado supermercados y otros negocios en una y otra orilla de la ría de Arousa, es decir, tanto en la comarca de Barbanza como en el territorio Ullán-O Salnés.

Entre sus últimas detenciones aparece la practicada el pasado mes de enero en Pontecesures, acusado del robo de un par de vehículos, y recientemente también fue noticia porque la Fiscalía pidió para él una condena de cinco años de cárcel tras robar presuntamente un supermercado. Actualmente, indican las fuerzas del orden, pesa sobre él una condena firme, pero está a la espera de que se decrete su ingreso en prisión y sigue en la calle.

Por este motivo se investiga su presunta relación con los robos acaecidos en las últimas semanas en diferentes viviendas.

Los asaltos a domicilios particulares se han convertido, señalan los propios agentes, en la verdadera especialidad de Servando, al que presentan como un ladrón especialmente hábil para desmontar las ventanas de corredera cuando ve que las casas están vacías -aunque sea por un breve espacio de tiempo-, introduciéndose en ellas para desvalijarlo todo, centrando su atención en las joyas de oro -la bisutería barata le trae sin cuidado- y el dinero en metálico.

Su forma de actuar parece siempre la misma: Se cuela por una ventana, vuelca en el suelo el contenido de armarios, cajones, rinconeras, muebles de salón y todo cuanto encuentra, revuelve cajas, carpetas de documentos y todo tipo de recipientes y, al final, se lleva el botín en un tiempo de récord.

El martes por la tarde-noche, sin ir más lejos, alguien robó dos casas en Rianxo, y a pesar de la rápida respuesta de la Policía Local y la Guardia Civil, el autor o autores de los hechos consiguieron escapar antes de que llegaran los agentes, y eso que fue cuestión de apenas cinco minutos. Se cree que Servando pudo haber sido uno de los autores de esos hechos.

Por la ventana – El primer paso para los cacos que protagonizan la última oleada de robos a viviendas es desmontar las ventanas de corredera, que colocan con suavidad sobre el suelo para evitar hacer ruido.

Acceso sencillo – Individuos como Servando V.H. se han especializado en el asalto a viviendas. Si tras las ventanas de corredera (foto anterior) hay otras interiores, no dudan en romper el cristal para introducir un brazo y abrirlas.

Todo al suelo – Cuando el autor o autores de estos robos están «a salvo» en el interior de la casa tiran al piso todo el contenido de roperos y muebles en general. Buscan dinero escondido o joyas de gran valor, sobre todo de oro.

Revisan cada detalle – Joyeros, costureros, cajas ornamentales, cajones… cualquier lugar u objeto en el que pueda guardarse dinero o joyas es revisado minuciosamente. Los ladrones vierten el contenido en una bolsa y se van.

Faro de Vigo

La familia de Pontecesures amenazada de desalojo debe abandonar su vivienda esta semana.

La familia de Victoria Santiago tendrá que dejar su casa de Pontecesures antes de que acabe la semana. Esta mañana, la plataforma Stop Desahucios de Barbanza recibió una notificación mediante la que el Tribunal de Estrasburgo, al que se había recurrido para intentar frenar el desalojo, comunica que «no acepta las medidas cautelares solicitadas, no entrando a valorar la cuestión de fondo [la titularidad de la vivienda] y dejando el caso en manos de los tribunales de justicia españoles». La familia opta, en este caso, por desalojar voluntariamente la vivienda, y mañana mismo procederán a recoger todos sus enseres para trasladarse a casa de un familiar. «Posiblemente la familia proceda a entablar una demanda civil para reclamar la propiedad y la posesión sobre el inmueble», una casa que Victoria Santiago construyó con su ex marido hace años, y que ahora le disputa la última pareja del hombre, ya fallecido.

La Voz de Galicia

Empieza la cuenta atrás para el desalojo de una familia de Pontecesures.

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En casa de Victoria Santiago el Carnaval se está viviendo sin alegría. Esta mujer y su familia atraviesan, desde hace semanas, un calvario con el que «non contabamos». Comenzó cuando llegó a sus manos una orden de desahucio procedente de un juzgado de Caldas. Una orden que, si Estrasburgo no lo remedia, deberá ejecutarse antes de que finalice esta semana. Y es que el próximo viernes, a las once de la mañana, acaba la prórroga dada por la jueza a Victoria y los suyos para que desalojen la vivienda que ocupan en el lugar de Monte de Porto y cuya titularidad está en tela de juicio.

Cada día más nervios

«Acábasenos o tempo», dice Victoria, que a duras penas puede contener la impaciencia. Hace semanas que su caso fue trasladado a Estrasburgo, pero aún no ha llegado ninguna respuesta de Europa. «Esperaban resolver en oito semanas, pero nós non temos ese tempo», señala esta cesureña. Quiere hacer caso a la plataforma Stop Desahucios Barbanza y mantener viva la esperanza de que, hoy o mañana, como muy tarde, llegue una orden de paralización cautelar de la sentencia que la obliga a dejar su casa. Pero cuesta trabajo abrazar el optimismo cuando se ve como el tiempo pasa sin que nada se mueva. «Nós, canto máis se acerca o día, máis nerviosos estamos», señala Victoria.

