Buscando el amor en la fiesta para solteros de Padrón: «Esta es la mejor manera de conocer gente, en persona. En Tinder no sabes quién está detrás de un perfil».

La cena y baile en el hotel Scala reunió a unas 140 personas y hubo algún primer beso, pero Cupido anduvo remolón ayer por la noche

David González Maceira fue uno de los solteros que ayer acudió a la segunda edición de La Gran Feria del Amor, celebrada en Padrón. Él ya había participado en la primera fiesta, organizada esta primavera en Celanova. En aquella ocasión sí conoció a alguien especial y, aunque en la capital del Sar no tuvo la misma suerte, regresó a casa con el teléfono de una mujer y dice que él repetiría la experiencia: «Yo se lo recomiendo a todo el mundo. Para mí esta es la mejor manera de conocer gente, en persona. En Tinder no sabes quién hay detrás de un perfil. Aquí, sin embargo, la ves cara a cara, habláis y sabéis si encajáis». Destaca el estradense, además, que es una oportunidad ya no solo para encontrar pareja sino también para conocer a gente de otros sitios, incluso de fuera de Galicia. Repetidores que hubieran estado en las dos ediciones había pocos, media docena calcula este soltero, quien explica que se lleva más de una amistad de Padrón y ya ha quedado con un grupo para ir a cenar un día por Muxía. «Deberían hacer esto en todas las provincias», subraya. 

En general, la noche de ayer en el hotel Scala podría resumirse en que hubo mucha fiesta y poco enamoramiento. Cupido anduvo remolón en la cena y baile posterior, confirman los organizadores. A pesar de que se materializó algún primer beso entre los cerca de 140 solteros que acudieron a esta fiesta para singles, se quedaron muy lejos de cumplir el objetivo inicial de reunir a medio millar de personas y formar al menos 70 parejas. Eso sí, la diversión no faltó.

Hay quien ni siquiera pudo saltar al terreno de juego y tuvo que darse de baja a última hora. El covid se interpuso en lo que podría haber sido su «gran noche», como cantaba Raphael. Tampoco pudo descubrir el «qué pasará» ni «qué misterio habrá» alguno por una recomendación médica de lo más insólita, cuenta Julio Gosende, uno de los impulsores de la iniciativa: «El doctor le dijo que si venía podía recaer en el tabaco». En cambio, otros que no tenían pensado asistir, se apuntaron sobre la marcha, como sucedió con dos castellanoleoneses que estaban alojados en el hotel padronés y se enteraron ese mismo día de que allí se iba a celebrar La Gran Feria del Amor.

A las siete de la tarde ya estaban los más madrugadores en la cafetería del hotel haciendo los primeros contactos. En esta ocasión asistieron más hombres que mujeres, al contrario de lo que sucedió en la primera edición de la fiesta en Celanova, y la media de edad anduvo entre los 40 y los 60 años. Constata David que el porcentaje jugó en contra de ellos anoche: «Habría unas 30 o 40 mujeres nada más».

«Hubo mucho sanitario y médico, o al menos eso decían ellos», comenta Gosende con suspicacia. En general, costó romper el hielo al principio, pero la cena ayudó a sacudir la vergüenza inicial y la música se alargó en el salón del hotel hasta las tres y media de la madrugada. Tras las últimas congas, bengalas y baladas, que sirvieron para acortar un poco más las distancias, el baile se despidió con un clásico de Los SuavesDolores se llamaba Lola. Fue el momento en el que algunos dieron la noche por acabada y se enfrentaron a la pregunta del millón que sonó con los últimos acordes: «¿Dónde vas triste de ti?». Hubo quien cogió el coche de regreso a su casa, como David, aunque la mayoría de los asistentes tenía una habitación reservada en el propio establecimiento, al acudir desde otros concellos más alejados. Pero no todos se fueron a dormir a esa hora.

