Mil kilómetros para saborear lamprea del Ulla.

Algunos tienen mesa reservada para dentro de un mes y otros, para cuando caigan las siguientes piezas

Es un bien tan escaso que los primeros ejemplares «tienen nombre» antes de ser pescados

Casa Farrucán confirma la enorme expectación que genera la preciada «dama del Ulla»

Pili Novo y Manuel Losas, los propietarios de Casa Farrucán, un restaurante especializado en lampreas situado a escasos metros de dónde se pescan.
Pili Novo y Manuel Losas, los propietarios de Casa Farrucán, un restaurante especializado en lampreas situado a escasos metros de dónde se pescan.

Siempre se ha dicho que con la lamprea no hay término medio, de tal forma que o enamora para siempre o defrauda como nunca.

Los adictos a este preciado pez cartilaginoso lo saben bien, ya que esperan como agua de mayo el inicio de la temporada, cada 2 de enero, y algunos llegan a desplazarse cientos de kilómetros para poder saciar sus ganas de lamprea.

No es fácil, habida cuenta de que es un bien escaso y caro. «Pero vale la pena», aseguran los más ferviente admiradores de este primitivo pez cuyo clímax gastronómico se alcanza al prepararlo al estilo bordelesa, es decir, cocinado en su sangre y servido con arroz en blanco y picatostes.

Un grupo de amigos

Una experiencia que ya pudieron saborear un grupo de amigos del Concello de Padrón que llevan tiempo esperando el comienzo de la temporada y tenían encargadas las primeras lampreas de la temporada en el restaurante Casa Farrucán.

Ellos fueron los que, en ese establecimiento situado en la orilla coruñesa del Ulla, dieron cuenta de aquella primera pieza que, de forma inesperada, se había capturado el primer día de actividad por parte del colectivo de valeiros en aguas de Pontecesures.

Un ejemplar que, como se explicó entonces, fue capturado por Pepe Barreiro y demás tripulantes de la embarcación «Gina», que lo vendieron a Casa Farrucán por 80 euros, más IVA.

«Se la preparamos a un grupo de amigos que son muy aficionados a la lamprea y que ya nos la tenían encargada desde hace tiempo», explica Pili Novo, que junto a su marido, Manuel Losas, regenta Casa Farrucán.

«Las primeras lampreas de la temporada siempre tienen nombre, incluso antes de ser pescadas», bromea la también cocinera de Farrucán, que pasa por ser uno de los establecimientos más importantes de Galicia en lo que a preparación de lamprea se refiere.

En realidad, están reservadas las primeras y las siguientes, ya que son muchos los «encargos» que tienen en este negocio para las próximas semanas y meses.

Las primeras lampreas de la temporada siempre tienen nombre, incluso antes de ser pescadas.

Destaca, como la propia Pili Novo resalta, «la reserva que tengo para dentro de un mes por parte de un grupo de amigos que van a desplazarse mil kilómetros expresamente para venir a comer lamprea del Ulla».

Los comensales que degustaron la primera lamprea.
Los comensales que degustaron la primera lamprea.

No tienen asegurado que vayan a poder hacerlo, porque depende de cómo evolucionen las capturas de la «dama del Ulla» a partir de ahora, tanto entre los valeiros –los pescadores que largan sus nasas desde embarcación en Pontecesures– como en las pesqueiras tradicionales situadas río arriba.

Cambio del tiempo

Pero tanto los comensales como los propietarios de Farrucán y demás restauradores especializados en lamprea confían en que, cuando las condiciones meteorológicas mejoren, las lampreas empiecen a abundar en el Ulla.Menús a 30 euros en la XXV Festa da Lamprea do Ulla

«Actualmente el río lleva mucha agua y hay demasiada corriente, por lo que es difícil que la lamprea aparezca», indican tanto Pili Novo como Ramón Agrasar y otros pescadores consultados.

Unos pescadores que, tras haber capturado tres lampreas en los dos primeros días, albergan ciertas esperanzas y confían en que esta campaña sea mejor que la nefasta temporada anterior.

Lo mejor está por llegar

También lo espera Pili Novo, quien indica que para negocios como el suyo los mejores meses son siempre febrero, marzo e incluso abril –la campaña se cierra a mediados de ese mes–, ya que en enero hay más gastos que afrontar y aún están demasiado recientes las comilonas navideñas.

La lamprea a la bordelesa de Casa Farrucán.
La lamprea a la bordelesa de Casa Farrucán

De todos modos, la hostelera insiste en que ya tiene reservas anotadas, sobre todo realizadas por los más «fanáticos» de este pez, que no están dispuestos a dejar pasar la oportunidad de saborearlos, «por eso las primeras casi siempre las comen los mismos», enfatiza.

