Pontecesures quiere un regalo en su 100 cumpleaños: el enclave de Valga.

El “Pacto da Devesa” permitió que el ayuntamiento se independizara en 1925.

En medio de la villa quedó una parcela de 1.200 metros cuadrados que pertenece al municipio vecino.

La explanada situada en las inmediaciones de la plaza de abastos de Pontecesures perteneciente al Concello de Valga.
La explanada situada en las inmediaciones de la plaza de abastos de Pontecesures perteneciente al Concello de Valga.

Muchos piensan, en el Ayuntamiento de Pontecesures, que un buen regalo para conmemorar su primer siglo de existencia como administración local sería recuperar una parcela de terreno que, aún estando situada en el corazón de la villa, pertenece al municipio vecino de Valga.

Históricamente, las carpas de la Festa da Lamprea se instalaron en esta explanada.
Históricamente, las carpas de la Festa da Lamprea se instalaron en esta explanada.
El alcalde, Juan Manuel Vidal Seage, con el cartel de la fiesta de la lamprea, a desplegar el fin de semana que viene. |   //  FDV
Juan Manuel Vidal Seage, cuando era alcalde. 
La explanada de la polémica.
La explanada de la polémica. 

Es lo que en la geografía política se denomina enclave, es decir, una porción menor del territorio de una circunscripción territorial que está completamente rodeada por el territorio de otra.

Un terreno de unos 1.200 m2 que, a modo de isla quedó situado en la zona portuaria, entre el río, su zona lúdica, los edificios orientados al Ulla y la plaza de abastos.

Para aquellos que no conozcan el lugar, puede decirse que es una gran explanada de tierra y baches usada como aparcamiento y convertida, con demasiada frecuencia, en un gran lodazal.

El mismo espacio en el que solían colocarse las carpas de la Festa da Lamprea, cuando en el río había pescado suficiente para celebrarla, que no es el caso este año

Mucho se ha hablado en el último siglo de la necesidad y conveniencia de recuperar este enclave, y a punto estuvo de lograrlo, durante el anterior mandato, el alcalde conservador Juan Manuel Vidal Seage. Pero las elecciones del pasado año colocaron en su puesto a la nacionalista Maite Tocino, y desde entonces aquel procedimiento parece haberse frenado, según denuncia el exregidor.

De ahí que reclame del actual ejecutivo bipartito que retome aquel expediente y busque la fórmula adecuada para recuperar ese enclave, «que además de afear todo el entorno provoca una evidente falta de seguridad», espeta Seage.

El mismo que en el anterior mandato propició el proyecto para abrir Pontecesures al río y a la ría, impulsando la transformación de la fachada fluvial con la creación de una zona de ocio que ayuda a la llegada de más peregrinos, al desarrollo del sector hostelero local y a ofrecer zonas de paseo seguras y alternativas lúdicas para niños y el conjunto de la población.

Pero esa apuesta por modernizar y embellecer Pontecesures se quedo a medias, precisamente a causa de la existencia de ese enclave de Valga al que no se le puede tocar, ya que depende del gobierno vecino. Incluso para celebrar allí cualquier evento hay que pedirle permiso.

Y eso a pesar de que Valga no puede sacarle ningún provecho ya que desde 2003 es un terreno catalogado en el PXOM como zona verde.

Así pues, con la ley en la mano, hay tres opciones posibles, como la expropiación forzosa, aunque determinar el precio a pagar no parece sencillo, establecer algún tipo de convenio con Valga o acometer la permuta de terreno. lo cual resulta aún más complicado, ya que Pontecesures no dispone de terreno público con el que negociar.

Teniendo en cuenta todo ello Seage llegó a contemplar una partida de 150.000 €, «aunque incluso puede resultar excesiva» para negociar con Valga y hacerse con el enclave. «Pero todo aquel procedimiento se está dejando morir por el actual gobierno», censura.

Ante lo cual, el líder del PP insiste. «Hay que reabrir este procedimiento, llegar a un acuerdo razonable para buscarle encaje económico y cumplir la ley, solucionando así un problema que se arrastra desde hace casi cien años».

Dicho de otro modo, que «el gobierno bipartito de Pontecesures debe coger el toro por los cuernos para evitar perder una magnífica oportunidad y recuperar un terreno insalubre».

Una parcela, dicho sea de paso, que «una vez que sea nuestra puede ayudarnos a potenciar todavía más la fachada litoral», sentencia Juan Manuel Vidal Seage.