Al día siguiente, de paseo por Padrón

«Yo me acosté a las cuatro y media de la mañana», cuenta Darío, un autónomo de Celanova de 55 años que no asistió a la primera edición de La Gran Feria del Amor en su localidad y sí a la de este fin de semana en la capital del Sar. Acudió solo y esta mañana relataba, acompañado por cuatro de las solteras que conoció en la fiesta (tres de Pontevedra y una de A Coruña) mientras visitaban los puestos del mercadillo padronés, que «se creó muy buen rollo en muy poquito tiempo y un ambiente muy bonito».

Él fue buscando «conocer gente y pasárselo bien» y acabó conectando con una pontevedresa que se sentó en su misma mesa durante la cena, quien asistió con dos amigas. «Esto es una ruleta rusa, como la vida misma. Tanto puede cuajar como no», indica Darío. Divorciado hace ocho años, explica que a estas alturas de la vida ya no espera «luces de colores», pero sí encontrar a «una persona con la que pueda hablar y tenga cada uno su espacio». Sobre la mujer con la que conectó en el hotel Scala, destaca que tenían muchas cosas en común: «Yo viví 25 años en Pontevedra, por ejemplo. Era una chica muy agradable. Bailamos, saltamos y reímos». Lo que vaya a durar su historia, el tiempo lo dirá. De entrada, el grupo se intercambió los teléfonos porque decidieron comprar un décimo de Lotería entre los cinco para comprobar si son tan afortunados en el juego como en los amores.

Todos ellos también repetirían la experiencia sin dudarlo. De hecho, los organizadores de La Gran Feria del Amor confirman que los solteros ya le han pedido una tercera edición en diciembre. No les parece esta mejor fecha, pero sí se celebrará. Entre las sugerencias que lanzan los participantes, está que en vez de una sean dos noches en un hotel, ya que así tendrían «más tiempo para conocer mejor a otras personas, convivir y compartir más experiencias». 

Votos para iluminar Celanova

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Gosende aprovechó la fiesta celebrada en Padrón para recaudar votos a favor de su localidad, puesto que Celanova está entre los cuatro finalistas a conseguir la iluminación navideña de Ferrero Rocher. Y dice, orgulloso, que consiguió un buen puñado de ellos. 

La Voz de Galicia

Encarna Otero falará sobre La Bella Otero esta tarde en Valga.

ABella Otero será protagonista dun faladoiro que se celebrará o vindeiro xoves, 16 de novembro, a partir das 19:00 horas no Museo da Historia, organizado polo Concello e a Deputación de Pontevedra no marco da iniciativa «Aquí faltan páxinas», que aborda historias vitais e profesionais protagonizadas por mulleres da provincia que non sempre saen nos libros.

O acto, aberto ao público, contará coa participación da historiadora, mestra e política Encarna Otero Cepeda, que será a encargada de relatar algúns dos aspectos máis salientables da vida de Carolina Otero, os seus logros e éxitos no París da Belle Époque, que a converteron en pioneira e a perpetuaron coma unha muller transgresora adiantada ao seu tempo.

«A Bella Otero. Unha icona da Belle Époque» é o título do faladoiro sobre a bailarina, cantante, actriz e cortesá. Unha brutal violación obrigouna a marchar de Valga con tan só 12 anos. Fuxindo do seu pasado, construíu unha historia que a catapultou á fama, á fortuna e ao corazón de ricos e poderosos.

La Voz de Galicia

El Museo do Ferrocarril reabre sus puertas y reactiva la demanda de un servicio de cercanías.

El Museo do Ferrocarril reabre sus puertas y reactiva la demanda de un servicio de cercanías
La alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, y el regidor de Vilagarcía, Alberto Varela, descubrieron la placa del Mufevi.

Vilagarcía ya tiene abiertas las puertas de su Museo do Ferrocarril, la huella histórica que demuestra la vinculación de la capital arousana con el “monstro de ferro”, que trajo el progreso a la ciudad hace ya 150 años. El entorno del Mufevi se vistió de gala con la presencia de personalidades políticas y otras vinculadas al mundo del tren. Carlos Abellán, que dirigió el Museo del Ferrocarril de Madrid, ejerció de maestro de ceremonias en el acto de inauguración. En él se quiso emular el primer viaje del tren en Galicia, que unió las localidades de Cornes y Carril en el año 1873. Es por ello que la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, y la teniente alcalde de Padrón, Chus Campos viajaron en tren desde sus respectivas localidades para no perderse el acontecimiento. En el andén les esperaba el alcalde vilagarciano, Alberto Varela. 

