Atrapado está el sector en un callejón sin salida: podrían vender su producto, ¿pero a quién?.
En cualquier buena fiesta gallega no pueden
faltar los gaiteiros, los pulpeiros o las orquestas, pero tampoco los
churros. Los churreros ambulantes, en realidad, están por todos lados
porque a quién no le apetece una buena docenita de ese manjar recién
salido de la sartén cuando se está dando una vuelta por el mercadillo o
un paseo una tarde de domingo cualquiera por Vilagarcía. Un placer que,
evidentemente, ha desaparecido de nuestras vidas tras la irrupción del coronavirus y que ha dejado al sector de los churreros ambulantes totalmente desprotegidos.
La Churrería Sandra, en Pontecesures,
es uno de los buques insignia de este tipo de negocios en la comarca
del Baixo Ulla. «No hay eventos en la calle, no hay ferias, no hay nada.
Nosotros no podemos salir a la calle con nuestros furgones a montar un
estand de una churrería y ponernos a vender porque la gente no puede
venir a la calle», explican los propietarios.
Lo cierto es que los churreros ambulantes están
metidos en todo un laberinto. Agrupados en el sector de la alimentación,
apuntan desde Pontecesures que ellos podrían seguir vendiendo su
producto, pero que sería algo absurdo porque no es un producto de
primera necesidad y podrían multar a quien bajara de su domicilio
exclusivamente para comprarlos. Al margen de otras consideraciones de lo
más lógico. «Nin sería ético, nin san», apuntan desde la Churrería Sandra.
Desde
el 14 de marzo con los hornillos apagados, las facturas sin embargo,
siguen llegando. La opción que les queda, y que están estudiando, es
optar por el ces de actividad, pero para eso tienen que demostrar una
merma en los ingreso del 75 %, algo que tampoco va a ser muy fácil
porque lo que ha sucedido, directamente, es que las ferias, mercadillos y
demás eventos se han cancelado. Y temen, además, lo que pueda suceder
durante el verano.
Andrés Quintá Cortiñas está ingresado en el Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. El afamado empresario, cabeza visible de Extrugasa y el Grupo Quintá, dio positivo por coronavirus Covid-19.
La familia dice que no es grave, pero la preocupación existe en el Concello de Valga,
donde está plenamente asentado, como hijo adoptivo, y donde montó su
imperio. Pero también en localidades vecinas como Padrón, donde nació, y
en otros muchos municipios de las comarcas de Caldas,
Barbanza, O Sar, Santiago y O Salnés, a las que está estrechamente
ligado profesionalmente y a las que pertenecen muchos de los más de setecientos trabajadores de su industria.
La
noticia sobre la hospitalización del laureado empresario se extendió
rápidamente en las últimas horas, sobre todo porque la plantilla de
Extrugasa está al tanto de ello y no deja de interesarse por su estado
de salud, al igual que hacen desde el Concello de Valga.
Hay que tener presente que Andrés Quintá es un hombre muy popular que además tiene una importante presencia mediática en la actividad cultural, social y económica del Bajo Ulla y de toda Galicia.
Una de sus últimas apariciones públicas, el mes pasado
Sin
ir más lejos, a principios del mes pasado participó en el almuerzo
oficial que organiza cada año el Concello de Valga para reunir a
empresarios y políticos; un encuentro de confraternidad que contó con la
presencia de algunos de los más importantes patronos de la comarca,
como siempre arropados por alcalde, José María Bello Maneiro, y esta vez
también por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el conselleiro de Economía.
Quintá se mostró entonces tan activo como lo fue siempre. Y se dejó ver como es, un hombre extrovertido, campechano y sencillo, al que le gusta hablar de historia y recordar cómo levantó su imperio, capaz de exportar a medio mundo el 60% de su producción para dar servicio a sectores como el naval, ferroviario, industrial, aeronáutico, arquitectura o construcción.
Un referente en Galicia
A
base de esfuerzo, Andrés Quintá se convirtió en uno de los empresarios
más importantes de Galicia, situando a su empresa estandarte, Extrugasa,
entre las más significativas del mundo dentro de su sector, el de extrusionados de aluminio.
A
través de dicha firma y del Grupo Quintá, el afamado empresario también
se convirtió en un importante benefactor, colaborador habitual del
Concello de Valga en todo tipo de iniciativas socioculturales, al igual que patrocinador de clubes de fútbol y baloncesto, entre otras disciplinas deportivas.
En las fiestas populares y con la cultura
Es un hombre que disfruta asistiendo a fiestas
como la de la empanda de maíz, en la parroquia valguesa de Cordeiro, y a
la exaltación anual de la anguila y la «caña do país», también en
Valga.
