Critican la mala organización de la Festa da Lamprea.

Un cúmulo de circunstancias que redundan en dos palabras, desorganización y desidia, hacen que la Festa da Lamprea de Pontecesures, celebrada el pasado domingo, vaya en declive a cada año que pasa. Los portavoces de PP, IP y ACP, Juan Manuel Vidal, María Isabel Castro y Luis Ángel Sabariz, respectivamente, reprochan al Gobierno que este año no invitase a ninguna autoridad de fuera del concello y se preguntan qué forma es esa de promocionarse externamente y de mantener las cordiales relaciones existentes con municipios vecinos. La mala organización, afirman, se tradujo en varias cuestiones.

En primer lugar, los asistentes a la fiesta tenían que pasar a la carpa de degustación en fila india, porque apenas les quedaba un metro de ancho libre entre una parrilla de asar y un puesto de venta y la citada carpa. Además, ésta se quedó pequeña, por lo que fueron muchos los que, ante la falta de espacio a cubierto, «fóronse sen degustar a lamprea».

Tampoco gustó el hecho de que la comida no se acompañase de algún tipo de animación musical, pero con todos estos fallos, el más grande y más criticado por los asistentes, según los tres grupos de la oposición, fue el relativo al estado del suelo que cubría la carpa. Si el año pasado llamaban la atención la cantidad de piedras que no se habían retirado, en esta edición, los ??protagonistas?? fueron los charcos. Los comensales tenían que saltar entre ellos para sortearlos y no mojarse. El resultado de todo ello, según la oposición: quedaron numerosas raciones sin vender.

Diario de Pontevedra

 

La lamprea a la bordelesa reinó ayer en Pontecesures.

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Trescientas piezas guisadas al estilo bordelesa se desgustaron ayer en la XIX Festa da Lamprea de Pontecesures, que este año contó con una gran afluencia de público y con un pregonero de excepción, el científico cesureño asentado en Suecia, Xesús Abalo. Abalo hizo un recorrido por el ciclo de vida de un pez, que reconoció haber ingerido alguna vez pero que no ha vuelto a probar, «porque comprendín que un non debe comer a compañeira de laboratorio», explicó.

El pregón de este biólogo nuclear abrió, poco después de las 12.00 horas, los actos de la XIX Festa da Lamprea. En un salón municipal lleno para escuchar a uno de sus vecinos ilustres, y acompañado por el alcalde, Manuel Luis Álvarez Angueira, Abalo hizo, según sus propias palabras, lo que mejor sabe hacer «preguntarme o porqué das cousas e divulgar e compartir o método cientifico».

El Correo Gallego

Un bocado de 500 millones de años.

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Buscar el origen de la lamprea exige pensar en océanos de tiempo. Quinientos millones de años. Cuando los dinosaurios se esfumaron, hacía eras enteras que su especie nadaba las aguas de un planeta cuya fisonomía nada tiene que ver con la actual. Habremos de concluir, por lo tanto, que la lamprea es uno de los alimentos más antiguos que el hombre, un mocoso a su lado, continúa elaborando. Si es posible, a la bordelesa, tal y como cuatro expertas cocineras se encargaron de demostrar ayer. Del fruto de su labor dieron buena cuenta los comensales que, a eso de la una, apenas rematado el pregón del biólogo Xesús Manuel Abalo, se organizaban en una fenomenal cola ante el mostrador. Dentro, Maruja y sus compañeras mecían con sus últimos compases la tradicional preparación: guisada, en su propia sangre, con ajo, perejil y vino, bien flanqueada por arroz blanco y picatostes.

«Este ano hai moitas, pero moitas», asegura Maruja, que aprendió el arte a los fogones de su madre y de uno de sus tíos, quienes trabajaron en dos casas de bandera: Castaño y Loureiro. Tantas hay, que perfectamente pueden congelarse para poder disfrutarlas el resto del año.

Antes de que el cuco cante

Porque, ya se sabe, en cuanto el cuco canta y la lamprea desova, se acaba la temporada. Otro veterano cocinero del vetusto pez, Chef Rivera, afirma haber escuchado, incluso, que el consumo de su carne, ya agotada, puede resultar pernicioso. A Maruja le ha llegado noticia de otro guiso, con patatas y guisantes, aunque reconoce no haberse atrevido con él. Picadillo, en su legendario recetario, se hacía eco de una elaboración semejante. Y también Cunqueiro, a quien gustaba, antes de atacar un señor timbal de lamprea, tomar las aguas para limpiar el olfato y disfrutar plenamente una experiencia culinaria sin parangón, densa, aromática, poderosa y -por una vez puede decirse con todo su sentido- antigua como el mundo. Claro que el consenso siempre es difícil en torno a este plato. Así que en la XIX edición de la Festa da Lamprea tampoco faltaron el churrasco y el pulpo. Galician style.

La Voz de Galicia

´El único vertebrado sin mandíbulas y que regenera su propia espina dorsal´, explica el pregonero.

El pregonero de la XIX Festa da Lamprea fue el biólogo natural de Pontecesures, Xesús Abalo quien intervino en la Casa Consistorial para hablar de uno de los temas sobre los que investiga en la empresa Uppsala de Suecia, desde hace siete años.

