Los pescadores que hasta ayer capturaban el afamado parásito marino a la altura de Pontecesures van a trasladarse ahora con sus nasas a la desembocadura del río Ulla
Las nasas butrón dejan Pontecesures y se van a Carril y Catoira. // I.A.
El entorno de las Torres do Oeste es una de las mejores zonas para la pesca de anguila.
La campaña de pesca de lamprea finalizó ayer en el Ulla, el mismo río en el que pronto volverán a largarse los aparejos para capturar anguila. El colectivo de valeiros que hasta ahora se ocupaba del parásito marino más afamado y culinariamente preciado se prepara a capturar otro pez no menos sabroso, aunque antes estos pescadores tienen que conseguir unos permisos que todavía no tienen y que reclaman desde hace semanas a la Xunta de Galicia.
En cuanto los obtengan, confían en que sea esta misma semana, la flota que hasta ahora podía verse con sus nasas butrón a la altura del muelle pontecesureño va a trasladar su faena diaria río abajo, y más concretamente al espacio marítimo-fluvial comprendido entre el puente interprovincial Catoira-Rianxo y el entorno de la isla de Cortegada, allí donde desemboca el caudaloso Ulla.
Así pues, espacios del río con tanto calado como los situados cerca de las catoirenses Torres do Oeste van a recibir pronto la visita de estos pescadores que compaginan sus diferentes artes y especies y que faenan tanto en aguas marítimas como continentales; los mismos que, recuerdan con muestras evidentes de enfado, acumulan ya dos meses de retraso en lo que a pesca de anguila se refiere.
Y es que «teníamos que haber empezado a pescarla el 1 de febrero, pero aún no nos dieron los permisos porque la Administración incumplió el pacto que había alcanzado con nosotros».
A lo que se refieren cuando hablan de pacto es a que «estaba previsto que compatibilizáramos la pesca de lamprea con la de anguila en los meses de febrero y marzo, pero parece que han estado esperando a que terminara la campaña de la primera para darnos las autorizaciones de la segunda».
Es, insisten, una auténtica lástima y un perjuicio para sus intereses como profesionales, ya que «tuvimos una campaña de lamprea muy mala debido a las pésimas condiciones del tiempo, pues con días de tanta lluvia y viento no había». Sin embargo, «esas condiciones son las idóneas para la anguila, por eso si la Xunta cumpliera su promesa y nos hubiera dado el permiso el 1 de febrero habríamos estado alternando las zonas de pesca de las dos especies».
No ha sido así «y nos han dejado tirados, sin plan B», lamentan, de ahí que ahora exijan a la Consellería de Medio Ambiente «que nos autorice ya la pesca de anguila, pues de lo contrario tendremos que salir a la calle a manifestarnos, ya que con este retraso nos están causando un daño económico enorme».
Al hacer esta advertencia explican que de este colectivo «formamos parte trabajadores profesionales que necesitamos capturas para mantener a nuestras familias; no somos pescadores deportivos que van al río a pasar el rato».
FARO DE VIGO, 16/04/13