Valga presume del Belén más artesanal… y actual.

Se encuentra en un rinconcito de la zona del Ullán, en un modesto local de la parroquia de Cordeiro cedido por los vecinos al Ayuntamiento. Pero el que nunca haya visto el Belén artesanal de Valga que no le engañe su envoltorio. Al pasar las puertas de madera, el visitante se encuentra con cerca de 300 metros cuadrados de exposición a distintas alturas, sobre las que se erigen más de 3.000 figuras, todas ellas elaboradas a mano. Y cada año, el Belén es distinto, pues se monta y se desmonta en cada edición para incorporar las escenas más destacadas del panorama social, político y deportivo del año que termina.

Aparte de constituir el belén de mayores dimensiones de Galicia, de incluir piezas en movimiento y de ser completamente artesanal, quizá esos guiños a la actualidad sean la clave del éxito que el Nacimiento valgués ha ido cosechando con el paso de los años. Nasi García, una de las voluntarias más veteranas de la Asociación Amigos del Belén de Valga, asegura que «el que viene, repite. Dice que uno de los aspectos que más atrae al visitante es esa curiosidad sobre las nuevas figuras.

Y este 2014 ha dado para mucho. La proclamación del rey Felipe VI, la enfermera Teresa Romero saliendo del hospital Carlos III tras superar el ?bola, el paso de la Vuelta Ciclista por el municipio valgués, Isabel Pantoja entrando en la cárcel (donde acompaña a los ya representados en años anteriores Julián Muñoz, Mayte Zaldívar o Luis Bárcenas) o consejeros de Caja Madrid con las polémicas tarjetas «black» son algunos de los personajes que este año se han estrenado en el Belén de Valga.

La incursión del pequeño Nicolás en todas las televisiones y periódicos cogió por sorpresa a la organización, que ya tenía todo listo para la inauguración del afamado Nacimiento, la cual tuvo lugar el día 7. No daba tiempo a más y decidió colocar una foto del joven que está siendo un auténtico azote para altos cargos del Partido Popular.

En el caso de la duquesa de Alba, que ya estaba presente en el Belén en anteriores ediciones, los voluntarios le rindieron un pequeño homenaje tras su fallecimiento, colocándole detrás una corona de laurel con un crespón negro por su defunción.

Sin duda el Belén plasma de un modo divertido algunos de los acontecimientos ocurridos en este año, pero siempre sin perder la esencia que caracteriza a esta representación navideña, que no es otra que el aspecto religioso. Así, se entremezclan la recreación de los pasajes bíblicos clásicos con los de oficios tradicionales representados en personas conocidas de la villa, personajes famosos o elementos de actualidad, como lo fueron en su día el Mundial de Fútbol o el robo del Códice Calixtino. La edición en la que el Belén alcanzó su mayoría de edad, el año pasado, fue una tragedia la que centró el montaje: el fatal accidente ferroviario del Alvia en la curva de Angrois, donde perdieron la vida 79 personas y decenas resultaron heridas.

Ese año 2013 marcó un antes y un después para el Belén Artesanal de Valga, pues fue declarado Festa de Interese Turístico Galego. La Xunta destacó que además de su singularidad compositiva, es el Nacimiento más grande de Galicia y recibe cada año más de 40.000 visitantes. «Llegó un momento que paramos de contar», admite Nasi García, voluntaria del Belén valgués desde hace 17 años. Cuando comenzó a colaborar en la confección del Nacimiento ni se imaginaba la fama y el éxito que alcanzaría hoy en día. En aquel momento algunas de las figuras incluso eran compradas, pero poco a poco el Belén se fue ampliando y adquiriendo un carácter 100% artesanal.

Otros elementos que se tuvieron en cuenta para declarar esta representación fueron el carácter popular y participativo de esta fiesta, así como el doble valor cultural que posee: por una parte contribuye a mantener la tradición belenista y por otra destaca la vertiente formativa mostrando oficios ya desaparecidos.

También se valoraron la antigüedad (se exigía un mínimo de 10 años y tenía 18 -ahora 19-), la calidad y la creatividad. Con esta tarjeta de presentación, el Belén de Valga está preparado para seguir recibiendo visitantes y cada año ir mejorando. Las personas interesadas en ver la 19 edición que está expuesta -hasta el 11 de enero- pueden hacerlo en un local ubicado en la parroquia de Cordeiro, en una bocacalle de la recta de Campaña, en las inmediaciones de Extrugasa.

Faro de Vigo

Chanteclair y los 35 años de un clásico reinventado.

