La fiesta que reúne a los mayores del Concello de Valga nunca falla.

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El pabellón polideportivo de Cordeiro volvió a llenarse, como ya es tradición, con la “Festa dos Nosos Maiores”. Es una cita anual convocada por el Ayuntamiento de Valga que reúne a cientos de vecinos, y el domingo volvió a suceder. Después de una misa se reunieron todos los participantes en las instalaciones deportivas para asistir a un suculento almuerzo de confraternidad cuya sobremesa se prolongó hasta altas horas de la tarde. El alcalde, el conservador José María Bello Maneiro, volvió a presidir esta celebración en la que suena la música, se recuerdan viejas historias y se habla absolutamente de todo. Esta ha sido la edición número diecinueve de la fiesta de los mayores, que una vez más se ha mostrado como una apuesta segura para la Administración local. Y si los mayores fueron los protagonistas del domingo, ayer por la tarde lo eran los niños.

Faro de Vigo

Los alumnos del Ullán lo festejaron ayer en Valga con el vigésimo primer certamen literario intercentros.

El XXI Certame Literario Intercentros, llevado a cabo con motivo del Día das Letras Galegas y dedicado a Manuel María, tuvo lugar ayer en el Auditorio Municipal de Cordeiro (Valga) con participación de alumnos de los colegios locales Baño y Xesús Ferro Couselo, pero también con presencia de estudiantes del Infesta, en Pontecesures, y del colegio Progreso, de Catoira.

Faro de Vigo

Valga recuerda a Celestino Carbia, alcalde republicano y agricultor pionero.

Fue fusilado en Monteporreiro el 11 de mayo de 1937 -Se enfrentó a la Iglesia y promovió una cooperativa de sidra.

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Valga recordó ayer a sus vecinos asesinados y represaliados durante la dictadura franquista, personificados todos en la figura de Celestino Carbia Campaña, alcalde de la localidad entre 1931 y 1936. Tras el alzamiento militar estuvo preso en la isla de San Simón y fue fusilado en Monteporreiro el 11 de mayo de 1937. En cuestión de días se cumple el aniversario de su muerte, que generó tal polvareda y malestar en la villa que las autoridades se vieron obligadas “a decir que se le había concedido el indulto, pero que había llegado tarde. No era verdad, lo hicieron para calmar a la gente”, recuerda su nieto, Manuel Carbia, uno de los participantes en el homenaje celebrado en el teleclub de Cordeiro. El mismo local, ahora restaurado, que se construyó en el año 1917 como sede del antiguo Sindicato Católico Agrícola de Cordeiro, una institución cofundada por el bisabuelo de Manuel y padre de Celestino, Francisco Carbia Fariña. También él fue alcalde valgués, dando después el relevo al ayer homenajeado, al que se recordó como “un defensor de la libertad y de los derechos de las personas, sobre todo de las más desfavorecida, impulsor del cooperativismo” y pionero en el sector agrícola.

“Era un terrateniente, pero sabía lo que hacía”, comenta su nieto. Quería para Valga las mejores plantaciones y el mejor ganado, lo que motivó la creación del mencionado sindicato. Tenía en sus terrenos “una plantación de tabaco, que fue lo primero que le incautaron”, y alrededor de 200 cabezas de ganado. Era conocido y reconocido, no solo por “ayudar a los pobres”, sino por contar también con aparejos punteros para el trabajo en el campo. “En aquel momento, cuando todos tenían aún arados de palo, mi abuelo compró dos de hierro. Uno era para quedárselo y el otro para enseñar a la gente a cultivar con él”, añade Manuel Carbia. Recuerda, además, uno de los proyectos más ambiciosos de su antepasado, truncado por la muerte. Quería plantar 16.000 manzanos para constituir en Valga una cooperativa de elaboración de sidra. Y se le recuerda, igualmente, por haberse “enfrentado a la Iglesia. Los curas exigían, cuando moría una persona, que la familia les llevaran sacos de cereales” a modo de impuesto “y mi abuelo sacó un edicto prohibiendo “esas prácticas” en una época en la que la gente vivía de los productos que cultivaban.

Otros represaliados

Celestino Carbia no fue el único miembro de su familia víctima de la represión. Su yerno, Arturo Ferro Eiras, fue encarcelado en el penal de San Cristóbal, en Pamplona, y asesinado cuanto trataba de escapar a Francia. Fueron muchos los valgueses que sufrieron la represión en sus propias carnes y algunos sobrevivieron gracias a todo tipo de artimañas. Fue el caso de un vecino de Laxes, que vivió escondido en un agujero debajo de la cocina de su propia casa.