El artífice del
imperio Quintá es, en definitiva, un hombre del pueblo que participa
activamente del día a día de su localidad y de la comarca.
Un hombre que presume de haber disfrutado siendo joven «de la buena música de las verbenas, reuniones y comidas familiares y con amigos«,
de ahí que no dude en respaldar este tipo de acontecimientos que, como
la Mostra da Caña do País, «nos dan un respiro y ayuda necesaria para
continuar luchando y trabajando».
Quintá en la fiesta de su 80 cumpleaños, el pasado verano.
Un hombre concienciado
«Las fiestas gastronómicas son un importante difusor de los productos ecológicos que deberían marcar la base de una alimentación sana», explicaba Andrés Quintá en una entrevista concedida a FARO el pasado verano.
Y abundaba en ello diciendo que es «una de las asignaturas pendientes de este siglo, en las que el sobrepeso y la obesidad infantil son verdaderas epidemias causadas por una alimentación precaria a base de alimentos ultra-procesados».
Promotor turístico del Concello
Se pronunciaba así con tanta firmeza como la que emplea cuando promociona turística y empresarialmente al Concello de Valga.
Una postura que, en buena lógica, mantiene al referirse a su buque insignia, Extrugasa; empresa en la que «siempre nos hemos preocupado por luchar a diario e invertir los beneficios de nuestra facturación en investigación y desarrollo de nuevos productos demandados por el mercado».
Quintá, al lado del alcalde, en la pasada comida de Navidad.
Ese
es Andrés Quintá, un hombre que tanto habla de la siembra del trigo en
una parcela de Valga, para enseñar a los niños cómo se cultivaba el
campo antaño, como de las exportaciones de aluminio realizadas por su
empresa a medio centenar de países.
«Esfuerzo, modestia y aprendizaje»
Y
es que «Extrugasa surgió del esfuerzo de personas emprendedoras con
visión de innovación que supimos adaptarnos a la transformación de la
industria y arquitectura», enfatiza el empresario siempre que tiene
oportunidad.
Lo tiene claro,
como claro tiene el secreto de su éxito: «Modestia, aprendizaje y
esfuerzo». Esas son las «guías fundamentales para lograr el éxito «
de las que suele hablar para referirse a la filosofía de su empresa,
asentada en un espacio de 400.000 metros cuadrados, con 112.000
construidos, en el que se generan 750 empleos directos y se facturan más de cien millones de euros al año.
Pero
Andrés Quintá no solo piensa en su pueblo y su empresa. También se
implica al máximo en el desarrollo de su comarca y de toda Galicia.
Prueba de ello es que, como presidente de la asociación empresarial del
Ulla-Umia, en el almuerzo de trabajo desarrollado en febrero ya expuso
al presidente de la Xunta que es fundamental «lograr una mayor internacionalización de nuestra actividad empresarial y prestigiar la marca Galicia y la marca España»,
lo cual se logra, a su juicio, «a base de la cultura del trabajo y de
la calidad de nuestros productos, planificando el futuro de nuestra sociedad a partir de la educación y la formación«.
Formación
Defendía así el papel del binomio Universidad-Empresa,
convencido de que «deben ir de la mano para adecuar la preparación de
nuestros jóvenes a las necesidades del mañana de nuestras empresas».
Esto lo llevaba a reivindicar más inversión en I+D+i, tratando de «convertir
nuestras facultades de Ingeniería en auténticos laboratorios
tecnológicos que eviten la llamada fuga de cerebros hacia la
emigración».
Andrés Quintá incluso animaba entonces a los demás empresarios a «asistir a ferias internacionales, muestras tecnológicas, simposios formativos y centros expositivos de interés mundial «. Es decir, a «salir, ver mundo y conocer lo que hacen otros para inspirarnos en ellos y superarlos».
Reclamaciones ante Feijóo
En
aquella ocasión Quintá también reclamó a Feijóo medidas de apoyo a los
emprendedores y la concesión de premios a la exportación. Además de
quejarse de las «enormes cargas fiscales y burocráticas que asfixian a empresarios y trabajadores».
Por
todas estas razones, y muchas más, Andrés Quintá es un empresario de
éxito cuyo estado de salud preocupa a muchos ciudadanos.
Por el momento, lo que sostienen en la propia empresa y en el Concello de Valga es que está estable, dentro de la gravedad de la situa
Andrés Quintá Cortiñas está ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. El afamado empresario, cabeza visible de Extrugasa y el Grupo Quintá, dio positivo por coronavirus COVID_19, por lo que permanece entubado en la citada unidad médica en estado grave.