También es cierto que «hay mucha más gente que aunque no reserve llama preguntando por la lamprea, pero al decirle que por el momento no se está pescando cantidad suficiente lo dejan para otra ocasión».

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De lo que no cabe duda es de que la afamada «dama del Ulla» es un reclamo importante para localidades como Pontecesures y Padrón. Al igual que es un recurso escaso, de ahí que el año pasado fuera preciso suspender su fiesta exaltación en la localidad pontecesureña.

«A muchos de los jóvenes que la prueban también les gusta»

El aspecto de la lamprea al estilo bordelesa no es el más llamativo o atractivo que cabría esperar, de ahí que mucha gente, dejándose llevar exclusivamente por el sentido de la vista y la primera impresión, decline saborear este preciado manjar.

Los jóvenes son, quizás, los más reacios, según indican hosteleros como Pili Novo, sobre todo si saben que la lamprea se cocina en su propia sangre.

Pero no es menos cierto que «a muchos de los jóvenes que dan el paso y se atreven a probarla también acaba gustándoles», y los hay realmente apasionados de este producto desde niños.

La clave está en degustarla al menos un par de veces para poder deleitarse con el característico sabor de ese plato que forma parte de la historia del Ulla y localidades como Pontecesures y Padrón, donde esta misma semana comenzaba la actividad en las tradicionales pesqueiras romanas.

Más concretamente en las de Areas (Herbón), donde se prolongará la actividad hasta el 29 de marzo.

Faro de Vigo.

La cuna del churro se reivindica.

La historia de los pontecesureños está ligada al dulce postre

Un momento de la fiesta vivida en Pontecesures.
Un momento de la fiesta vivida en Pontecesures.

Pontecesures es, sin duda, la cuna del churro. Varias generaciones de pontecesureños han vivido de la venta ambulante de este característico postre, recorriendo toda Galicia y endulzando cada fiesta. Ayer su fue su gran día.

Posiblemente si uno adquiere churros en esos puestos ambulantes que se instalan en cualquier romería que se precie, en el mercadillo, al lado de la plaza de abastos, en la verbena de turno u otros lugares, estará consumiendo un producto elaborado con manos artesanas de pontecesureños.

Pontecesures es, sin duda, la cuna de los churros, de tal forma que varias generaciones de ciudadanos de este joven municipio, que este año alcanza su centenario, han vivido de la explotación de este recurso a lo largo y ancho de Galicia.Pontecesures, San Julián y una historia ligada al churro

Un momento de la XIII Festa do Churro de Pontecesures, esta tarde. 

De ahí que haya tantas churrerías y/o chocolaterías registradas en esta villa ribereña, podría decirse que la práctica totalidad con el mismo origen familiar.

Con el paso de los años los abuelos legaron los secretos del churro a sus hijos y nietos. Y así, generación tras generación, las familias fueron creciendo y expandiéndose, y las churrerías, también.

Junto a ellas, las de algunos que fueron empleados de esas churrerías familiares y que en algún momento decidieron montar la suya propia.

Unos y otros vivieron ayer su gran día, ya que Pontecesures acogió una nueva edición de la Festa do Churro, pensada por el Concello y los propios churreros para, precisamente, presumir de producto y dar a conocer esta tradición centenaria.

El lunes se barajó la opción de suspenderla, ya que las condiciones meteorológicas adversas desaconsejaban la celebración. Pero ante la posibilidad de que el tiempo mejorara levemente ayer por la tarde, el Concello propuso mantener esta cita que, a la postre, era la guinda del día festivo del patrón, San Julián.

La preparación del chocolate.
La preparación del chocolate. 

Y allí que se fueron con sus churros y su chocolate empresas como la de Lauro Jamardo y Sandra Lafuente, puesta en marcha en 1990. Se trata de Churrería Sandra, cuyos orígenes se remontan a 1930, en tiempos del abuelo de Lauro.

La suya es una de las familias pontecesureñas que se dedican a la venta de churros de forma ambulante. Y una de las que más han querido implicarse en su exaltación anual, para «promocionar el producto y reinvindicar esta tradición del pueblo pontecesureño».

En el que también trabajó durante décadas Fina, su hermana, recientemente jubilada y que traspasó la experiencia y buen hacer en la elaboración del chocolate a su nieto, quien abrió la tienda llamada La Quinta en Santiago.

Junto a ellos y los cientos de personas que ayer acudieron a la fiesta desplegada en el entorno de A Plazuela, Isolina Lafuente, la hermana de Sandra y propietaria de Churrería Isolina desde los años ochenta, cuando se hizo cargo de la empresa que tenía la familia de su marido.