Empezó como un sueño. El sueño de Jaime Besada, un vecino de Poio que a finales de los años setenta se empeñó en abrir una sala de fiestas. No le resultó muy difícil contagiar su entusiasmo a su hermano Manuel, otro apasionado de la música. Y a sus cuñados José Villanueva y Juan Sousa. Los cuatro unieron fuerzas y alumbraron, en 1979, la sala de fiestas Chanteclair. Han pasado 35 años. Treinta y cinco motivos para organizar una fiesta como la que se celebrará hoy en el edificio con forma de cajón de guitarra de Pontecesures.

Cuando caiga la noche, abrirá fuego la orquesta Jerusalén, que abrirá camino para El Combo Dominicano. Tras esta actuación, la música seguirá hasta que cante el gallo de la mano del dj residente Álex Sas y del invitado Marcos Magán. Todos ellos pondrán la banda sonora a una velada que es doblemente especial. Porque, además de celebrar los 35 años de historia de Chanteclair, también se celebra la vuelta a la dirección de quienes fundaron la sala de fiestas y de sus hijos.

Ahora son el veterano Manuel y el joven Josechu Villanueva los que llevan el peso de dirigir una sala del tamaño, la fama y la historia de Chanteclair. Su objetivo es recuperar la senda que siguió el local hasta el año 2000, cuando decidieron alquilarla. «Pero los inquilinos no la cuidaban», cuenta Manuel. Así que decidieron volver a tomar posesión de este templo de la música y el ocio nocturno, por el que a lo largo de casi cuatro décadas han pasado cientos de artistas. «El que tuvo más éxito fue Juan Pardo», dice Manuel haciendo memoria. Pero hay muchos otros nombres que recordar. Los Pecos, Albano, Tequila, Rocío Dúrcal, Manolo Escobar, Enrique y Ana o Los Marismeños fueron algunas de las estrellas que iluminaron este local . «Antes no había demasiados recintos adecuados para hacer grandes actuaciones», apunta Josechu.

Bailando al calor de estas músicas nacieron muchas historias de amor. Y es que una de las claves del éxito de la discoteca es «el sitio donde está», justo donde Pontecesures linda con Valga. «Habíamos mirado otros lugares. En Padrón, y en Valga, pero no llegamos a acuerdos. Y fue mejor para nosotros». Los 2.000 metros cuadrados de Chanteclair están a medio camino de todos lados. Así que hasta ella llegaban clientes llegados desde el Barbanza, desde Negreira, desde todos los rincones de la provincia de Pontevedra… «Y saliron de allí muchísimas parejas. Hay muchos matrimonios de gente de Rianxo con gente de A Estrada que se conocieron aquí».

Si el lugar elegido para abrir la sala de fiestas fue un acierto, otro tanto se pude decir del sistema de autobuses que se puso a disposición de los clientes. Diez líneas -todas ellas reflotadas ahora con la reentrada de la dirección original- «recorrían todos los rincones y corredoiras de cincuenta kilómetros a la redonda» para que nadie se tuviese que quedar en casa. Josechu confía en que la idea, revolucionaria en su día, vuelva a funcionar ahora. Y es que la intención de los propietarios es que el canto del gallo más marchoso de toda Galicia vuelva a sonar con fuerza en la noche.

De momento, todos son buenos augurios. «Se nota que los jóvenes tienen ganas de bailar, de volver a disfrutar bailando», recalca Josechu Villanueva, que ayer trabajaba a reo para que esta noche todo salga a pedir de boca. «La música en directo es un puntazo, no debería acabarse nunca. Hubo unos años en los que parecía que se había terminado, pero la gente vuelve a tener ganas de ella». Y para eso está Chanteclair, una sala de fiestas que tomó su nombre de un cabaré de Beirut. «Al principio, el alcalde de Pontecesures nos sugirió que le llamásemos La Bella Otero. Pero entonces la mujer tenía muy mala fama por aquí, y pensamos que a lo mejor llamarle así al local causaba alguna confusión».

Así que dejaron a un lado a Carolina Otero y apostaron por el gallo cantor cuya imagen está grabada en la retina de generaciones enteras de gallegos. Y lo que queda por llegar. Porque, si algo está claro, es que Chanteclair es uno de esos clásicos que nunca mueren.

La Voz de Galicia

El gallo que canta en Pontecesures.

Si hubiese cuajado la primera propuesta, Carolina Otero sería hoy una mujer mucho más conocida en Galicia, pero los cuatro socios que sacaron adelante el proyecto de abrir una sala de fiestas en Pontecesures, hace 35 años, se percataron, por los comentarios escuchados, que llamarle La Bella Otero podría dar lugar a equívocos, polémicas y controversias, y descartaron la idea de su exalcalde José Piñeiro Ares.