Ya en el Mufevi Abellán hizo un pequeño repaso por los detalles históricos que motivaron en su día la puesta en marcha de esta línea férrea, con un relato plagado de nombres de intelectuales como Trulock o Domingo Fontán. En su intervención aprovechó para reclamar una parada “aínda que sexa facultativa e durante a tempada estival” para Carril, al entender que “é un auténtico luxo que o tren pare xusto ao lado da praia”. Abellán también reclamó una conexión directa con Portugal e incidió en la importancia de contar con una línea férrea de cercanías, demanda esta que también sonó en boca de Goretti Sanmartín y del propio Alberto Varela.

El regidor vilagarciano explicó que la capital arousana no sería tal y como la conocemos sin esa primera línea de ferrocarril. “O tren fixo posible que Vilagarcía contase cun porto do Estado co coñecido ‘muelle del hierro’ como símbolo. Tamén permitiu a unión nunha soa cidade de Carril, Vilagarcía e Vilaxoán”, manifestó. También hizo alusión a que fue precisamente ese progreso el que puso en pie el Balneario de A Compostela, en su día “paradigma do turismo en Galicia”. Varela aplaudió esa colaboración con Santiago, haciendo alusión a que Vilagarcía “é o inicio do Camiño e Compostela é o final”.

La regidora santiaguesa hizo referencia a que la línea Cornes-Vilagarcía supuso un antes y un después en el desarrollo de Galicia. “Trouxo progreso e benestar”, declaró. Recordó que en aquel primer viaje el tren salió de Cornes (en Conxo) a la una menos cuarto y que a su llegada a Vilagarcía un globo aerostático celebraba tan histórico momento adornado con motivos ferroviarios. En esta reinaguración –con el Mufevi recuperando el color blanco original– no hubo globo aerostático, pero sí personajes vestidos a modo de ferroviarios y una visita guiada al interior del espacio, que busca ser un elemento dinamizador para el turismo.

En el interior del Mufevi puede conocerse la historia del ferrocarril y su incidencia en Vilagarcía, así como descubrir lo que él supuso para el desarrollo turístico de todo su entorno. También hay decenas de maquetas de locomotoras y vagones, así como una mucho más grande y en movimiento. La reinauguración del Museo do Ferrocarril de Vilagarcía se enmarca dentro de los actos del 150 aniversario de esta primera línea de tren. Estos continúan el próximo viernes a las siete de la tarde con la inauguración de una exposición y una charla en el Gato Negro de Carril. 

Diario de Arousa

Cirios con tapa, a solución de Cerería San Román fronte á previsión de chuvia e vento.

Joaquín Diéguez acende as candeas que reciben á clientela de Cerería San Román, mentres a súa nai, Dolores Quintas, agarda no interior da tenda.
Joaquín Diéguez mostra os cirios que máis se venden para levar ao cemiterio.
Joaquín Diéguez está á fronte de Cerería San Román.
Afluencia de clientes á cerería na véspera do un de novembro.

Unha cita ineludible ás portas de Todos os Santos e Defuntos é a Cerería San Román, un negocio familiar que leva despachando dende o número 16 da rúa San Román de Pontevedra máis de 60 anos. A casa matriz, Cerería Diéguez, está en Pontecesures, cuxa fábrica supera o século de historia.

Nestes días previos, a entrada de clientela ao establecemento é incesante, chegando nalgúns momentos a formarse unha ringleira no exterior. Joaquín Diéguez, pertencente á cuarta xeración e o actual responsable do establecemento, lembra que cando se incorporou ao negocio con 17 anos “a cola seguía por toda a rúa, ata a praza da Verdura”. Con todo, “aínda que non é como antes, dá gusto coa xente, hai clientes que só veñen unha vez ao ano para levar ao cemiterio os seus cirios e buscan unha candea boa para ese día”. 