Si mañana cae la noche sin noticias de Estrasburgo, esta mujer y sus siete familiares -entre ellos dos menores- empezarán a embalar sus cosas para dejar la casa antes de que se cumpla el plazo dado por la jueza de Caldas. Y es que, «a non ser que desde a plataforma nos digan que é mellor que quedemos para o venres ás once, nós preferimos irnos antes e coas nosas cousas», explica. Desde Stop Desahucios entienden ese deseo y lo respaldan: vivir un desalojo por la fuerza y bajo control policial es un trago demasiado amargo, especialmente para una familia en la que aún hay menores de por medio. «O pequeno non sabe moito do que pasa. Pero a nena… Xusto o venres é o seu cumpleanos», dice, apesadumbrada, Victoria.

A una casa de la familia

En las casi cuatro semanas de prórroga que están a punto de expirar -la primera fecha para el desalojo era el jueves, 13 de febrero- la familia ha intentado trazar un plan B, disponer una puerta de emergencia por si desde Estrasburgo no llega la solución esperada. «Buscamos por todos lados, pero non é doado atopar unha casa para sete persoas», explica Victoria, que vive junto con su actual pareja, una de sus hijas, su hijo, la mujer de este y dos de sus nietos.

Finalmente, si la situación no mejora y los juzgados no dejan otro remedio, la familia se trasladará a Valga, a casa que la madre de Victoria tiene en Cordeiro. Son apenas dos kilómetros de distancia que esta familia confía en no tener que recorrer con el amargo sabor de la derrota en los labios.

La Voz de Galicia

La familia de Porto dejará la vivienda en litigio si Estrasburgo no frena el desalojo.

La familia de Pontecesures afectada por una orden de desalojo que debe hacerse efectiva este viernes ha decidido que abandonará la vivienda en litigio, emplazada en el Monte de Porto, si no fructifica el recurso interpuesto ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo para la adopción de medidas cautelares.  A esta institución han solicitado, a través de un abogado que colabora con Stop Desahucios, que paralice la ejecución de la sentencia dictada por el Juzgado de Caldas y que obliga a los siete miembros de la familia de Victoria Santiago Lagares (entre ellos dos menores de edad) a marcharse de la vivienda. El exmarido de Victoria, ya fallecido, legó el usufructo del inmueble a otra mujer con la que convivió. Según la denuncia por coacciones que interpuso contra Victoria y sus hijos, estos le impidieron acceder a la casa colocando cadenas y candados. La sentencia dio la razón a la demandante y la jueza dictaminó que la familia debe desalojar la casa, a pesar de que su titularidad está en duda y Victoria Santiago defiende que, al menos en parte, es de su propiedad. Por eso ya anunció su intención de interponer una demanda civil para hacer valer sus derechos de propiedad.
Aunque faltan apenas tres días para que se cumpla la fecha límite de desalojo, Stop Desahucios de O Barbanza todavía confía en que Estrasburgo se pronuncie a lo largo de esta semana y su resolución ??sea favorable?. Ayer mismo el abogado que representa a la familia envió un escrito al tribunal europeo recordando el caso e insitiendo en que ??adopten medidas? para frenar el inminente desalojo. De no ser así, Victoria Santiago y su familia ya han decidido abandonar voluntariamente la vivienda para ??evitar que se forme un jaleo? y que tengan que acudir ??la Guardia Civil y la secretaria judicial?, confirma José Manuel Pena, portavoz de Stop Deshaucios. Los cinco adultos y dos niños se mudarán, explica, a un inmueble propiedad de un pariente.

Diario de Arousa

La usufructuaria de la vivienda de Porto con orden de desalojo afirma que la casa está ocupada ??ilegítimamente?.

El abogado de la mujer usufructuaria de la vivienda del Monte de Porto con orden de desalojo indica que Victoria Santiago y su familia, que ??se presentan ante la opinión pública como víctimas, son en realidad condenados por una falta de coacciones? al haber impedido que su clienta accediese al inmueble ??mediante la colocación de unas cadenas y candados?. Así lo corrobora, incide, la sentencia dictada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Caldas, que revocó el fallo inicial absolutorio del Juzgado de Paz de Pontecesures. Es esa condena la que lleva aparejado el ??reintegro inmediato a mi clienta de la que era su vivienda habitual?. El usufructo de la casa le fue legado por Elisardo Taibo, exmarido de Victoria Santiago, en su testamento, por lo que ??debe quedar claro que los condenados entraron sin título legal en una vivienda ocupada por un tercero y se apoderaron ilegítimamente del uso de la misma?, continúa el letrado Fidel Riobó.
Victoria Santiago y su familia (viven en la casa siete personas, entre ellos dos menores de edad) defienden que la mitad de la vivienda es suya, pues la habría construido el matrimonio conjuntamente. Ante el inminente desalojo, que estaba fijado para el 13 de febrero y que quedó postergado hasta el 7 de marzo, recurrieron a la plataforma Stop Desahucios de O Barbanza que les facilitó un abogado. Han recurrido al Tribunal de Estrasburgo para que paralice la ejecución de la sentencia y presentarán una demanda civil para ??hacer valer sus derechos de propiedad?.
Ante esto, el abogado Fidel Riobó comenta que, ??si consideran que tienen algún derecho superior? al de su clienta, ??tienen los tribunales de justicia para ejercitar las acciones civiles que les asisten?. Relata que su defendida, que tiene como ingresos una pensión no contributiva, ??tiene que vivir de alquiler desde hace dos años? y, además, ??no ha podido hacer uso de sus enseres personales, todos ellos referidos en el testamento de Elisardo Taibo y que quedaron en la casa?. Así las cosas, ??ha tenido que comprar todo lo que ha necesitado, pues ni siquiera se le ha permitido recoger? esos objetos ??que son propiedad de mi clienta?, insiste.

Diario de Arousa