El título de villa en 1881, y el proceso independentista de 1925 marcan su historia.

En 1881, el rey Alfonso XII, concedió el título de Villa de San Luis de Cesures a la parroquia de San Julián de Requeijo, perteneciente hasta 1883 al Ayuntamiento de Padrón, con el que sigue unida a través del puente romano que se reformó en la Edad Media y que en 1911 se convirtió en la estructura que es actualmente y soporta el tráfico de la N-550.

Fue tras la reorganización territorial que situó al río Ulla como frontera territorial entre A Coruña y Pontevedra, cuando San Luis de Cesures pasó a formar parte del Ayuntamiento de Valga, alcanzando su independencia en 1925, con José Novo Núñez como primer alcalde.

Un proceso que no resultó tan complicado como podría pensarse ahora, cuando se habla permanentemente de las ansias independentistas catalanas. Lo que se hizo a orillas del Ulla fue firmar el «Pacto da Devesa», entre los representantes de las villas valguesa y pontecesureña.

Llegaba así la segregación de Pontecesures, que dejó de depender de Valga y pasó a funcionar como municipio propio el 9 de octubre de aquel mismo año, es decir, hace casi un siglo.

Hay quien cree que el puerto fluvial de Pontecesures, en su momento pieza clave para la descarga de buques areneros y la implantación en la villa de empresas como Nestlé y Calera del Ulla, ahora punto de arribada de peregrinos, fue el germen de aquella independencia. En cierto modo impulsada por la burguesía de comerciantes e industriales que se habían ido formando en torno al río.

En ese movimiento empresarial hay que situar la existencia de un enclave de Valga dentro de Pontecesures, ya que el terreno en cuestión habría estado ocupado por una empresa perteneciente a Valga que, la desaparecer había dejado esa parcela en manos del concello vecino.

Fue el 29 de marzo de 1925 cuando la corporación municipal de Valga, reunida en sesión extraordinaria, analizó e impulsó el informe emitido por la comisión nombrada por el propio ayuntamiento para establecer las bases de la «Entidad Menor de Pontecesures» y determinar la «administración de la misma, separación de su patrimonio y deslinde de su instalación».

Así se recoge, por ejemplo en el libro «Historia de Pontecesures» publicado en 1980 por el que fuera cronista oficial y alcalde de la localidad, José Piñeiro Ares.

En el que se habla también de otro de los grandes ejes del proceso independentista pontecesureño, como fue la feria del automóvil que en 1925 permitió proyectar a esta localidad ribereña a nivel nacional.

Y eso que en aquel año, el censo de este municipio de apenas 7 km2 de extensión era solo de 1.645 habitantes. Que se estrenaron como ayuntamiento con un presupuesto municipal de 20.500 pts y un crédito bancario para adquirir la finca que iba a ocupa el actual consistorio presupuestado en 23.750 pts,

Faro de Vigo

La Biblioteca de Pontecesures celebra su 40 aniversario.

La Biblioteca de Pontecesures celebra su 40 aniversario
La sala sopló las velas acompañada de sus lectores más jóvenes.

La Biblioteca de Pontecesures celebró ayer sus cuarenta años de historia con una cita cultural que coincidió en una efeméride especial: el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Un acto solemne en el que se contó con la intervención de personalidades ligadas a la escritura, como los autores María Vázquez García y Fernando Rodríguez Gómez; la editora Andrea Jamardo Seijo o el poeta Cándido Duro Domínguez. Tampoco faltó en la cita la bibliotecaria de Pontecesures, Teresa Gil, y la alcaldesa, Maite Tocino, que reafirma su apuesta por impulsar actos de calado cultural en el municipio, como la jornada “Anacos da historia de Pontecesures”, en el que se puso en valor la lamprea y la gente cesureña.

Biblioteca Pontecesures acto aniversario
Varias personalidades relacionadas con la escritura intervinieron en el acto.

La Biblioteca se inauguró oficialmente el 16 de abril de 1984, aunque abrió sus puertas unos días antes. Actualmente, y desde su puesta en marcha, este servicio municipal se ofrece en la edificación que albergó la Casa del Concello de Pontecesures durante 49 años, desde la segregación del municipio de Valga en 1925, hasta la inauguración de la actual Casa Consistorial en 1974, una vez restaurada y adecuada para ello. Un servicio desde el que también se dinamiza la oferta y actividades culturales, especialmente, para los más pequeños.

Diario de Arousa

Teresa y cuarenta años de citas con los libros en Pontecesures.