La preocupación es máxima en el Concello de Valga, donde está plenamente asentado, como hijo adoptivo, y donde montó su imperio.
Pero también en localidades vecinas como Padrón, donde nació, y en otros muchos municipios de las comarcas de Caldas, Barbanza, O Sar, Santiago y O Salnés,
a las que está estrechamente ligado profesionalmente y a las que
pertenecen muchos de los más de setecientos trabajadores de su
industria.
La noticia sobre la hospitalización del laureado empresario
se extendió rápidamente en las últimas horas, sobre todo porque la
plantilla de Extrugasa está al tanto de ello y no deja de interesarse
por su estado de salud, al igual que hacen desde el Concello de Valga.
Hay que tener presente que Andrés Quintá es un hombre muy popular que además tiene una importante presencia mediática en la actividad cultural, social y económica del Bajo Ulla y de toda Galicia.
Una de sus últimas apariciones públicas, el mes pasado
Sin ir más lejos, a principios del mes pasado participó en el almuerzo oficial que organiza cada año el Concello de Valga para reunir a empresarios y políticos; un encuentro de confraternidad que contó con la presencia de algunos de los más importantes patronos de la comarca,
como siempre arropados por alcalde, José María Bello Maneiro, y esta
vez también por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el
conselleiro de Economía.
Quintá se mostró entonces tan activo como lo fue siempre. Y se dejó ver como es, un hombre extrovertido, campechano y sencillo,
al que le gusta hablar de historia y recordar cómo levantó su imperio,
capaz de exportar a medio mundo el 60% de su producción para dar
servicio a sectores como el naval, ferroviario, industrial, aeronáutico,
arquitectura o construcción.
Un referente en Galicia
A
base de esfuerzo, Andrés Quintá se convirtió en uno de los empresarios
más importantes de Galicia, situando a su empresa estandarte, Extrugasa, entre las más significativas del mundo dentro de su sector, el de extrusionados de aluminio.
A través de dicha firma y del Grupo Quintá, el
afamado empresario también se convirtió en un importante benefactor,
colaborador habitual del Concello de Valga en todo tipo de iniciativas
socioculturales, al igual que patrocinador de clubes de fútbol y baloncesto, entre otras disciplinas deportivas.
En las fiestas populares y con la cultura
Es
un hombre que disfruta asistiendo a fiestas como la de la empanda de
maíz, en la parroquia valguesa de Cordeiro, y a la exaltación anual de
la anguila y la «caña do país», también en Valga.
El artífice del imperio Quintá es, en definitiva, un hombre del pueblo que participa activamente del día a día de su localidad y de la comarca.
Un hombre que presume de haber disfrutado siendo joven «de la buena música de las verbenas, reuniones y comidas familiares y con amigos«,
de ahí que no dude en respaldar este tipo de acontecimientos que, como
la Mostra da Caña do País, «nos dan un respiro y ayuda necesaria para
continuar luchando y trabajando».
Quintá en la fiesta de su 80 cumpleaños, el pasado verano.
Un hombre concienciado
«Las
fiestas gastronómicas son un importante difusor de los productos
ecológicos que deberían marcar la base de una alimentación sana»,
explicaba Andrés Quintá en una entrevista concedida a FARO el pasado
verano.
Y abundaba en ello diciendo que es «una de las asignaturas pendientes de este siglo, en las que el sobrepeso y la obesidad infantil son verdaderas epidemias causadas por una alimentación precaria a base de alimentos ultra-procesados».
Promotor turístico del Concello
Se pronunciaba así con tanta firmeza como la que emplea cuando promociona turística y empresarialmente al Concello de Valga.
Una postura que, en buena lógica, mantiene al referirse a su buque insignia, Extrugasa; empresa en la que «siempre nos hemos preocupado por luchar a diario e invertir los beneficios de nuestra facturación en investigación y desarrollo de nuevos productos demandados por el mercado».
Quintá, al lado del alcalde, en la pasada comida de Navidad.
Ese
es Andrés Quintá, un hombre que tanto habla de la siembra del trigo en
una parcela de Valga, para enseñar a los niños cómo se cultivaba el
campo antaño, como de las exportaciones de aluminio realizadas por su
empresa a medio centenar de países.
«Esfuerzo, modestia y aprendizaje»
Y
es que «Extrugasa surgió del esfuerzo de personas emprendedoras con
visión de innovación que supimos adaptarnos a la transformación de la
industria y arquitectura», enfatiza el empresario siempre que tiene
oportunidad.
