Pontecesures ganó población.

Perdieron población 251 ayuntamientos gallegos en 2018.

La población de Galicia a primero de enero del pasado año ascendió a 2.699.499 habitantes. De ellos, 100.868 son de nacionalidad extranjera. De los 313 municipios que conforman su geografía, 251 cerraron el pasado 2018 con saldo demográfico negativo, solo 53 ganaron población y nueve sumaron los mismos vecinos que en el ejercicio anterior.

De acuerdo con los datos a 1 de enero de 2019 del padrón municipal que publicó ayer el Instituto Galego de Estatística (IGE), A Coruña y Pontevedra concentran la mayor parte de los municipios que registraron crecimiento de habitantes con 20 y 19, respectivamente. Por contra, en Ourense solo hubo siete ayuntamientos (Allariz, Amoeiro, Baltar, A Merca, Pereiro de Aguiar, Piñor, Quintela de Leirado y San Cibrao das Viñas) con aumento de población, igual número que en Lugo (Castro de Rei, Folgoso do Courel, Lugo, Pantón, Riotorto, Sober y Burela).

LUGO Y OURENSE EN ROJO. En función de los datos del IGE, un total de 83 ayuntamientos ourensanos y 57 lucenses vieron cómo caía su población en 2018, lo que supone el 90% y el 85% de los municipios de Ourense y Lugo, respectivamente. Además, dos ayuntamiento mantuvieron los mismos habitantes en Ourense, circunstancia que también se dio en otros cuatro municipios de la demarcación luguesa.

En la provincia de A Coruña, hubo crecimiento de vecinos en los municipios de Ames, Ares, Arteixo, Borio, Boqueixón, Cambre, Carballo, Carral, Cee, A Coruña, Frades, Irixoa, Miño, Oleiros, Ordes, Oroso, Sada, Santiago, Teo y Vilarmaior. Además, Campo Lameiro, Cangas, Gondomar, A Lama, Meis, Mondariz-Balneario, Oia, Pazos de Borbén, Pontevedra, Portas, Ponteareas, Ponte Caldelas, Pontecesures, Redondela, Salceda de Caselas, Salvaterra de Miño, Sanxenxo, Tomiño y Vigo fueron los ayuntamientos de la provincia pontevedresa que tuvieron un saldo positivo en 2018.

CIUDADES. En cuanto a las siete ciudades gallegas, solo Ourense y Ferrol experimentaron bajadas en su padrón municipal a 1 de enero de 2019. Así, la ciudad naval perdió 734 personas mientras que en la capital ourensana el descenso fue de 272.

Por contra, Vigo con un aumento de 1.722 vecinos, A Coruña con 861 y Santiago con 855 registraron los mejores datos entre la Galicia urbana, en la que Lugo (251) y Pontevedra (227) también experimentaron crecimientos. En los siete ayuntamientos más poblados, que se corresponden con los de las grandes urbes, cuya población global es de 991.938 habitantes, se concentra un tercio del total de la demografía gallega, según las cifras publicadas por el citado instituto estadístico.

El Correo Gallego

Recogen la leyenda del mal de ojo de Valga en un libro.

‘Mala Cosecha’, de Natalia Monje, dedica un apartado a este mito tras hablar con gente mayor del municipio // El ensayo reúne varios sucesos oscuros investigados en toda España // Muchos son gallegos, situados en Viveiro o Vigo.

La periodista e historiadora coruñesa Natalia Monje ha aglutinado en su libro Mala Cosecha (Editorial Odeón) numerosos sucesos oscuros investigados durante años a lo largo de toda España, de los que muchos de los más aterradores llevan sello gallego. Una parte de su ensayo está redactado a partir de conversaciones con gente mayor del Concello de Valga, en concreto sobre el mal de ojo. «Ese poder que poseía un individuo normal para provocar desgracias en otro ser sólo con mirarlo, una creencia popular que sigue muy vigente», explica la autora. «Una de las cosas que me sorprendió es que la gente dice que muchas personas echan mal de ojo sin querer simplemente porque tienen una mirada fuerte que puede hacer el mal y por eso llevan unas gafas de sol siempre», apuntó Monje. De ahí proviene la historia del señor que siempre iba al mercado con las gafas de sol y cuando se las levantó el buey que tenía delante se cayó desplomado y muerto. «Esto en los pueblos de Galicia te lo cuenta todo el mundo», asegura la periodista.