La biblioteca municipal está de aniversario y para celebrarlo se celebró ayer un encuentro con escritores locales del que fue anfitriona la mujer que, desde el principio, guio a los lectores de la localidad

El 1 de abril de 1984 comenzaba a funcionar la biblioteca municipal de Pontecesures. Aquel mismo día se incorporó a su puesto de trabajo María Teresa Gil García. «Algún funcionario municipal xa colocara os libros, pero eu cando cheguei empecei de cero», cuenta. Hizo bien poniéndolo todo a su gusto: el pequeño edificio se iba a convertir en su centro de trabajo durante la friolera de cuarenta años. «Encántame o que fago», relata Teresa, que estudió para maestra pero acabó convertida en la bibliotecaria de Pontecesures. Ella fue, ayer, la anfitriona en un acto convocado para celebrar esos cuarenta años de libros y de dinamización cultural. Presidido por la alcaldesa, al evento estaba invitada toda la ciudadanía. Los discursos corrieron a cargo de la editora Andrea Jamardo y los escritores Cándido Duro, Fernando Rodríguez y María Vázquez. Sus nombres son sobradamente conocidos para quienes pasan por la biblioteca. «Sempre nos regalan exemplares dos seus libros para a nosa sección local», explica Teresa.

Ella ha visto pasar por la biblioteca a generaciones enteras de cesureños y cesureñas. En cuarenta años el mundo ha cambiado mucho, y esos cambios se han dejado notar, también, en este pequeño rincón junto al Ulla. «Cando empezou, a rapazada ao saír do colexio paraba aquí e facían fila para deixar os libros que xa leran e coller outros novos», recuerda. Habla con cierta nostalgia de aquellos años en los que los deberes de la escuela se resolvían en las mesas de la biblioteca. «Estábase moito aquí», cuenta Teresa. Ahora ya no es así. La gente acude junto a ella para entregar un libro y recoger otro. «E ás veces, cando lles mandan facer un traballo en grupo, a rapazada vén para aquí tamén». Pero no es lo habitual. Sin embargo, «temos novos usuarios, como a xente que ven usar os ordenadores. Tendemos a pensar que todo o mundo ten ordenador e Internet na casa, pero non é así», explica la responsable de esta casa de los libros, bien nutrida con más de 15.500 títulos.

Sería difícil mantenerlos todos bajo control si no fuese por los nuevos sistemas de organización y digitalización de las bibliotecas. «Agora unha persoa cun carné de calquera biblioteca pode utilizar todas as da rede pública de Galicia», cuenta Teresa, que parece encantada con haber dejado atrás, hace ya tantos años, las fichas de cartón en las que se registraba la información de cada tomo, sus venturosas idas y venidas.

Teresa presta una especial atención a estar al día en el campo de la novela y la literatura infantil: son, sin duda, los campos que más interés generan entre los 856 socios de la biblioteca. «Tamén temos lectores máis especializados», reconoce. Para los que no lo son y no tienen claro qué llevarse a casa, está ella, cargada de sugerencias. Eso sí: ser bibliotecaria en Pontecesures exige mucho más que saber de libros y mantener bajo control sus entradas y salidas. «Tes que estar ao tanto das cousas que pasan no Concello, porque a xente vén e pregunta de todo. E nestes últimos anos tamén fai falla saber da historia da vila, que ten moita, para poder contestar a todos os peregrinos que pasan por aquí». Y es que es en la biblioteca, entre libros e historias, donde se cuña ese carné que certifica que se han cubierto las etapas del Camino.

«Aquela idea de que a biblioteca ten que estar en silencio desapareceu», reflexiona Teresa, mientras hace un repaso mental por todo lo que han cambiado las cosas en los últimos cuarenta años. Ahora, este local funciona más bien como un punto de encuentro, como un espacio desde el que se intenta alimentar el amor por la lectura, que a fin de cuentas es el amor por la curiosidad, por el conocimiento, por la sabiduría. A lo largo de los años, Teresa ha organizado actividades que tenían como objetivo atraer a la rapazada hacia los libros, una tarea que se ha vuelto especialmente complicada desde la irrupción de alternativas con tanto tirón como los teléfonos móviles y las redes sociales.

La biblioteca cesureña, que trabaja codo con codo con el colegio, organiza talleres, cuenta cuentos, teatrillos… Y organiza, también, actos de presentación de libros y muchas cosas más, siempre con las letras, las palabras y la inteligencia en el centro de todo.

