Concentración en la plaza de Macías contra la violencia de género.

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Un año más, la plaza padronesa de Macías acogió una concentración en contra de la violencia de género, promovida por los concellos de Padrón, Rois y Dodro. Fue el domingo y durante el acto, al que asistieron políticos y vecinos de los tres municipios del Sar, se leyó una declaración institucional en contra de la violencia machista. En la concentración hubo música y globos en recuerdo de las víctimas de esta lacra social.

La Voz de Galicia

Un vehículo se prepicita al río Sar en Padrón por un despiste de su conductor.

Un coche caía ayer al lecho del río Sar, en el municipio de Padrón, al parecer y según apuntaron fuentes policiales, por un despiste del conductor. Los hechos ocurrieron poco antes de las nueve de la mañana, cuando un Renaul Megane azul acababa en el lecho del río. Su conductor, un joven de veinte años y vecino de Dodro, habría calculado mal la distancia cuando intentaba aparcar en la pista que, procedente del municipio dodrés conduce a la depuradora de Padrón, provocando que el coche acabase deslizándose finalmente al río. Afortunadamente, el río se encontraba en ese momento muy bajo de caudal por lo que el joven no sufrió daño alguno, aunque sí se llevó un buen susto. Hasta el lugar del siniestro se desplazaba la Policía Local de Padrón y la grúa de la compañía aseguradora del vehículo.

El Correo Gallego

La «oficina» de la droga estaba en Lestrobe.

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De los nueve acusados, solo uno declaró porque aceptaron un acuerdo con el fiscal.

En Padrón, los narcos iban a «la oficina». Al menos el grupo juzgado esta semana por formar parte de una organización dedicada a la venta al por menor de heroína, cocaína y cannabis. De los nueve acusados, ocho no llegaron ni a declarar en la vista oral. Aceptaron un acuerdo con el fiscal a cambio de rebajar las penas que les pedían. Entre ellos, el jefe, Fernando Baleirón Abuín, y su lugarteniente, Secundino Osorio Tarrío, que tendrán que ingresar en prisión dado que han aceptado condenas de seis y cinco años, respectivamente.

«La oficina» era la casa que el cabecilla del grupo de narcotraficantes había alquilado en Lestrobe (Dodro) para utilizarla como centro de operaciones. El inmueble, situado en la carretera de Rianxo, era frecuentado por toxicómanos que acudían a comprar sus dosis y que muy frecuentemente fumaban o se inyectaban allí mismo.

En las numerosas conversaciones telefónicas interceptadas por la Guardia Civil durante los largos meses de investigación son constantes las referencias a la casa como si de un lugar normal, y legal, de trabajo se tratase. El jefe, Baleirón, llamaba a sus colaboradores y les preguntaba «¿estás en la oficina?» o les advertía de que tal o cual cliente «iban a pasar por la oficina» y les pedía que les atendiesen debidamente con palabras en clave como «del color» para la heroína.

Aquella «oficina» de la droga de la comarca de Padrón fue por tanto vigilada día y noche por los agentes y se documentó cada movimiento de los narcotraficantes. La Guardia Civil supo así que, en un momento dado, el grupo sufrió un robo. Alguien aprovechó que el inmueble se quedaba vacío por las noches para entrar y llevarse la mercancía que tenían allí almacenada. Ese fue el momento en el que Fernando Baleirón decidió cambiar el modus operandi de la organización y dejar en «la oficina» un retén que la vigilase 24 horas al día.

Todos menos uno de los colaboradores del grupo han aceptado su participación en los hechos y condenas de entre tres y tres años y medio de prisión. No las cumplirán, de momento, porque el acuerdo con el fiscal incluye una suspensión por tres años de la condena siempre y cuando se sometan a un tratamiento de desintoxicación con controles periódicos cada seis meses que demuestren que ya no consumen estupefacientes. No en vano, todos eran toxicómanos, un factor que ha sido tenido en cuenta como atenuante a la hora de juzgarlos porque se considera que cometieron los delitos para, en parte, sufragarse las dosis que necesitaban.

En la estructura que la banda montó en Padrón, además de «la oficina», también utilizaban para sus ventas, aunque en menor medida, el piso en el que vivía Fernando Baleirón con su novia -también condenada- en la capital del Sar. Su lugarteniente, Secundino Osorio, hermano de su pareja, también vivía allí con ellos. El tercer lado del triángulo era un bar situado en la plaza de Camilo José Cela, el A Lareira, en el que estaba al frente otra de las acusadas que ha aceptado los hechos a cambio de una reducción de la condena.