Su ensayo dedica largas páginas a los bebedores de sangre, un campo en el que se mezclan la realidad y las creencias, pues estos actos salvajes derivan de los consejos arrojados por algunos curanderos del siglo XIX que creían que bebiendo sangre humana, sobre todo de niño, podría curarse la tuberculosis, explica Natalia Monje. «Era una época de muchas hambrunas, en la que los médicos recomendaban a la gente con anemias ir a los mataderos para que les dieran vasos de sangre y reponerse así de esta dolencia, una cura que se aplicó equivocadamente a la infección mortal para la que no había tratamiento». Un ejemplo real, documentado y juzgado, fue el ocurrido en Agolada (Pontevedra), en el que se demostró que el asesinato había sido realizado por un móvil vampírico.

El pueblo comenzó a buscar a un niño de 19 meses que había desaparecido. «En aquella época los niños, incluso tan pequeños, jugaban solos delante de las casas», narra la escritora. Entonces, «lo encontraron enterrado en estiércol en la casa de sus vecinos. Estos lo habían secuestrado, lo habían asesinado y, como ellos mismos confesaron, le habían sacado la sangre para que la bebiera uno de los miembros de la familia, un joven de quince años que tenia tuberculosis».

A raíz de escándalos como este, se creó una verdadera «histeria social», en la que la gente, con el «ánimo muy avivado», comenzó a rumorear sobre la existencia de vampiros. Muestra de ello fue un caso acaecido en Vigo también en el siglo XIX, en el que un hombre invitó a una niña a tomar un helado y de pronto la muchedumbre lo rodeó al grito de «¡Es el vampiro!». Tras la acusación popular y un intento de agresión, la guardia lo rescató y corroboró que el sospechoso no había cometido ningún crimen, detalla la autora.

También describe en su libro una denuncia interpuesta por unos boticarios de Viveiro en el siglo XIX a raíz del rumor que decía que ellos mataban a personas para sacarles la grasa y hacer medicamentos. Nunca se evidenció tal cosa.

El Correo Gallego

‘Pelopincho’: la niebla que sigue disipándose.

La Audiencia de Pontevedra absuelve a los cuatro acusados de la desaparición del lugarteniente del narco ribeirense // Nueve años después se cierra otro capítulo.

Otra puerta que se cierra en uno de los casos más extraños de la crónica negra del narcotráfico gallego: el de la desaparición del ribeirense José Antonio Pouso Rivas, alias Pelopincho, sobre quien durante mucho tiempo se mantuvieran dos hipótesis policiales. Una parte de los agentes antidroga destinados en Galicia sospechaban, y sostenían, que había huido y estaba en algún lugar de Sudamérica disfrutando del mucho dinero acumulado. Otros, por el contrario, defendían que su última jugarreta, tratar de engañar a unos peligrosos narcos marroquíes y a sus socios arousanos, le había salido mal y estaba muerto y enterrado en algún punto próximo a Santiago de Compostela. Ayer se conocía que la sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra absolvía a Fernando Suárez Suárez, Juan Manuel Fabeiro Torres, Juan José Chávez y Manuel Sineiro Fernández, alias Machucho, los cuatro acusados de ser los responsables de la captura y desaparición en noviembre de 2010 de Bernardo Amil Vi­llanueva, uno de los hombres de confianza de Pelopincho, que le acompañaba cuando no se volvió a saber nada más de ellos.

El vehículo Volkswagen New Beatle, que conducía Amil, apareció calcinado y con las llaves puestas a las 00.25 horas del día 20 de noviembre de 2010 en un monte de Brión. En su interior no se localizaron restos humanos por lo que se sospecha que sus cuerpos pudieron ser bien enterrados cerca de ese lugar o arrojados al mar en el corazón del Océano Atlántico, como llegó a insinuarse.

De esta forma se cierra la última vía que aún permanecía abierta sobre el posible paradero de Pelopincho y su lugarteniente. Los cuatro acusados mantuvieron silencio durante la vista y rechazaron las acusaciones.

Para llegar a esta decisión, el tribunal sostiene que carece de «indicios suficientes» que permitan atribuir la comisión del delito de detención ilegal que les imputaba la Fiscalía a los sospechosos. «Es más, cabría sostener, incluso, que la detención ilegal que se ha venido atribuyendo a los encausados no es más que una mera hipótesis ante la imposibilidad de poder atribuir un delito diferente al no haberse tenido más noticias del desaparecido desde aquel lejano 19 de noviembre de 2010 en que salió voluntariamente de su domicilio y su pareja sentimental lo vio por última vez», destacan los magistrados en la sentencia.