Los libros de la escuela Vicente Moure

Entre los muchos libros que forman el catálogo de la biblioteca municipal de Pontecesures hay un grupo de ellos que destaca: son los que componían la biblioteca de la escuela Vicente Moure, un edificio que se demolió cuando se construyó la carretera nacional que parte Pontecesures por la mitad. Durante muchos años, los tomos que se encontraban en aquel espacio anduvieron a tumbos por el pueblo, unos años almacenados en el Concello, otros siendo enviados al colegio… Hasta que, por fin, encontraron su sitio en la biblioteca municipal. «Para nós son un orgullo», cuenta Teresa. Ella está muy orgullosa de la historia de su pueblo. Y por eso, en este mes de abril —el último de su vida laboral— se han organizado varias actividades para dar a conocer la figura de Manuel Otero Acevedo, pionero de la neurocirugía.

La Voz de Galicia

Padrón vive una Pascua pasada por agua: «Se chove, que chova».

Con la afluencia «dun día de feira», la localidad enfrentó los continuos chaparrones durante la fiesta. La feria caballar atrajo a tratantes de Galicia, León y Valencia

«Está moi frouxo, esperamos que mellore». Las comerciantes de Rosquillas Cristaleiro miran más allá del toldo con un gesto de esperanza contenida, porque al tercer día, también llovió. Los continuos chaparrones menguaron la asistencia a la fiesta de la Pascua de Padrón, que sin embargo animó el día en la localidad, en la que era muy difícil aparcar —muchos de los leirapárking estaban ya llenos a media mañana— y que siguió festejando a pesar del mal tiempo.

En la explanada se dieron cita locales y visitantes, mayores y pequeños, que hacían cola para comprar unos buenos churros o unas rosquillas festivas. Es difícil calcular la cantidad de bolsas que se venden en una fiesta como la Pascua, explicaban en Cristaleiro, y más cuando es una celebración «na que estamos tantos días». 

Avanzada la mañana, y con algunos respiros que daba la lluvia, el ambiente se fue animando y la música de las atracciones y las tómbolas se mezclaba con las conversaciones a pie de pimientos y verduras frescas. «Xente hai, pero como un día de feira normal. O que non entendo é como saen da casa», decía una de las vendedoras mirando al cielo. Lo cierto es que las carpas (que permitieron por ejemplo la actuación de la banda) y el refugio bajo los toldos fue la tónica de la mañana de Pascua, con chubascos fuertes e intermitentes.

Eso sí, llueva o no, el pulpo no se perdona. Antes de la una de la tarde, los trabajadores animaban a la gente a pasar a dar buena cuenta de una ración de pulpo o de churrasco (y en algunos casos de paella) en carpas que ya estaban medio llenas. «Depende do tempo», decían a la entrada de la clásica pulpería Potel a la pregunta de si esperaban tener una alta asistencia. «A xente vén igual porque é a Pascua. A Semana Santa en Padrón é mundial». Así que ante el mal tiempo, optimismo: «Se chove, que chova»

Ese «se chove, que chova» también se dejó sentir durante la celebración de la tradicional feria caballar, con unos trescientos años de historia y en la que participaron cientos de ejemplares y tratantes de Galicia, León y Valencia. «A xente aposta pola Pascua, que segue tendo moito tirón», afirmaba el presidente de la Asociación Pura Raza Cabalo Galego, Jacobo Pérez Paz. En la feria de este año, niños de 5 y 6 años se animaron a presentar caballos en las secciones oficiales del concurso. 

Un total de 70 ejemplares participaron en el concurso morfológico. Constantino Latas, de O Corgo (Lugo) fue el ganador del gran premio Concello de Padrón gracias a su caballo de pura raza árabe HDM Mariachi. En el caso de potros menores de tres años de pura raza árabe ganaron los padroneses Héctor Domínguez y José Manuel Abal Gestoso. Además, David Lamas se llevó el segundo premio. El total, el Concello de Padrón repartió 3.370 euros en premios entre los 70 animales participantes. Algunas de las pruebas son puntuables para la Copa Galicia de Pura Raza Galega.

La Voz de Galicia 

Vidal Seage alerta de la «parálise» y el «inexistente investimento» en el Concello de Pontecesures.

El ex alcalde popular lamenta que el gobierno local «eliminara» la Festa da Lamprea de San Lázaro “despois de que, durante 25 anos, gobernos de todas as cores deran o mellor de si para sacar adiante esta celebración tan identitaria para Pontecesures”

Vidal Seage alerta de la "parálise" y el "inexistente investimento" en el Concello de Pontecesures
Manuel Vidal Seage en la Festa da Lamprea durante su mandato.