Lo tiene claro, como claro tiene el secreto de su éxito: «Modestia, aprendizaje y esfuerzo». Esas son las «guías fundamentales para lograr el éxito»
de las que suele hablar para referirse a la filosofía de su empresa,
asentada en un espacio de 400.000 metros cuadrados, con 112.000
construidos, en el que se generan 750 empleos directos y se facturan más
de cien millones de euros al año.
Pero Andrés Quintá no solo piensa en su pueblo y su empresa. También se implica al máximo en el desarrollo de su comarca y de toda Galicia.
Prueba
de ello es que, como presidente de la asociación empresarial del
Ulla-Umia, en el almuerzo de trabajo desarrollado en febrero ya expuso
al presidente de la Xunta que es fundamental «lograr una mayor internacionalización de nuestra actividad empresarial y prestigiar la marca Galicia y la marca España»,
lo cual se logra, a su juicio, «a base de la cultura del trabajo y de
la calidad de nuestros productos, planificando el futuro de nuestra
sociedad a partir de la educación y la formación».
Formación
Defendía
así el papel del binomio Universidad-Empresa, convencido de que «deben
ir de la mano para adecuar la preparación de nuestros jóvenes a las
necesidades del mañana de nuestras empresas».
Esto lo llevaba a reivindicar más inversión en I+D+i, tratando de «convertir nuestras facultades de Ingeniería en auténticos laboratorios tecnológicos que eviten la llamada fuga de cerebros hacia la emigración».
Andrés Quintá incluso animaba entonces a los demás empresarios a «asistir a ferias internacionales, muestras tecnológicas, simposios formativos y centros expositivos de interés mundial». Es decir, a «salir, ver mundo y conocer lo que hacen otros para inspirarnos en ellos y superarlos».
Reclamaciones ante Feijóo
En
aquella ocasión Quintá también reclamó a Feijóo medidas de apoyo a los
emprendedores y la concesión de premios a la exportación. Además de
quejarse de las «enormes cargas fiscales y burocráticas que asfixian a
empresarios y trabajadores».
Por todas estas razones, y muchas más, Andrés Quintá es un empresario de éxito cuyo estado de salud preocupa a muchos ciudadanos.
Por el momento, lo que sostienen en la propia empresa y en el Concello de Valga es que está estable, dentro de la gravedad de la situación.
El párroco Roberto Martínez Díaz con la reliquia del Apóstol Santiago donada por el cardenal Payá y Rico a la parroquia de Padrón, donde se custodia el Pedrón.
Quiso el cardenal Miguel Payá y Rico reconocer el estatus jacobeo de
la villa de Padrón concediéndole el privilegio de custodiar de manera
permanente una reliquia del Apóstol Santiago. Se trata de un pequeño
hueso del discípulo de Jesucristo extraído del sepulcro de plata situado
bajo el baldaquino de la Catedral en tiempos del recordado canónigo e
investigador Antonio López Ferreiro. Señalan los expertos que tras el
redescubrimiento de las reliquias del mártir en el subsuelo de la
Basílica en 1879, y tras verificar su autenticidad la Santa Sede, el
entonces arzobispo de Santiago autorizó la retirada de al menos dos
pequeños fragmentos óseos con el objetivo de reactivar el culto jacobeo.
Una de estas reliquias la puso a disposición de la Mitra, es decir, se
trasladó al palacio arzobispal para venerarla el propio prelado. Es la
que desde el pasado sábado recorrerá los arciprestazgos y parroquias de
la Diócesis como preludio del Año Santo de 2021, tras cederla para esta
misión pastoral el actual arzobispo, monseñor Julián Barrio.
La
otra se venera de manera permanente en Padrón, villa y cuna de la
tradición jacobea, donde según la tradición amarró la barca que
transportó desde Haffa (Palestina) al puerto del Murgadán, en Iria
Flavia, los restos mortales de Santiago el Mayor, acompañados por sus
discípulos Atanasio y Teodoro. Allí, junto en la ribera del Sar, ataron
la barca apostólica (se dice que era de piedra, si bien los
historiadores matizan que se trataba de una barcaza pedrera, es decir,
dedicada al transporte de piedras por vía marítima) en una antigua ara
romana dedicada al dios Neptuno, el Pedrón, que hoy se conserva bajo el
altar mayor de la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, donde también
se cobija la reliquia del patrón de España.