Tampoco su ubicación fue la que habían estudiado inicialmente, porque de haberse decidido por la primera, estaría a un paso de la casa Museo de Rosalía de Castro, en Padrón, pero no llegaron a un acuerdo con el dueño del terreno. Ni la segunda, porque el solar elegido se encontraba en terrenos de Pontecesures y Valga, con el consiguiente riesgo que supondría de verse en la obligación a cumplir dos ordenanzas que podrían ser contrapuestas.

«No voy a sacar mi chaqueta para dársela al vecino», le dijo el secretario de uno de los concellos a los hermanos Manuel y Jaime Besada y a sus cuñados José Villanueva y Juan Sousa, los promotores de la iniciativa.

Apertura. Se decidieron por Pontecesures, y en diciembre de 1978 cortaron los pinos de la finca que habían adquirido. Contrataron a un capataz jubilado, la obra comenzó en enero de 1979, trabajaron de la mañana a la noche, empresas especializadas se encargaron de la decoración, la instalación eléctrica, el sonido y los interiores, y lograron que octubre abriese sus puertas.

Era una época de expansión marcada por la inauguración de La Condesa, en Caldas de Reis, Dafnis y Cloe (Poio), Saturday (Vilaboa), Canelas (Portonovo) y Brais (actualmente La Luna), en San Vicente de Cerponzóns.

Con la forma del cajón de una guitarra, 2.000 metros cuadrados de superficie, cuatro barras y dos niveles, la sala de fiestas Chanteclair hacía su irrupción en el panorama de la diversión galaica. Se consumían barriles de vino tinto, callos y pulpo mientras actuaban las orquestas. Era el reflejo de una idiosincrasia que iba a experimentar una rápida transformación.

La respuesta superó las mejores expectativas de sus propietarios, Una flota de 23 autobuses recorría buena parte de las provincias de Pontevedra y A Coruña trasportando a los clientes y evitándoles el trance de conducir por unas sinuosas y empinadas carreteras a quienes tenían un coche, que en aquella época eran los menos, y no pocas veces tuvieron que pagar un taxi y acompañar a alguna chica que se despistó en los baños y darle explicaciones a sus padres.

Además de evitar el riesgo que supondría conducir después de una noche de marcha y algunas copas en el cuerpo, el transporte colectivo también permitió a no pocos aprender algo de geografía y darles la oportunidad de prolongar las relaciones nacidas entre baile y baile.

El trato a los clientes fue un pilar fundamental, junto con la originalidad de sus campañas publicitarias, para lograr que todos los fines de semana pasasen por la sala en torno a 4.000 personas. Un reclamo inédito hasta entonces, y que no ofreció ninguna otra, fueron los sorteos de viajes en helicóptero, desde la explanada situada delante de la discoteca hasta Santiago, o el de coches.

Los camareros se limitaban a recoger vasos y botellas porque les resultaba imposible desplazarse por la sala con las consumiciones sobre las bandejas. Más de 40 personas tenían empleo durante los fines de semana en Chanteclaire, que llegó a contar con una parada de taxis propia, y cuyo tirón fue aprovechado para abrir bares en sus cercanías.

Pero la propuesta que refleja el carácter familiar que quisieron darle fueron los sorteos de viajes que se celebraban todos los fines de semana y que los agraciados compartían con algunos de los dueños de Chanteclair, que también tenían que hacer de tutores, porque alguno de ellos era menor de edad. La fortuna permitió a 648 clientes conocer Tenerife, Mallorca, O Algarve, la Costa Brava o Benidorm, destinos que parecían entonces lejanos y exóticos.

En 1992, la sala fue dotada del último modelo de rayo láser, poco después de que hubiera sido presentado en la Expo de Sevilla. Alcanzaba una altura de seis kilómetros y podría verse a 20 kilómetros de distancia.

Chanteclair también fue el escenario de acontecimientos inéditos en una discoteca, entre ellos el Enterro da Lamprea, para el que fueron contratadas 200 lloronas de Cangas y Marín, demostrando que era posible compaginar la diversión con la promoción de un producto de la localidad y una seña de identidad cultural.

Los Pecos. Albano, Tequila, Rocío Dúrcal, Manolo Escobar, Enrique y Ana, Los Marismeños o Los Pecos cantaron en Pontecesures, y por la sala de fiestas también se dejaron Camilo José Cela y los expresidentes de la Xunta Manuel Fraga y Gerardo Fernández Albor.

Cuando Fidel Castro visitó Galicia, una cuña publicitaria recordaba en la radio que Fraga ya sabía qué era Chanteclaire, cuyas puertas estaban abiertas por si quería invitar al comandante a un cubalibre en Pontecesures.