Venta a pequeña escala
El grupo contaba además con un numeroso parque de automóviles que utilizaban para ir y venir de «la oficina» con la droga. Se abastecían con dos intermediarios de Vilagarcía que también han aceptado los hechos y han sido condenados.

El de Baleirón era un grupo de venta de droga a pequeña escala pero muy bien organizado. De hecho, él llevaba una libreta con la contabilidad día a día tanto de las compras de droga a sus proveedores como de las ventas que hacía. Papelina a papelina, gramo a gramo, todo quedaba allí registrado. Tanto control le hizo llevar bien el negocio, pero también aportó a la Guardia Civil muchas e irrefutables pruebas.

La casa de Lestrobe ya no es «la oficina» de la droga. Tras el desmantelamiento de la banda el inmueble ya no es el epicentro del menudeo de estupefacientes en la zona de Padrón. No hace mucho hasta allí acudían a diario toxicómanos de la comarca e incluso de Santiago.

Gramo a gramo, el jefe de la banda registraba en su libreta todas las ventas que hacía.

La Voz de Galicia

Padrón acogió una jornada de gestión pública de turismo.

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Una treintena de alumnos y dos profesores de la Escuela Universitaria de Turismo asistieron ayer en Padrón a una jornada para analizar la gestión pública del turismo, organizada por la Asociación de Empresarios del Sar.

La jornada comenzó en la biblioteca del convento del Carmen con una mesa de trabajo, en la que participaron el técnico municipal de Turismo, Alberto Rey; el gerente del albergue privado Corredoiras, Joaquín Canabal; el de la empresa Amextreme Aventura, Luis Fernández; el de la casa de turismo rural A Meixida y presidente de la Federación Galega de Turismo Rural, Cesáreo Pardal, además de la presidenta de la Asociación de Empresarios de Padrón, Rois y Dodro, María Calvo.

Por la tarde, los asistentes hicieron visitas culturales a la villa.

La Voz de Galicia

El noveno acusado de integrar un grupo narco en Padrón alega que solo era comprador.

Es el único que no pactó con el fiscal una rebaja de su pena a cambio de reconocer que colaboraba con el jefe de la banda.

Servando Vidal Herbón fue el único de los nueve acusados de integrar un grupo dedicado al narcotráfico en Padrón que el pasado martes decidió no aceptar el acuerdo que les ofreció el fiscal por el que vieron rebajadas sus penas a cambio de aceptar los hechos que les imputaban. Por ello, ayer se sentó de nuevo en el banquillo de los acusados, esta vez solo, para responder al cargo de tener un puesto relevante en esta organización, motivo por el cual el ministerio público solicita para él una pena de cuatro años de prisión.

Vidal Herbón aparece en numerosas conversaciones telefónicas que intervino la Guardia Civil hablando con Fernando Baleirón Abuín, el líder de la banda que operaba en Padrón, Dodro y Rianxo y que ha aceptado los cargos de los que le acusaban y una pena de seis años de cárcel. También fue visto en numerosas ocasiones con el grupo y está probado que utilizaba los coches que tenían. Sin embargo, él niega que formara parte de la organización y asegura que solo acudía como un simple consumidor a la casa de Lestrove que usaban para vender drogas.

Esa es la única relación que ayer admitió tener con el grupo ya condenado, la de un toxicómano que compraba cada día sus dosis y que pagaba o bien con dinero en metálico o en especie con objetos que había robado. «Por desgracia, soy un toxicómano que me busco la vida como puedo, pero no un traficante», explicó el propio Servando Vidal haciendo uso de su derecho a tener la última palabra en el juicio. Actualmente está en prisión cumpliendo condena por robos.
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Los miembros de la Guardia Civil que llevaron a cabo esta investigación aseguraron que durante más de seis meses, Vidal Herbón actuó como un lugarteniente de Fernando Baleirón. Estaría encargado de custodiar la casa de Lestrove en la que se vendía cocaína, heroína y cannabis y presuntamente también llevaba a cabo ventas a clientes que se acercaban cuando el jefe no estaba presente. Era, según el fiscal, Álvaro García, un hombre de confianza que hacía uso de los coches y atendía los teléfonos del líder de la organización.

La defensa del acusado lo niega y considera que contra su patrocinado solo hay «indicios inconsistentes» que es posible explicar si se tiene en cuenta que es un consumidor con una grave adicción a la heroína, según corroboró una perito de la unidad de tratamiento de drogodependientes de Ribeira. Por ello, solicitó para Servando Vidal la libre absolución, aunque de forma subsidiaria planteó que si el tribunal le declara culpable sea solo teniendo en cuenta el grado atenuado de este delito por tráfico de poca entidad y para pagar su toxicomanía.