Esta clientela xa coñecida vén de todos os puntos da provincia e mesmo de fóra. “Estes días, por exemplo, veu unha familia de Ourense”, aclara Diéguez. Dende principios do mes de outubro xa se nota unha subida nas vendas, máis intensa nesta última semana, na que a tenda dobrou horario. “Do 24 ao 31 abrimos mañá e tarde”, reza o cartel na porta.

O punto diferencial que garante a calidade das candeas de Cerería San Román é que son cen por cen artesás. Na sede de Pontecesures o propio Joaquín encárgase de elaborar as candeas, traballo que alterna coa venda no establecemento de Pontevedra. “Eu creo que son o único que fabrica e que vende, que eu saiba en Galicia, non hai ninguén que tamén teña tenda”, afirma Joaquín, quen na actualidade está ao cargo en solitario de todas as tarefas da empresa cereira. 

Que diferencia unha candea artesá doutra de produción industrial? Joaquín sinala un dos cirios que está a piques de cobrar a unha clienta e explica que “esta candea é única, non a hai igual noutro lugar, porque eu póñolle unha cantidade determinada de cera e un peso adecuado”, o que asegura unha maior duración acesa. É máis, Diéguez descóbrenos que tamén cambia a densidade da cera en función de se a candea se vai acender no inverno ou verán.  

“Este ano as vendas van a bo ritmo, non me podo queixar, a pesar da choiva”, apunta o cereiro. Como pode influr a choiva neste negocio se a xente segue acudindo ao cemiterio estas datas? “A xente que ten tradición segue indo ao cemiterio, chova ou non, pero se ten a lápida exterior, hai xente que non pon candea porque quere tela acendida ese día, que é o único que vai en todo o ano”. Para estes casos, na tenda venden unhas tapas metálicas que protexen a chama e deféndena das inclemencias meteorolóxicas, tanto da choiva como do vento. Na visita de PontevedraViva ao establecemento, os cirios, con e sen tapa, son o modelo máis despachado.

Xa viñan os meus avós, meus pais e agora eu“, di unha das clientas mentres conta os once cirios que vai levar para repartir en tres camposantos. “Xa teño moita máis xente alí que aquí”, confíanos. Outra clienta agarda, acompañada da súa nai, para mercar seis candeas que levará a dous cemiterios da contorna de Pontevedra. No seu caso, tamén é unha tradición familiar acudir nestas datas á Cerería San Román, “e o resto do ano tamén”, sinala. Ao cemiterio pontevedrés de San Amaro chegarán as catro candeas que unha terceira clienta levará aos seus pais, dos que “herdou” a tradición de mercar velas nesta emblemática tenda.

O un de novembro, festivo no calendario laboral, debería ser unha xornada de descanso para Joaquín Diéguez, despois de semanas de intenso traballo. Para a nosa sorpresa, confesa que a campaña para os Defuntos de 2024 empezará nese mesmo día. “O día primeiro, ao acabar, xa empezo para o ano que vén elaborando candeas para todo o stock, ao ser artesanal tes que ir facendo, non podes facer de golpe todo”, remata o cereiro.

Pontevedra Viva

Manuel García Cambón, el gallego que revolucionó la industria maderera con su sueño: Finsa.