Los jueces señalan en el fallo que el hombre «salió voluntariamente de su domicilio», situado en Pontevedra, sobre las 12.30 horas y, a las 13.56 horas, por la conversación telefónica que mantuvo con su pareja sentimental, «todo estaba bien». A partir de ahí, y a través del rastro que iba dejando el móvil de Bernardo Amil y sus colegas en las antenas de la telefonía se pudo saber que habían pasado por Negreira, Vimianzo, Mazaricos, Padrón (polígono de la Picaraña), Teo, Santiago, Pontecesures, y Vilanova de Arousa.

Los magistrados declararon nulas unas escuchas realizadas de una conversación entre Fernando Suárez y Manuel Sineiro, que tuvo lugar en el interior del coche policial y en la Comisaría tras su detención, en la que se referían a una fallida operación de tráfico de hachís en la que habrían participado los dos desaparecidos y los acusados que habría motivado la venganza. También destaca la escasa colaboración que prestaron tanto la mujer como el padre de Amil.

El tribunal resalta que no existe «ningún dato que indique que en ese momento se hallaba retenido en contra de su voluntad». La Audiencia, por tanto, concluye que «se desconoce en qué momento y por quién se privó ilegítimamente de la libertad al desaparecido». A Pouso Rivas pasados nueve años ya nadie lo busca… entre la niebla.

El Correo Gallego

Alertan del impacto de una línea eléctrica en Padrón.

La concejala del BNG de Padrón, Beatriz Rey, alerta sobre una obra de tendido eléctrico que tendrá un gran impacto en los concellos de O Sar. La nacionalista ha presentado una serie de preguntas al pleno para que se aclare qué tiene que ver esta línea con el aumento de la potencia eléctrica en el tendido del citado municipio.

El Bloque recuerda que en el Diario Oficial de Galicia del 25 de septiembre de 2017, la Consellería de Economía publicó una resolución de la Dirección Xeral de Enerxía por la que se otorgaba a Red Eléctrica de España la autorización administrativa de la instalación de transporte de energía eléctrica denominada LAT 220 kV DC Lousame-Tibo, en los términos municipales de Lousame, Rois, Brión, Padrón y Teo, en la provincia da Coruña, y de A Estrada, Valga, Caldas de Reis, Cuntis y Pontecesures, en la de Pontevedra.

Por otra parte, explica que se trata de una gran obra que atraviesa todo el municipio «e que vai ocasionar un fortísimo impacto ambiental, paisaxístico e económico», señala. Según explica, en el estudio de impacto se reconoce que afectará al sistema fluvial Ulla-Desa; a la robleda de Cruces-Pedroso y al Castro Lupario de Rois.

Por todo ello, la representante de la formación nacionalista solicita al gobierno local que diga si está conforme con esta línea; si ha presentado alguna alegación al trazado y si está informando a los vecinos al respecto.

El Correo Gallego

Caen los presuntos ladrones de coches y furgones en Ames, Teo, Padrón y Pontecesures.

La Guardia Civil del cuartel de O Milladoiro, situado en el Ayuntamiento de Ames, acaba de detener a un vecino de Teo y a otra de Rianxo acusados de estar detrás de, por lo menos, una treintena de robos con fuerza en interior de vehículos de Ames, Teo, Padrón y Pontecesures, muchos de ellos furgonetas con material y maquinaria de obra. Además, también se les imputa la posible entrada en un inmueble.

Las pesquisas comenzaron en noviembre del año pasado, cuando la Benemérita (pero también la Policía Local) tuvo conocimiento de que en los núcleos poblacionales de Bertamiráns, O Milladoiro, Cacheiras, Montouto o las urbanizaciones de Campos de Mirabel, Os Tilos y Aldea Nova habían sido marco de numerosas sustracciones en el interior de vehículos, propiciando la alarma social entre los residentes.

Después de las gestiones realizadas y el registro domiciliario llevado a cabo en la vivienda de uno de los presuntos autores de los hechos, la Guardia Civil pudo recuperar un gran número de efectos y joyas presumiblemente robados.

De cualquier forma, la investigación sigue abierta, y podrían estar destrás de más actos ilícitos.

El Correo Gallego