Además de Manuel Carbia, en el acto de ayer en el teleclub participaron Margarita Teijeiro, de la asociación O Faiado da Memoria, y Raúl Soutelo Vázquez, profesor e historiador que en el año 2044 ganó el premio de investigación Xesús Ferro Couselo con el proyecto “Emigración de retorno e dinámicas sociopolíticas locais na Galicia rural: unha microanálise dende Valga, 1890-1950”. Este trabajo fue publicado años después, en 2007, por el Ayuntamiento valgués.

Faro de Vigo

Descubren una placa en su honor en el cementerio.

Los homenajes a Celestino Carbia continúan este mediodía, con un emotivo acto de recuerdo ante su tumba. A las 13:30 horas se procederá al descubrimiento de una placa conmemorativa en el cementerio de la parroquia de Campaña, donde descansan los restos del exalcalde republicano desde 1977. Fue en ese año cuando la familia consiguió recuperar lo que quedaba del cuerpo y trasladarlo a Valga, ya que tras su muerte, en 1937, se había enterrado en el camposanto de San Mauro, en Pontevedra. Todos estos actos en memoria del que fuera regidor del municipio estuvieron organizados por la Sociedade Cultural de Cordeiro y la asociación Os Penoucos, que contaron con la colaboración de la Diputación Provincial de Pontevedra.

Faro de Vigo

Frei Isorna xace baixo un ciprés.

SALVADOR GARCÍA-BODA?O

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A RECORDACI?N constitúe a base da Historia: é un ronsel de vivencias do pasado que fica entre nós ata ir desaparecendo nos espazos do esquezo, por iso é tan importante conservarmos recordos dos feitos referidos á evolución da humanidade e aos testemuños vivenciais e intelectuais, sobre todo para establecermos índices comparativos nos posíbeis retrocesos na ética das condutas e deterioros morais. Ás veces, a dinámica da vida sorpréndenos no noso impredicíbel percorrer existencial co coñecemento de singulares persoas que chaman pola nosa atención admiradora e o noso respectuoso afecto, tanto polo seu fondo saber como pola súa bondadosa preocupación humanitaria.

Moitas foron as veces que me atopei e charlei co Pai Xosé Isorna en múltiples actos de carácter cultural galeguista. Como xa se ten destacado nos medios, o Pai Isorna, nado no lugar valguense da Barcia (Cordeiro), Pontevedra, en 1921, iniciou a súa formación eclesiástica no Convento de Herbón, fixo o noviciado en Santiago e continuou despois case incansabelmente a súa formación filosófica e teolóxica. Ordenado sacerdote no 47, comezou unha relevante misión pastoral [como se nos indicou na crónica da Arquidiócese de Santiago de Compostela] e unha activa actitude defensora da nosa lingua propia no sector eclesial e social, sendo nomeado acádémico correspondente da Real Academia Galega. Publicou diversos textos sobre a espiritualidade e sobre Galicia. Ao longo de anos foi Delegado de Medios de Comunicación do Arcebispado de Compostela e sempre sostivo unha gran relación cos profesionais da prensa e radio e da televisión. Foi colaborador de El Correo Gallego e, tamén, moitos anos, oficiou a Eucaristía na TVG, en galego.

Neste estraño inicio da primavera, o sentir dunha notábel parte da Galicia culta e do seu espiritual sentir, conmoveuse, nesta ocasión, coa definitiva ausencia dun dos ilustres fillos da nosa Patria, foi o Pai Xosé Isorna, falecido aos 94 anos, relixioso e fondamente galeguista, un exemplo fronte a quen non aman nin ao seu próximo nin á lingua desta terra, unha figura egrexia e xenerosa das tan necesarias nun mundo ao que se lle di que se lle fala en nome de Deus. Era o fraternal frade e escritor xornalístico, un modesto persoeiro cristián de fondo sentimento galego, nunha situación complexa tal como se transluce da recomendábel obra Galegos e cristiáns. Deus fratresque Gallaeciae con prólogo do sacerdote e profesor Andrés Torres Queiruga: “Unha introdución necesaria. Unha ollada ó pasado distante e recente”. Xentes citadas con admiración e gratitude nese libro aberto que é Galegos e cristiáns.

As veces, lembrar breves instantes da nosa existencia, intentando apreixar os fuxidíos momentos que vagan pola nosa memoria é visionar o noso pasado como fragmentos de soños que rexorden ante imprevistas noticias, reactivando os pensamentos de onte como novas vivencias da realidade. Os ausentes fanse presentes, fugazmente, e a forza dos recordos afoga o alento e mesmo encolle o corazón.

Da Real Academia Galega

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El Correo Gallego