Marcos Jamardo: “Soy entrenador de fútbol base para sacar a los niños cesureños de la calle”.

Lleva más de una década enseñando las técnicas de este deporte a jóvenes de 5 a 16 años. Afirma que su objetivo es hacer buenas personas antes que futbolistas de élite

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Aficionados al fútbol hay muchos, forofos conscientes de los valores que surgen tras disputar un once contra once muy pocos. Marcos Jamardo es uno de los que saben que el trabajo en equipo, la competitividad y el saber perder son nociones importantes que deben aprender los jóvenes a los que enseña antes de que se aten las botas. Por eso, cuando los niños van llegando uno a uno al campo, se asegura diariamente de que sus deberes están hechos y sus mentes libres de problemas.
En las instalaciones del campo municipal de Pontecesures hay más que porterías, hierba artificial y máquinas de gimnasio. En una acogedora sala está «el sofá de las confesiones». El entrenador cesureño sabe de buena mano que los jóvenes a los que instruye están, en la mayoría de los casos, en edades complicadas y que a veces además de un monitor deportivo necesitan un amigo.
Marcos entiende que los padres le encomiendan a sus hijos no solo para que pasen el rato sino para que también aprendan otros valores del deporte y el compañerismo mientras están entretenidos. Además sabe apreciar como desarrollan muchos el don de darle al balón con arte: «Si después de tener la cabeza amueblada observo que entre los jóvenes hay alguna promesa de este mundo, trato de buscarle una salida en algún equipo profesional. Me enorgullece ver como algunos de mis chavales han llegado lejos. Pero lo primero es lo primero», asegura.
Mucha paciencia e ilusión
Lleva más de una década dedicándose a lo mismo sin contar con ningún sueldo a mayores del que le aporta el Concello. Estudió para ser monitor deportivo porque el fútbol era su pasión y porque su objetivo principal es sacar a los chicos de Pontecesures de la calle: «Mientras están aquí jugando y divirtiéndose en el campo no están en la calle tirados»., manifiesta.
Asegura que el sueldo que gana en los entrenamientos le llega para vivir y para llegar a casa satisfecho con el trabajo realizado. Día a día los niños aprenden más que fútbol con su esfuerzo. «Me llega con que se rían mucho y aprendan un poco de técnica. Lo que agota no es dar instrucciones a base de silbato sino hacer aprender a niños y adolescentes que si se pierde no se acaba el mundo y que la victoria se consigue si todos ponen de su parte y forman una piña».
En los últimos años las categorías más bajas están cosechando éxitos, pero Marcos sabe que además del buen juego la afición es muy importante para que sus chicos se sientan apoyados: «A veces no basta con que los padres vengan a ver a los niños. Para que este club pueda crecer necesitamos el compromiso vecinal y que haya ganas porque el Pontecesures vuelva a ser lo que era. Ya contamos con el apoyo de los promotores y tenemos unas instalaciones dignas de ver y disfrutar. Solo nos falta un empujoncito más para poder llevar a este club donde se merece», asegura. Y es que en los rincones de las salas anexas al campo se reparten las estanterías con trofeos que en su mayoría cosechó el Club Ulla S.D y los que menos los nuevos equipos que entrena.
Un nuevo equipo federado
Cuando se le pregunta cual es la causa de que Pontecesures no cuente con un equipo federado, Marcos responde que hubo tiempos malos pero que con el nuevo campo y con las ganas de los pequeños pronto se podrá volver a contar con una agrupación de nivel: «Hubo un tiempo en el que el fútbol se murió en el municipio, no había un compromiso palpable por sacar el equipo adelante. Ahora las cosas empiezan a cambiar y cada vez son más los jóvenes interesados en volver a hacer a Pontecesures una referencia del fútbol en la comarca», dice.
Tanta pasión por este deporte tenía que venir de familia. El padre de Marcos recorrió algunos equipo gallegos y pasó el testigo a su hijo, que jugó por todas las categorías del Club Ulla S.D, y por los equipos de Cambados, Ribeira, Vilagarcía y Compostela.
Aunque todavía ronda los 30 años el entrenador cesureño se siente como un padre para muchos de los deportistas que ha visto crecer y de los que recuerda exactamente nombre y apellidos, calidad de juego y calidad humana. Varias fotos de equipo cuelgan de la pared del gimnasio y Marcos señala a sus jugadores con nostalgia y no puede evitar decir, al pensar que ya son hombres, aquello de «como pasa el tiempo».
En los últimos días el fútbol está en la boca de todos. La liga está reñida y madridistas y culés sufren en el campo de Pontecesures como si en cada gol estuviera una victoria de su equipo: «Durante este último mes nos dividimos en dos equipos para organizar partidos: a un lado los madridistas y a otro los barcelonistas. Los niños se lo pasan genial corriendo por la banda y chutando como si fueran Messi o Cristiano Ronaldo». El monitor de Cesures bromea pero sabe que en cualquier momento puede brillar entre sus chavales una nueva promesa de este deporte.

LA VOZ DE GALICIA, 24/04/10

Pontecesures quiere mantener muy viva la memoria de sus 85 años como ayuntamiento.