En 2019, un equipo de arqueólogos realizaba un extraordinario descubrimiento en un yacimiento en Zambia: la estructura de madera más antigua jamás encontrada. Datar estas piezas de madera no fue sencillo, teniendo que emplear una técnica para medir la radiactividad natural de los minerales que la cubrían, para determinar cuándo había estado expuesta a la luz solar por última vez. Así fue como dataron la estructura en 476.000 años. Si tenemos en cuenta que los primeros fósiles de Homo Sapiens datan de hace 300.000 años, este descubrimiento sugiere que una especie más antigua comenzó a utilizar herramientas mucho antes de lo que se creía, usándolas para dar forma y unir dos grandes troncos formando una estructura que, probablemente, componía los cimientos de una vivienda. Desde tiempos muy remotos, la madera es y ha sido vital para nuestra civilización, ya que nos ha permitido resolver múltiples necesidades, desde darnos abrigo, a permitirnos construir vehculos u obtener energía. Por este motivo la industria maderera es clave para cualquier país y por eso, hace más de un siglo, un hombre decidió crear una industria que no existía en Galicia y que revolucionaría el sector. Aquel hombre era Manuel García Cambón y su sueño se llamaba Financiera Maderera SA, FINSA.

Momento del descubrimiento de las maderas en Zambia.

Manuel nacía en Santa Baia de Logrosa, una parroquia del municipio coruñés de Negreira, y era el segundo de siete hermanos. Debido a las dificultades propias de la época, Manuel permaneció poco tiempo formándose en la escuela y con 14 años comienza a trabajar, sin sueldo, como aprendiz de carpintero con un vecino.

Un año después conseguía su primer empleo junto a un trabajador de origen portugués, con el que se dedicó a recorrer los montes cercanos serrando madera, hasta que cumplió 21 años, momento en que se casa con Sara Baliña Pérez, hija del propietario de un pequeño aserradero que se dedicaba a trabajar la madera que le llevaban los vecinos.

Manuel, con el permiso de su suegro, comenzó a introducir mejoras en el negocio y a adquirir nueva maquinaria para poder introducirse en el mercado y dejar de trabajar de manera intermitente dependiendo de encargos esporádicos.

Como el sector le gustaba y además se le daba bien decidió, en 1931, crear una nueva sociedad junto a un médico de Negreira: Rubira y García Cambón, SL, un aserradero en Portanxil, Ames, donde comenzaron a producir tablas y tablillas, muy demandadas para fabricar cajas. El negocio funcionaba maravillosamente bien, ya que fabricaban productos con mayor valor añadido que sus competidores y habían implementado medidas que permitían el ahorro en costes y el aumento en los márgenes. Además, Manuel tenía una visión única para calcular con gran exactitud los metros cúbicos de madera que tenía que pagar a la hora de comprar el material.

Estado actual en ruinas del aserradero de Portanxil.

Su crecimiento era tan grande que fue necesaria la construcción de un segundo aserradero en la zona de Negreira y siguieron ampliándolos hasta cinco.

Con la Guerra Civil, la empresa no se vio afectada, ya que sus aserraderos fueron militarizados por el ejército golpista para abastecer al bando sublevado. A su fin, debido a que la demanda de madera no paraba de crecer en un país que necesitaba ser reconstruido, el negocio tampoco se resintió, llegando a constituirse una empresa naviera con dos pequeños mercantes, que comunicaban el puerto de Vilagarcía de Arousa con el resto de España

Mientras los negocios marchaban bien, una cantidad considerable de los beneficios que estaban obteniendo se dedicaron a la compra de unos terrenos en Pontecesures, un lugar que tenía buenas comunicaciones y que estaba rodeado de bosques de pinos de extraordinaria calidad.

En 1944, Rubira abandona la empresa y Manuel se hace con sus acciones. La compañía ya contaba en aquel momento con dos almacenes y tres fábricas, pero si quería crecer más, tendría que crear una nueva sociedad con mayor capital, que fundaría el 12 de junio de 1946, y a la que llamó Financiera Maderera SA, más conocida por sus siglas: FINSA.

Publicidad de FINSA.

Esta denominación tenía todo el sentido, ya que era una sociedad especializada en adelantar dinero a los propietarios de montes que querían plantar sus árboles para madera. Debido a que estos tardan entre 15 y 20 años en poder ser cortados, los dueños de los bosques se pasaban media vida esperando y sin ver ni un euro. Lo que hacía FINSA era, mediante planes de financiación anuales, adelantarles el dinero cuando plantaban los árboles, con la única condición de que FINSA se quedaría con la madera cuando ya se pudieran cortar.