La idea que planteó se refiere a cómo la ciencia puede hacer uso de la lamprea, uno de los animales que a su juicio son más «fascinantes» por sus diferencias con los demás vertebrados.

«Es el único animal que es capaz de reparar su propia médula espinal y también es exclusivo de su especie el hecho de que cambia su genoma durante toda la vida, es decir cambia permanentemente de ADN que es lo mismo que si nosotros fuéramos capaces de cambiar el DNI», explica con sabiduría docente.

Otra característica que define a la lamprea es el hecho de que se trata de un «agnato», es decir el único vertebrado que carece de mandíbula, frente a todos los demás que «gnatóstomos» -con mandíbula-.

Dicha peculiaridad de carecer de mandíbula se debe a que son peces succionadores, que tienen dientes en la lengua con la que chupan los líquidos de los animales a los que se acoplan.

Explica Abalo que esta especie es muy peligrosa en el mar, pero deja de serlo cuando remonta el río, al que llega con dos únicos fines, el de desovar y el dejar espermatozoides para la fecundación de la especie.

Faro de Vigo

Los comensales agotan las 300 lampreas cocinadas en el recinto de Pontecesures.

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Ciencia, gastronomía, devoción y ocio dominical se han dado la mano ayer en Pontecesures al coincidir la XIX Festa da Lamprea con la romería de San Lázaro, una de las de más fervor en la comarca del Ulla por sus milagrosos favores respecto a las enfermedades de la piel.

Por ello no es de extrañar que las calles del centro de la villa fueran ayer un verdadero hervidero de gente, desde la iglesia de San Xulián y el entorno de A Plazuela, hacia las inmediaciones de la plaza de abastos donde se situó la carpa gastronómica de degustación del parásito más exquisito de la localidad.

Con una temperatura que rondó todo el día los 15/20º centígrados, la cita de Pontecesures fue un verdadero éxito, aunque sin llegar a la marabunta de otros años, explican en fuentes de los cuerpos de seguridad.

Con todo, crisis incluida, el público agotó las existencias de lamprea. Se cocinaron 300 a la «bordelesa», es decir en su propia sangre, y no quedó ni un grano de arroz ni picatostes.

A mediodía se leyó el pregón sobre la lamprea, a cargo de Xesús Abalo, un joven biólogo de la localidad que investiga en Suecia los secretos de la lamprea y su conexión con los demás vertebrados, incluidos los humanos.

Con renovados conocimientos, el alcalde Luis Angueira y otros miembros de la Corporación, entre ellos el independiente Luis Sabariz, emprendieron el camino hacia la carpa de la fiesta, acompañados por la música de la Agrupación Cultural «Xarandeira» y el grupo portugués invitado «Praia d´Áncora».

De camino se encontraron a los fieles de San Lázaro con sus ramos de mirto con los que acababan de acariciar la imagen para que les proteja de los males de la piel.

Y como toda buena romería que se precie, decenas de puestos de rosquillas, cirios y exvotos, palmas para el próximo Domingo de Ramos y también el producto local por excelencia, los churros artesanales y calientes.

A continuación, la carpa institucional que estaba vacía en contraposición con la imagen que se podía ver en los abarrotados puestos en que se servía la lamprea recién cocinada en su sangre, como manda la tradición.

Pero para que no todo fuera cocina, los organizadores de esta fiesta han querido rendir un tributo a los «valeiros», los pescadores que tienen autorización para capturar este cartilaginoso pez cuando remonta el Ulla desde el mar.

Y por ello, en un acuario, los curiosos tuvieron ocasión de contemplar varios ejemplares vivos, de aspecto resbaladizo, boca succionadora y tronco de casi medio metro de largo.

Porque en la fiesta de la lamprea también se vendieron ejemplares vivos para cocinar en casa, al precio de diez euros.

Ya servidos y con regalo de vino, arroz blanco y picatostes, se vendió a 10 euros la ración y 30 euros la pieza.

Y para quien no guste del exquisito manjar al que se rinde homenaje también se ofreció churrasco y pulpo, a 8 euros.

Pero la fiesta no se quedó en el recinto. Todos los restaurantes de la localidad rindieron culto al pez, que se convirtió en el plato estrella del último día de esta campaña de pesca.

Quien tuvo ocasión de cocinar la lamprea destacó la calidad que tiene este año. «Son ejemplares enormes y con mucha carne», aseguraba una de las cocineras entre fogones.

La cantidad también ha sido uno de los factores que más han influido en el éxito de esta edición.

Faro de Vigo

Un total de 300 piezas en la degustación oficial.

Hoy es el gran día. Trecientas piezas guisadas al estilo «bordelesa», para vender la ración a diez euros, incluyendo su arroz, picatostes de rigor, pan y vino.

Es la XIX Festa da Lamprea do Ulla, que como no podía ser de otra manera se lleva a cabo en Pontecesures.

El de hoy es un día para que los buenos paladares rindan homenaje a este pez cartilaginoso de aspecto amenazante y prehistórico, pero también para recordar a los pescadores, conocidos como «valeiros», que se ocupan de su captura en el río, compartiendo protagonismo con los titulares de las pesqueiras.

Se espera que hoy sean numerosas las personas que se acerquen hasta la localidad a degustar este exquisito plato de la zona.

Faro de Vigo