Tres grupos de vecinos comparten su tiempo y su ingenio para llenar de Navidad la villa con creaciones, como el árbol de botellas de Carreiras, hechas con materiales reciclados.
Compartir. Es uno de los grandes valores que se procuran fomentar en Navidad. Se comparten cenas y brindis, pero también tiempo. Y esto último es lo que se están regalando los vecinos de Pontecesures entre ellos y a su tierra. Lo hacen por zonas: la del Coche de Pedra y exteriores de la plaza de Abastos, la de Porto y la de Carreiras. Tres espacios que están siendo reconvertidos por sus habitantes con el objetivo de darles un nuevo color y hacerlos más propios. El concurso propuesto por el Concello para que los vecinos del municipio formen parte de la decoración navideña ha sido muy recibido: ya están manos a la obra para hacer del suyo el rincón más bonito. Eso sí, todos coinciden: lo más importante no es el premio, si no los momentos que están compartiendo.
«Es increíble la unidad que se ha generado». Estas palabras son de José Manuel Moreiras, uno de los vecinos de Carreiras que moldea cualquier plástico o cartón que cae en sus manos hasta convertirlos en verdaderas guirnaldas. Lo hace en compañía de Ana Eitor, Laura Coira y un amplio número de vecinos: cerca de treinta personas, de entre cuatro y 65 años, dan rienda suelta a su imaginación para transformar la plaza de Carreiras. «Estoy sorprendido con todo lo que saben hacer, hay gente con gran habilidad para las manualidades», indica Moreiras. Además de tiempo, comparten ideas y técnicas plásticas: «aprendemos todos de todos». De ese aprendizaje conjunto nació el árbol de seis metros de alto (siete si se cuenta la estrella) que llama la atención desde lejos y que se enciende cuando lo hace el alumbrado público. «Entre sábado y domingo esperamos que esté todo terminado», indica. Da alguna pista más: chimenea y muñecos de nieve. Seguro que valdrá la pena verlo.
No muy lejos de allí, los vecinos de las proximidades del Coche de Pedra y la plaza de Abastos y los de Porto cumplen también con la principal directriz: reciclar para adornar. En ambos lugares no son novatos a la hora de fomentar la creatividad. Si las seis mujeres que se encargan de la primera zona ya han calcetado para los árboles cesureños, el grupo de quince personas de Porto pilota al amplio número de manos que se reúne para hacer las alfombras de flores del Corpus Christi. «Para las alfombras somos más gente, pero también nos lo estamos pasando muy bien con la decoración navideña», afirma Elena Vidal Agrasar, del grupo de Porto. También construirán su propio árbol con botellas.Hay muchos factores a tener en cuenta: el tipo de pinturas a utilizar por si llueve o el tipo de sujeción por si hace viento.
Si hablamos del equipo de la plaza del Coche de Pedra y la plaza de Abastos, en el que se encuentra Carmen Llerena, no habrá un árbol: serán cinco. Los que la naturaleza les ha regalado y ellos se encargarán de decorar. Ahí la clave de su estrategia. Las tres zonas tendrán que estar listas el próximo lunes para disfrute de quienes transiten por ellas. Los premios (150, 100 y 50 euros) son para estos vecinos lo de menos: Navidad es compartir. Y lo están haciendo.
La Voz de Galicia