El relicario, que muestra a EL CORREO GALLEGO el párroco de la villa,
Roberto Martínez Díaz, es una pieza de orfebrería moderna en cuyo
interior se encuentra la cápsula original con el pequeño hueso del
santo. En una pequeña inscripción se puede leer «s. Jac. M. Ap.», es
decir, Santiago el Mayor Apóstol. Además, dentro de este pequeño estuche
hay también, doblado a la perfección, un certificado firmado por el
propio cardenal Payá y Rico y con sus sello arzobispal en el que
confirma que se trata de un fragmento óseo extraído del sepulcro del
Apóstol.
Explica el sacerdote encargado de su custodia que la reliquia está
habitualmente protegida en una cámara de seguridad y que se expone para
veneración de los fieles en dos ocasiones al año, principalmente. En
primer lugar, durante la novena en honor al Apóstol Santiago, que se
celebra durante nueve días antes del 25 de julio en la ermita del
Santiaguiño do Monte, donde según la tradición el Apóstol predicó el
Evangelio después de que Cristo le encomendase esta misión a los doce; y
también con motivo de la fiesta de la Traslación de los Restos del
Zebedeo, que tiene lugar cada 30 de diciembre en el templo parroquial,
en el marco de la cual el Ayuntamiento realiza una Ofrenda al santo.
La de Padrón es una parroquia jacobea donde las haya. Cuenta con
imágenes de las tres representaciones del mártir: el sedente, el
peregrino y el ecuestre, conocido popularmente como Matamoros. Uno de
los objetivos principales ahora, tanto del Concello como de la
parroquia, es que se reconozca oficialmente el antiguo Camino de
Santiago a Padrón, una variante que recorrían numerosos peregrinos
después de completar su itinerario a Compostela ya en la Edad Media, tal
y como confirman historiadores como Manuel F. Rodríguez o Manuel
Garrido, estudioso y defensor del reconocimiento de esta ruta.
PRIMADO DE ESPAÑA Y PATRIARCA DE LAS INDIAS
Los restos del Apóstol fueron redescubiertos en la Catedral en 1879, durante el pontificado del cardenal Miguel Payá y Rico (Valencia, 1811), quien fue arzobispo de Santiago entre 1874 y 1886. En ese año sería nombrado por el papa arzobispo de Toledo y Primado de España. Además, alcanzó el título de Patriarca de las Indias Occidentales. Recibió la púrpura cardenalicia de manos del papa Pío IX dos años antes de que López Ferreiro hallase en la Catedral las reliquias del Zebedeo.
Mañana 24 de febrero, lunes de carnaval, tandrá lugar una fiesta infantil en Canteclair con un concurso de disfraces que otorgará más de 500 € en premios.
La entrada costará 5 €, y habrá toro mecánico, hinchables, photocall, transformers, y actuará Pablo Méndez Perfomances.
El Concello solicita una subvención a la Diputación para celebrar el festival en junio.
Si consiguen la subvención solicitada a la Diputación de Pontevedra,
el Concello de Pontecesures viajará en el tiempo, veinte siglos atrás.
Lo hará para celebrar una fiesta «de la romanización», un evento con el
que el gobierno local pretende hacer «un guiño á historia da nosa
localidade». Podían haber escogido otros momentos históricos, pero han
optado por aquellos tiempos en los que los barcos romanos subían por el
Ulla, cuando la localidad era uno de los lugares cruzados por la Vía XIX
extendida por el imperio para mejorar las comunicaciones en la
Gallaecia.
Los vínculos de Pontecesures con Roma existen,
aunque sean un tanto oscuros. Para explicar el nombre del pueblo, por
ejemplo, se manejan dos teorías. Una, la del punte del césar, según la
cual el puente interprovincial fue construido por orden del emperador
César Augusto, en el siglo primero. Hay quien descarta esa hipótesis al
asegurar que el puente no fue levantado hasta la edad media. Hay, aún,
una segunda explicación para el origen del topónimo que la relaciona
directamente con el poder romano. Provendría de «censuris», por ser el
lugar en el que se realizaban los empadronamientos o censos en época
romana. Sea cual sea el origen de su nombre, Pontecesures tuvo un pasado
romano. Y es que el río Ulla fue una de las vías utilizadas por los
latinos para extender su cultura por la costa de Galicia.
«A nosa intención era facer esa celebración asociada á Festa da Lamprea, pero non pode ser, así que a plantexamos para o mes de xuño», argumenta el alcalde, Juan Manuel Vidal Seage (PP). Su intención es, con esta celebración, recordar el pasado de Pontecesures como el «crisol de culturas que foi durante moito tempo», al mismo tiempo que enriquecer el calendario de actos capaces de atraer turistas y visitantes a una localidad que quiere hacer de esta actividad uno de sus pilares económicos.