Durante la década de 1950, Manuel decide tomar medidas para mejorar y modernizar la producción, cerrando las fábricas más antiguas y concentrando la actividad en las más vanguardistas y pensó que era el momento de construir una nueva fábrica en los terrenos de Pontecesures. Además, inició un proceso de apertura al exterior, ampliando su mercado a países como Israel, Marruecos o Irak, puesto que el europeo, que a priori podría parecer más “sencillo”, estaba completamente saturado y con una gran competencia.

La fábrica de Pontecesures en 1955.

En la década de 1960, llegó la crisis, pero Manuel no se quedó con los brazos cruzados. Creía que, para sobrevivir, había que dar una vuelta de tuerca a sus productos para que fueran de mayor calidad y con mayor valor añadido, así que viajó por Europa para buscar nuevas técnicas e ideas. En varias industrias madereras descubrió que se empleaban los subproductos de la propia actividad transformadora, considerados residuos por muchos, para elaborar tableros de aglomerado, así que volvió a Galicia con la idea de implementarla en FINSA.

Por ese motivo realizó una ampliación de capital, la sede social se trasladó a Santiago y amplió la fábrica de Pontecesures, con la intención de fabricar en masa esos nuevos tableros que había visto por Europa, unos tableros de 3 capas con una calidad muy superior a todo lo que fabricaba la competencia y que comenzó a comercializarse bajo la marca comercial “Fimapán”.

La fábrica de Pontecesures en 2009.

Su nuevo producto fue un rotundo éxito, ya que era ampliamente demandado en una España que estaba en pleno desarrollo en el sector de la construcción que, con su gran crecimiento necesitaba tableros como el suyo, convirtiendo a la empresa en el buque insignia de la fabricación de tablero de aglomerado.

Tablero ”Fimapán”.

El negocio creía a tal ritmo que, en 1969, se ponía en marcha la factoría de Formarís, en los alrededores de Santiago de Compostela, una ubicación con magníficas comunicaciones para abastecerse de materia prima y donde se podrían realizar futuras ampliaciones. Manuel incorporó a sus dos hijos en la fábrica e instaló, entre otras muchas innovaciones, un aserradero automático, una nueva línea de fabricación de tableros y una instalación para plastificarlos, lo que hacían de esta, la fábrica la más vanguardista de España y una de las más innovadoras de toda Europa.

Instalaciones de FINSA.

La importancia e influencia de estas nuevas instalaciones era tan grande que se decidió trasladar la sede social desde Santiago a Formarís de manera permanente, donde en la actualidad todavía permanece. Pero a pesar de las mareante cifras que movía la compañía y de que muy pocas empresas gallegas, salvo algunas vinculadas al Banco Pastor, tenían tal dimensión en la década de 1970, siempre mantuvo siempre su carácter familiar.

Camión de FINSA, los más famosos de las carreteras gallegas.

A partir de esa época y, a pesar de multitud de crisis, FINSA nunca ha dejado de crecer e innovar. En la actualidad es el quinto grupo empresarial con mayor facturación y empleados de Galicia, además de ser uno de los principales actores de la madera tanto en la comunidad como en España y Europa.

Fábrica de Santiago de Compostela.

Manuel García Cambón fallecía en 1990, con 82 años. En el momento de su muerte, el sector forestal gallego producía tanta madera como Dinamarca, Grecia e Irlanda juntas y la misma que toda Italia o Gran Bretaña. Hoy, la tercera generación de la familia está al frente de este gigante que reina en España y que lidera su sector en Europa y el resto del mundo, un imperio de la madera que soñó, hace un siglo, su abuelo: FINSA.

Edificio de oficinas en la fábrica de Santiago de Compostela.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

Formoso reafirma en Padrón el compromiso de la Diputación con la Fundación Rosalía.

Destaca los “casi nueve millones” que el ente provincial lleva invertidos en la localidad y que se plasman en más de 55 obras.