Cerradas las grandes salas de fiestas, y tras un breve paréntesis, uno de los socios fundadores, Manuel Besada, y Josecho Villanueva, hijo de otro de los pioneros, José, se pusieron al frente para que la fiesta continúe con la fórmula de siempre: grandes orquestas y sesiones de discoteca. El viernes, día 5, comenzará una nueva etapa, con El Combo Dominicano, la orquesta Jerusalén y los DJ Marcos Magán y Alex Sas como protagonistas.

Diario de Arousa

Noche de terror para celebrar el Samaín en Valga.

El 30 de octubre a las 17:30 horas se celebrará en el auditorio de Cordeiro una fiesta infantil a la que se podrá acudir disfrazado y acompañado de una terrorífica calabaza, con la que se podrá optar a varios premios. Luego, tras una chocolatada popular, los niños de entre 11 y 13 años se prrepararán para pasar una noche de terror en la biblioteca municipal.

«Facundo» y «Felipe» no conocen lo que es una derrota.

No hace demasiado tiempo, los burros formaban parte de la vida de muchas personas: ayudaban a cargar el alimento o a desplazarse; era fácil que cualquier familia contara con este solípedo de largas orejas. El tiempo cambió las cosas y los burros fueron sustituidos en muchos ámbitos. No obstante, hay un ámbito en que aún no han conseguido echarles y parece que, después de 125 años, continúan con la firme fuerza del primer día. Hablamos de la carrera de burras de San Miguel de Deiro, en San Roque do Monte, cuya última convocatoria se celebró ayer por la tarde. Fueron diez animales los que participaron en las dos carreras, unas monturas que provenían de los alrededores aunque también de Valga.

Eternos ganadores

Por tercer año consecutivo, Facundo volvió a coronar el podio en la modalidad masculina junto con su jinete Marcos Ferro. Tras él vino Misterio con Pablo Muñiz, también habituado a los primeros puestos, y en tercera posición quedó Felipe. En la femenina, en cambio, este último quedó en primera posición con la jinete Patricia, que igualmente obtuvo la primera posición en 2013. Facundo, junto a Fátima, quedaron segundos. La participante Sheila acabó tercera en el torneo. Indudablemente los resultados son los mismos, al mismo tiempo que la emoción que suscita este acto en quienes acuden año tras año.

Un gran interés

Según sus organizadores, la asistencia fue tan buena como en las ediciones anteriores. La fiesta gusta, y mucho; tanto, que incluso algunos extranjeros se atreven a participar. Es el caso de Dallus, un chico lituano que pudo participar con la burra Sevende. «La mitad de mi familia es gallega, estoy de vacaciones por aquí», comentó este joven participante. No ha sido el primer foráneo en esta fiesta ni será la última. Todo ello no hace sino confirmar el interés que suscita año tras año este acontecimiento anual y que, como poco, garantiza su supervivencia mucho tiempo.

Un pequeño incidente

La carrera masculina comenzó al filo de las siete de la tarde, sin incidentes. La femenina, en cambio, que se inició poco después, no corrió la misma suerte. Al terminar la carrera, con el animal ya parado, una de las jóvenes participantes comenzó a encontrarse mal y cayó al suelo. Los organizadores tuvieron que llamar al 061, que envió una ambulancia al lugar de los hechos. El accidente no revistió de gravedad pero la participante, al cierre de esta edición, estaba a la espera de las pruebas médicas.

La Voz de Galicia

La medallista Morison estará en la Festa da Bici de Pontecsures.

Los amantes del ciclismo tienen una cita este sábado en Pontecesures, que celebra la Festa da Bici con una marcha cicloturista e un sorteo. Además, está prebvista la presencia de la medallista olímpica Camila Aldana Morison Rey, vecina de la localidad.
Fuesntes del Concello, organizadora del evento, explicaron que la fiesta comenzará a las 16:30 horas en la Plazuela donde los ciclistas recibirán los dorsales. La previsión es que la marcha commience a las 17 horas y transcurra por las calles de la localidad. Además, será la piragüista cesureña, que logró una medalla en los Juegos Olímpicos de la Juventud, quien vaya abriendo la marcha.
Tras el paseo, se procederá al sorteo de una bicicleta donada por el establecimiento comercial Beruca Bikes, sito en la localidad.
Para desarrollar esta fiesta, el Ayuntamiento cuenta con la colaboración de empresas locales y comercios: Alisal, Eroski, e Beruca Bikes. «ademais da colaboración que se ben prestando tódolos anos, de Begano coca Cola (Pontevedra-Vigo) que aporta as bebidas para os participantes», según sus responsables.

Diario de Arousa