El ex alcalde y portavoz municipal del PP de Pontecesures, Manuel Vidal Seage, alerta del “grave esmorecemento” que, a su entender, está padeciendo el Concello “polo inexistente investimento público de novos proxectos realizados polo bipartito y por la “parálise que está a aplicar ao desenvolvemento dos seis grandes proxectos estratéxicos deseñados polo anterior goberno local”.

“O actual executivo está a subsistir da resaca de proxectos herdados do PP que, a duras penas, é capaz de rematar. Pero é que ademais, no que vai de lexislatura non se investíu nin un só euro de obra pública en iniciativas promovidas polos actuais rectores, o que confirma que a actual coalición ‘de progreso’ segue instalada na rutina mentres, a xeito da orquestra do Titanic, seguen tocando unha estrana melodía mentres o noso barco chamado Pontecesures se afunde pola súa incompetencia e desidia”, lamenta el popular.

Seage ironizó con que uno de los grandes “fitos” del bipartito fue “rematar uns parques infantís impulsados polo anterior executivo, pero o da rúa Carles acabouse con 17.000 euros sen executar polo prazo, o de Carreiras non ten as dotacións previstas e innumerables retrasos e o de Condide atópase asolagado e impracticable”.

 «Proxectos freados»

Además, acusa al gobierno local de “loitar con todas as súas forzas e probada incompetencia para que Pontecesures afunda por completo”. Esto se debe explica, “ás súas medidas de freo” a los proyectos del polígono de Tarroeira, a la mejora del Náutico, a la recuperación del terreno de Valga en el centro de la villa, a la renovación de la Plazuela, a la dotación del saneamiento municipal o a la Festa da Lamprea.

Así, en el caso del parque empresarial, admitió que “aínda se sostén pola aposta da Xunta”, que presentó un recurso contencioso frente a “inxustificable” informe técnico del Gobierno de España, “e malia o intento da alcaldesa de desenvolver un proxecto alternativo, consistente nun debuxo a catro cores sen ningún dato técnico e urbanístico” que se conoció tras recurrir a la Valedora do Pobo.

Seage también lamenta que no se avanzara nada en la modernización del Náutico, “que é o proxecto deportivo de maior envergadura da historia do municipio”, y que tampoco se consiguiera recuperar finalmente la parcela propiedad de Valga en el centro urbano, “malia que o anterior goberno deixou o proceso iniciado e o orzamento reservado”.

Finalmente, el portavoz popular critica que se renunciara al financiamiento para la  renovación integral del entorno de la Plazuela, “que xa tiña as cesións de terreo e que permitiría poñer en valor o lugar máis emblemático da vila posibilitando a necesaria seguridade peonil para os alumnos do CPI”; que se paralizara la dotación del saneamiento municipal que disponía de un presupuesto de 390.000 euros; y que se “eliminara” la Festa da Lamprea de la tradicional festividad de San Lázaro “despois de que, durante 25 anos, gobernos de todas as cores deran o mellor de si para sacar adiante esta celebración tan identitaria para Pontecesures”.

Diario de Arousa

Una inesperada ESAD en Valga.

Es complicado crear una escuela superior de teatro, pero hay que contar con el factor Bello Maneiro

¿Una ESAD en Valga?, se preguntan sorprendidos primero e incrédulos después mis excolegas directores de las ESADs españolas. No entienden que un pueblo de 5.700 habitantes aspire a contar con una Escuela Superior de Arte Dramático, pero yo les aclaro que no se trata solo de un pueblo pequeño, sino de un alcalde llamado Bello Maneiro, que consigue casi todo lo que se propone. «Hace nada, se le metió en la cabeza crear el Centro Superior de Música de Valga, nadie en el mundillo docente de la música daba un duro por tamaño empeño y ya veis, ahí está y los padres de la comarca ya no tienen que viajar todas las tardes con sus hijos hasta el Conservatorio Superior de Santiago», les explico y les hago dudar.

En España, hay ESAD, o sea, Escuela Superior de Arte Dramático, en Vigo, Gijón, Bilbao, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca, Murcia, MálagaCórdoba, Sevilla, CáceresValladolid, Cuenca, Madrid y Canarias. La de Canarias tiene dos sedes, una en Santa Cruz de Tenerife y otra en Las Palmas de Gran Canaria. La RESAD de Madrid está amparada desde sus inicios por la Corona: es la Real Escuela Superior de Arte Dramático. La de Barcelona se encuentra enmarcada en el Institut del Teatre, que incluye otras especialidades artísticas, además de contar con estudios de Bachillerato.