Visitó con el alcalde la cooperativa juvenil Moira.

Angueira, izquierda, Anxo Rei y González Formoso, tras visitar la Casa Museo de Rosalía / cedida

Angueira, izquierda, Anxo Rei y González Formoso, tras visitar la Casa Museo de Rosalía.

La Diputación de A Coruña mantiene un “firme compromiso” y una “estrecha relación” con la Fundación Rosalía de Castro, una institución que, en palabras del presidente del organismo provincial, Valentín González Formoso, “representa a la perfección, a través de la figura de Rosalía, los valores de la cultura y el feminismo gallegos”.

La sede de la fundación que dirige Anxo Angueira fue uno de los puntos a los que se acercó González Formoso durante la visita institucional que realizó al Concello de Padrón, donde se reunió con el alcalde, el socialista Anxo Rei Arca. En la visita participó también el diputado provincial Antonio Leira.

El presidente de la Diputación coruñesa y el regidor socialista hablaron de distintos proyectos que están en marcha en estos momentos y que cuentan con el apoyo del organismo provincial. González Formoso destacó los “casi nueve millones de euros que la Diputación lleva invertidos en Padrón” a través de diferentes actuaciones, entre las que se encuentra el Plan Único. Una aportación que, según dijo, se traduce en “más de 55 obras que mejoran la calidad de vida de los vecinos y vecinas” en lugares como Extramundi, Pazos o Herbón.

El regidor, por su parte, demandó apoyo de la Diputación para proyectos como la creación de nuevas infraestructuras deportivas urbanas, entre ellas un parque de skate y calistenia. Una actuación que, según Formoso, se tendrá en cuenta en próximas inversiones del organismo provincial en el municipio.

Formoso y Rei también visitaron la Casa Museo de Rosalía, sede de la Fundación Rosalía de Castro, acompañados por Anxo Angueira. Allí, el presidente de la Diputación anunció un “nuevo compromiso” con la entidad para colaborar en la “recuperación y puesta en valor del jardín exterior del inmueble, en el que se encuentran especies arbóreas de gran riqueza botánica”. Así, el organismo provincial destinará casi 60.000 euros a la mejora de “un lugar emblemático cuya historia merece ser contada y conocida”.

El presidente de la Fundación Rosalía de Castro mostró su “felicidad” por la puesta en marcha de un acuerdo que, según dijo, permitirá mejorar uno de los espacios con mayor valor de la Casa de Rosalía.

En los últimos años, la Diputación de A Coruña contribuyó con más de 178.000 euros a la mejora de las instalaciones, la musealización y la construcción del auditorio de la Casa de Rosalía en Padrón, además de apoyar la programación del 50 aniversario y de ceder diferentes obras de arte, como el retrato de Rosalía dibujado por Modesto Brocos o distintos cuadros de Ovidio Murguía que hoy forman parte de la colección artística que se exhibe al público.

Jóvenes emprendedoras

Formoso y Rei también visitaron la sede de la cooperativa juvenil Moira, creada por cinco jóvenes padronesas. Se trata de la empresa que ganó este año el premio de proyectos de cooperativas del sector del marketing digital impulsado por la Diputación y la Fundación Paideia y dotado con 60.000 euros. Un galardón que busca impulsar el crecimiento y la actividad de una iniciativa emprendedora durante su primer año de funcionamiento.

Allí se interesaron por la actividad y el funcionamiento de la cooperativa y animaron a las emprendedoras a seguir adelante con un proyecto “ilusionante” que, según Formoso, “muestra la apuesta de la Diputación por el talento de nuestra juventud y por el futuro”.

Según explican las jóvenes promotoras de la cooperativa, Moira nace para dar a conocer y poner en valor distintos proyectos emprendedores surgidos en el rural, muchos de ellos protagonizados por mujeres. Para ello, emplean iniciativas de marketing consciente que buscan promover cambios positivos en la industria. El nombre de la cooperativa procede de una palabra griega que significa destino, pero también parte, como las que componen la empresa.

La Voz de Galicia