El homenaje fotográfico a todos los que fueron alcaldes de la localidad es sólo un ejemplo de las acciones desplegadas por el Concello

La galería de imágenes que recoge las fotos de los que ocuparon la Alcaldía de Pontecesures desde su constitución como Ayuntamiento, hace 85 años, es sólo un ejemplo de lo que aspira a hacer esta localidad para mantener viva su memoria histórica y potenciar en la medida de lo posible todo aquello que desarrollaron generaciones pasadas.
El otro ejemplo es la potenciación de la feria del automóvil antiguo y de ocasión, que encierra mucho más que una simple exposición en la que observar algunas joyas de museo o una serie de puestos de venta tanto de coches como de todo tipo de recambios.
La feria del automóvil pontecesureña recuerda aquellos eventos que los vecinos de antaño convirtieron en pioneros a nivel nacional, y por tanto repetirlos ahora, y darles mayor brillantez cada año que pasa, es un modo de rendirles homenaje y sacar partido a su legado.
De todo ello dio cuenta el municipio durante la fiesta de la lamprea celebrada el pasado fin de semana, en la que, lógicamente, hay que destacar la degustación del preciado pez.
Pero el ejecutivo local quiso acompañar el evento culinario con diversas actividades culturales o sociales, entre las que se enmarca el citado homenaje a los alcaldes.
Esta fue también una buena oportunidad para hacer memoria de aquellos tiempos en los que ni siquiera existían los ayuntamientos. “Pontecesures remonta su historia a la época romana, cuando se hizo el puente para cruzar el Ulla, y desde entonces la villa tiene un nombre propio en la historia de Galicia”, explicó Rafael Louzán, presidente de la Diputación Provincial de Pontevedra.
Defensa de Galicia
“Con Santiago de Compostela y Catoira, Pontecesures fue una unidad de defensa de la entidad Jacobea ??añadió el presidente??; aquí creó el Obispo de Santiago, Diego Gelmírez, un astillero jacobeo y de aquí salieron las naves que defendían la comarca ante los ataques sarracenos y que protegían a Compostela y a la tumba del Apóstol”.
Lógicamente, buena parte de la importancia de Pontecesures se debe a su puerto fluvial, “y alrededor de la vitalidad que supuso se fue creando una burguesía de comerciantes e industria que impulsaron la independencia de Pontecesures en 1925, pues hasta entonces la villa estaba integrada en el Concello de Valga, y antes, en el de Padrón”, apostilló Rafael Louzán durante el homenaje a los ex alcaldes.
A este respecto, recordó el esplendor alcanzado en etapas más recientes, “con los barcos areneros, con los sectores de la construcción y forestal, con algunas de las empresas más relevantes de Galicia o con eventos tan importantes como la feria del automóvil, pionera y singular en nuestra comunidad”, relató el presidente provincial en su discurso.
De las diferentes etapas vividas en Pontecesures fueron testigos los 15 alcaldes homenajeados con la exposición fotográfica que los vecinos pueden contemplar en el salón de sesiones, a imagen y semejanza, por ejemplo, de la que desde hace años se ofrece en el salón de sesiones del municipio vecino de Valga.
Esos alcaldes “dieron los mejor de si mismos en beneficio del pueblo de Pontecesures”, relató Louzán, convencido de que “hicieron lo que pudieron o lo que supieron, y seguro que en ocasiones hicieron más de lo que las circunstancias permitían”.
Entre las reflexiones de Louzán durante la inauguración de la muestra se escuchó también que la labor de los regidores es en ocasiones “desagradecida, ingrata y nunca bien ponderada, pero resulta fundamental para un pueblo, pues solucionan los problemas reales y no los ficticios, inventados o contaminados por las intrigas políticas”.

FARO DE VIGO, 20/04/10

Mil raciones de lamprea al sol.

La Feria do Automóbil hizo soñar a los amantes del motor.

Alrededor de cinco mil personas acudieron el domingo a disfrutar de los festejos en honor a este manjar del río Ulla. Buen tiempo y aforo completo

Las cifras hablan por sí solas. La Festa da Lamprea de Pontecesures levanta pasiones entre los vecinos de la comarca y visitantes que se acercan al municipio. Alrededor de mil raciones de este pez se distribuyeron el domingo en la carpa del puerto y sus alrededores. El sol pegó con fuerza y los estómagos lo agradecieron.
Se vendió todo lo que había, los pinchos, las empanadas que participaron en el concurso del sábado y el pulpo que se ofreció a aquellos que se resistieron a sucumbir a los encantos del plato estrella. Un total de 310 ejemplares de este pez distribuyeron los valeiros para los comensales que se acercaron a disfrutar de los festejos y que se estima que rondan las 5.000 personas.
La fiesta grande, la del domingo, comenzó entre motores y sentidos homenajes. La Feria do Automóbil Antiguo o de Ocasión hace cada año de esta celebración algo más que gastronomía. El acto en conmemoración de los quince alcaldes que pasaron por Pontecesures puso el toque emotivo con unos discursos que unieron partidos y ensalzaron los esfuerzos que los representantes hicieron por el municipio. La música alegró las calles y la sobremesa.
Balance
Viva o cocinada lucía la lamprea. Un acuario mostraba en movimiento a los peces y a otros ejemplares e hizo abrir la boca del susto a los más pequeños, que a pesar del miedo inicial miraban atónitos las demostraciones de un profesional. Y como en toda fiesta que se precie es un deber hacer un balance con lo bueno y lo malo de la diversidad de los actos. Al contrario que en otras ediciones, se aplaudió a la organización por esperar a que Tacho González sacase las últimas sonrisas al público con el pregón para repartir la comida. Sin embargo, se echó de menos la animación durante la tarde y la multitud abandonó el puerto quizá con ganas de un poquito más. Pontecesures volvió ayer poco a poco a la normalidad.
Cabe recordar, en un Año Santo como este, que la lamprea es un pez muy relacionado con la tradición medieval y el Camino de Santiago. De ahí el origen de la receta a la bordelesa que causó furor entre los asistentes, y que seguro hizo decir a más de uno: «El año que viene no me lo pierdo».

LA VOZ DE GALICIA, 20/04/10