«Por desgracia soy un toxicómano que me busco la vida como puedo, pero no un traficante»

Servando Vidal Herbón

La Voz de Galicia

Un grupo narco de Padrón acepta penas de entre 3 y 6 años de cárcel.

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Ocho de los nueve acusados pactaron con el fiscal para rebajar su condena.

Un grupo dedicado al tráfico de drogas en Padrón, Dodro y Rianxo ha aceptado condenas que van de los tres a los seis años de cárcel a cambio de que el fiscal aceptase rebajar las penas que solicitaba antes del juicio, celebrado ayer en la sección compostelana de la Audiencia Provincial.

En total eran nueve los acusados y el acuerdo con el ministerio público afecta a ocho de ellos. El noveno, Servando Vidal Herbón, que está actualmente en prisión provisional, no se ha podido beneficiar del pacto con el fiscal y será juzgado hoy.

Las penas más severas han recaído en los dos acusados que estaban considerados como los cabecillas de la organización. Se trata de Fernando Balerón Abuín y Secundino Osorio Tarrío. El primero ha aceptado seis años de cárcel y el segundo cinco años y un día. Además, cada uno de ellos tendrá que abonar una multa de 4.000 euros.

Entre los otros seis acusados que han reconocido los hechos de los que les hacían responsables están tres colaboradores de los cabecillas, María Mercedes Osorio Tarrío, Manuel García García y María Mercedes Tarrío Castroagudín. Las dos mujeres han sido condenadas a tres años de cárcel, mientras que el hombre a tres años y medio. Los otros tres eran proveedores de droga al grupo. Ángel Manuel Irajo Redondo y Alberto Mato López, que han aceptado tres años, suministraban a los cabecillas de cocaína, mientras que Manuel Eladio Rodríguez García, cuya condena es por tres años y medio, también les vendía coca, así como hachís.

Además de las penas de cárcel, los tres colaboradores y los tres proveedores tendrán que abonar multas de mil euros cada uno de ellos, que podrán cambiar por treinta días de trabajos para la comunidad.

Los hechos

El texto que los ocho acusados han aceptado como probado explica que desde mediados de julio del 2013 y hasta que en noviembre de ese año fueron detenidos, todos se dedicaron «con ánimo de lucro y a sabiendas del grave daño que causaban a la salud de los consumidores» al tráfico de estupefacientes.

Así, Fernando Balerón y Secundino Osorio, «de forma concertada -recoge la sentencia- se dedicaron a gestionar la venta directa de sustancias estupefacientes como cocaína, heroína y cannabis», así como metadona y otras sustancias relajantes.

Para llevar a cabo la venta utilizaban principalmente una casa que Fernando Balerón había alquilado en la carretera de Rianxo, en Lestrove (Dodro), «a la que diariamente acudían personas previo contacto telefónico» con los dos cabecillas del grupo para comprar drogas que o consumían en su interior o en los alrededores.

En menor medida, Balerón y Osorio también utilizaban el piso en el que vivían en la avenida de Rianxo de Padrón para vender estupefacientes, así como el bar A Lareira, situado en la plaza Camilo José Cela de la capital del Sar. Una de las colaboradoras de los cabecillas, Mercedes Osorio, también participaba ocasionalmente en las operaciones y compartía piso con ambos en Padrón.

Cuando fueron detenidos en noviembre del 2013, a todos los acusados se les intervinieron, entre otros efectos, distintas cantidades de drogas, en su mayoría pequeñas, que sí fueron significativas en el caso de Fernando Balerón, que fue sorprendido en su coche con 54 gramos de heroína, 22 gramos de cocaína y cerca de 130 comprimidos de metadona, con un valor de 4.000 euros. También llevaba joyas y dinero en efectivo, así como tres teléfonos móviles.

Objetos robados

En las detenciones también se recuperaron objetos que se ha demostrado fueron objeto de robos y que en ocasiones les fueron entregados a los acusados como pago por las sustancias que vendían, aunque no se ha podido determinar si conocían o no su procedencia ilícita.

Como consecuencia de su adicción a las drogas, las penas se suspenderán por tres años a Mercedes Osorio, Manuel García, Mercedes Tarrío, Alberto Mato, Ángel Irajo y Manuel Eladio Rodríguez a cambio de que se sometan a tratamientos de desintoxicación con controles periódicos cada seis meses.

La Voz de Galicia