Seage seguirá los pasos del alcalde de Vilagarcía y rescindirá el contrato a la firma que humanizaba la zona portuaria.
La empresa Nexia Infraestructuras ha cambiado de titulares. La firma ha sido vendida y, aunque sus nuevos responsables afirman que «la intención es seguir con la actividad y que las obras que se están realizando sigan su curso», lo cierto es que de momento se están centrando en «analizar la situación de la empresa para poder fijar la estrategia» futura. Y esas no son buenas noticias para los municipios de Vilagarcía y Pontecesures. Los dos tienen tratos con una firma que les ha generado considerables problemas.
En Vilagarcía, el rosario de despropósitos en los que acabaron envueltas las obras de humanización de la calle Vázquez Leis, en Vilaxoán, llevaron a que, en el mes de diciembre, Ravella tomase una decisión rotunda: rescindir el contrato con la adjudicataria, que se había comprometido a tener la calle lista el 21 de junio. Seis meses después de vencido el plazo, quedaba el 20 % del proyecto por ejecutar. La intención de Ravella era que la empresa que había quedado en segundo lugar en el concurso de adjudicación terminase la actuación, pero Nexia presentó una serie de alegaciones contra la decisión del Concello de apartarla. Ahora, los servicios jurídicos están mirando el caso con detalle, para argumentar concienzudamente su respuesta por si esta llegase a los tribunales. El asunto es que, entre unas cosas y otras, la venta de la empresa no viene más que a complicar un poco más el panorama. Y este es, de por sí, desesperanzador para los vecinos de Vilaxoán, donde la primera calle que iba a ser humanizada se ha convertido en una vía perennemente en obras.
A la orilla del río
En Pontecesures también arrastran problemas con Nexia Infraestructuras, a quien encomendaron en su día la humanización de la obra portuaria. Los trabajos también han sufrido numerosos retrasos, pero en algunos ocasiones debidos al Concello. Así lo reconoce el alcalde Juan Vidal Seage (PP): se modificó el proyecto para recolocar el monumento de Manolo Paz y para incluir una obra para eliminar un vertido al río procedente de la plaza de abastos. A todo ello hay que sumar los problemas propios de la empresa, que hace un tiempo parecían estar resueltos. «Pero hai uns días levaron a maquinaria toda e marcharon», sin dar más explicaciones. Después de eso, el Concello tuvo noticia de la venta de la empresa constructora.
«Nestes momentos estamos buscando a forma de solucionar isto, os pasos que temos que dar», señala Seage, que considera que lo primero será rescindir el contrato con la firma. «Temos que ver se facemos como Vilagarcía, adxudicándoa á segunda empresa do concurso, ou se sacamos de novo a contratación a parte que queda por facer».
Seage recuerda que los trabajos deberían haber quedado listos a mediados del año pasado. «Agora, moito me temo que non estean rematados nin para a Festa da Lamprea, o que nos vai condicionar moito», argumenta el regidor del Baixo Ulla.
Cuando las obras se demoran tanto que desesperan a los vecinos
Hay calles en las que las obras parecen ser interminables. De ello podrían hablar largo y tendido los vecinos de la rúa Cervantes, en Carril, que llevan casi un año con la vía levantada. La dureza de la piedra con la que se encontraron los obreros de la empresa que está realizando los trabajos provocó un retraso que llevó al Concello a conceder una prórroga de dos meses que vence ya, en cuestión de días. Ravella confía en que los trabajos estén listos para entonces, según confirmaba ayer el Concello de Vilagarcía.
Pero de vicisitudes y retrasos pueden hablar también los vecinos de la grovense Alexandre Bóveda. Allí los trabajos comenzaron a finales del mes de octubre, cuando la empresa Marconsa se puso manos a la obra. Para sorpresa de muchos, el proyecto parece estar a estas alturas parado. Y es que, en realidad, lo está. Así lo confirmó ayer el alcalde, el socialista Jose Cacabelos, quien indicó que se ha modificado el proyecto inicial para proceder a una mayor ampliación de aceras, una medida para la que ha sido preciso llegar a acuerdos con los propietarios. «Tenemos que formalizar el acuerdo y seguimos con las obras», dice el regidor meco.
El retraso de estos trabajos no está gustando demasiado a vecinos, comerciantes y usuarios de esa vía de comunicación, un hecho que no ha pasado desapercibido a los grupos de la oposición grovense. Esquerda Unida, que está haciendo un minucioso seguimiento a este proyecto, considera que las obras se han realizado sin una mínima planificación, y que todas las modificaciones que se han ido introduciendo en el proyecto acaban dilatando los plazos de una forma exasperante para quienes tienen que convivir con los trabajos a la puerta de su casa. Además, desde EU consideran que este proyecto adolece de las mismas carencias que otras actuaciones desarrolladas en la localidad, sin estar integrado en un plan global de reordenación de la villa que asegure la viabilidad de los cambios introducidos.
La Voz de Galicia