Más allá de estas escuelas superiores públicas, existen multitud de escuelas privadas, aunque pocas permiten acceder al título oficial de grado en Arte Dramático, una titulación superior de rango universitario. Entre esas oficiales estarían Eolia, en Barcelona, y la que fundó y dirige Antonio Banderas en Málaga. La más antigua es la RESAD madrileña y la sigue en antigüedad la de Murcia, que junto con las de Cáceres, Barcelona y Bilbao comparten su edificio con los estudios de Danza. Las últimas en crearse han sido las de Cáceres, en 2009, y después nacieron las de Bilbao y Cuenca. Si se fijan, todas estas escuelas de teatro se encuentran en ciudades de alrededor de 300.000 habitantes o más, excepto Cáceres, que ronda los 100.000 y Cuenca, que tiene 53.000.

Hay ciudades grandes como Zaragoza que llevan años intentando crear una ESAD, pues Aragón es la única comunidad autónoma no uniprovincial donde no existen estudios reglados de teatro, sin embargo no son capaces porque crear una ESAD es complicado y más con la nueva Ley de Enseñanzas Artísticas.

En las ESADs, se pueden impartir diferentes especialidades: Interpretación Textual e Interpretación Gestual, Dirección Escénica y Dramaturgia, Escenografía, Teatro de Objetos y Teatro Musical, últimamente muy demandada por el gran éxito que tienen los musicales. Esta última especialidad se puede estudiar en Madrid, Barcelona, Murcia y Málaga.

Los titulados en Arte Dramático, que acceden a las escuelas tras una prueba de selección, no solo pueden ser actores o directores teatrales, sino que pueden hacer el Máster de Educación como cualquier graduado en Filología, Historia o Biología para acreditarse como profesores de Secundaria. Pueden aspirar a ser funcionarios del grupo A, hacer una tesis doctoral, etcétera. Sus estudios están dentro del Plan Bolonia, sus alumnos disfrutan como cualquier universitario del proyecto Erasmus y para obtener el título, han de hacer el famoso TFG o Trabajo de Fin de Grado.

Tengo experiencia en este tema porque puse en marcha la ESAD de Extremadura en 2009 y fui su director desde su inauguración hasta el pasado septiembre, que me jubilé. Cuando empecé, las ESADs estaban en un limbo pues siendo estudios superiores, estaban encuadrados en el ámbito de unas enseñanzas de régimen especial dentro de la Secundaria. Sus alumnos aspiraban a becas de manera diferente a los universitarios y sus profesores tenían el mismo sueldo y horario que los de instituto y si bien no se les exigía ser doctores, también es cierto que tutorizaban y corregían trabajos de fin de grado y firmaban títulos superiores.

Esta situación iba a cambiar el día que Pedro Sánchez convocó las últimas elecciones generales. Esa mañana, el Congreso iba a aprobar la nueva Ley de Enseñanzas Artísticas, pero no pudo ser, manteniéndose así una maldición que persigue a estas enseñanzas superiores de teatro, danza, música, diseño, restauración, etcétera. Tras formar nuevo gobierno, la ley ha sido aprobada y con ella, estas enseñanzas alcanzan (cuando la ley sea sancionada por las Cortes) la dignidad que merecen y que tienen en Europa, aunque esto puede dificultar la creación de la ESAD de Valga. Por un lado, las becas de estos alumnos se equiparan a las de los universitarios, pero también se establecen unas exigencias para el profesorado como el hecho de que sean doctores, etcétera.

Los problemas que puede encontrar la creación de una ESAD en Valga es que no existe ninguna provincia en España con dos ESADs públicas y en cuanto a regiones, solo en Andalucía hay más de una. Son estudios caros pues precisan de mucho profesorado para pocos alumnos: en torno a 12-14 por aula. Y sus instalaciones han de ser amplias y complejas: aula de caracterización o maquillaje, espacios para clases de esgrima y acrobacia, varias aulas grandes para interpretación y danza, aulas de música y canto (aunque estas ya existen en Valga), talleres de escenografía, almacenes, etcétera. Aunque si tenemos en cuenta el factor Bello Maneiro, todo es posible en Valga.

La Voz de Galicia