Dos de las churreras.
Dos de las churreras.

Tampoco podía faltar María Jesús Batalla, de 66 años y gerente de Churrería Marisú. A sus espaldas, casi cuarenta años de oficio y dedicación a «un producto tradicional y característico de Pontecesures que ha dado trabajo a muchas familias durante generaciones», indicó la experimentada churrera

Más joven que ella es Patricia Constantino Dasilva, que al frente de Churrería Patry también quiso sumarse a la fiesta celebrada ayer, y quien representa la continuidad de un negocio que en el pasado perteneció a la familia de su exmarido.

Otra de las firmas participantes fue La Cesureña, regentada por José Ramón Vilas, de 44 años, y Susana Fernandes, de 43. Llevan doce años en el negocio, el cual heredaron de los padres de ella, quienes a su vez lo montaron hace casi cuatro décadas.

La preparación de los churros.
La preparación de los churros. 

Se completa la relación de participantes con las churrerías Lucía, María Moreiras, Montserrat Custodia, Marisol Doce Limeres, Miguel Jamardo e Iván Custodia.

En el gobierno bipartito de Pontecesures, que presentó la Festa do Churro como una de las señas de identidad del municipio, destacaron que en este evento «además de comer y bailar es posible ver cómo se elabora este producto en vivo y en directo con ingredientes de l más simple , como harina, agua y sal».

De este modo quedaba patente que «la cadena de producción sigue siendo un proceso prácticamente manual que incluye el amasado, el corte de cada porción y el proceso de freírlas en grandes cantidades de aceite para que los churros queden perfectamente cocidos y crujientes antes de aderezarlos con la tradicional lluvia de azúcar».

De todo ello dieron cuenta, y gratis, cuantos ayer se acercaron al centro urbano pontecesureño, donde el mal tiempo limitó una afluencia que, en caso contrario, iba a resultar mucho más espectacular.

Faro de Vigo

Se anuncian mejoras en el Polideportivo de Pontecesures en 2025.

Un pabellón construido en los años ochenta necesita reformas y este año se invertirán 95.000 euros en cambiar la pista y la barandilla del gradería y otras actuaciones. La alcaldesa confía en ejecutar también este año la urbanización de la calle Borobó que da acceso a la zona dotacional del municipio así como dar los pirmeros pasos de un proyecto a más largo plazo para recuperar el edificio y la historia de la Cerámica Celta.

La Voz de Galicia

Padrón revive la ‘Traslatio’ de los restos del Apóstol con música, una misa solemne y la visita al pedrón.

El acto litúrgico tendrá lugar este lunes a las 20.00 horas en la iglesia de Santiago y será ofrecido por Monseñor Francisco Froján Madero.

Conmemoración de la Traslatio el pasado año
Conmemoración de la Traslatio el pasado año.

Uno de los capítulos más importantes de la tradición jacobea es el traslado de los restos del Apóstol Santiagola Traslatio, desde Jaffa hasta el antiguo puerto de Iria Flavia.

Este lunes 30 de diciembre, Padrón conmemorará uno de los episodios más significativos de su historia, que sirve, además, para asentar las bases de la identidad de la localidad como una de las cunas de la tradición Jacobea.

El acto conmemorativo comenzará a las 20.00 horas en la iglesia de Santiago, el espacio donde se conserva el pedrón, el ara romana en la que, según la tradición, fue amarrada la barca que transportaba los restos del Apóstol.

O Pedrón, el ara romana en la que según la leyenda jacobea fue amarrada la barca con los restos del Apóstol
O Pedrón, el ara romana en la que según la leyenda jacobea fue amarrada la barca con los restos del Apóstol.

La ceremonia estará presidida por una misa solemne oficiada por Monseñor Francisco Froján Madero, miembro de la Secretaría de Estado del Vaticano. Además, la celebración litúrgica estará acompañada por la Coral Polifónica Padronesa y contará con la actuación del Cuarteto Novecento.

Con motivo de la conmemoración de la Traslatio, los vecinos y visitantes podrán acceder el lunes a la cámara que guarda el pedrón, el ara que da nombre a la localidad.

El Correo Gallego

«Quiero estudiar español y aprender para ser mecánico o soldador»: los sueños de los refugiados que han llegado a Valga.

Vienen desde Mali, Senegal o Gambia buscando un futuro mejor y huyendo de una realidad amenazante; preguntamos a uno de ellos por qué ha dejado su país y su respuesta, traducida por un compañero, estremece: «Él solo dice esclavo»

La mujer sonríe. Sin detener su tranquilo paseo, da un «bos días» amigable tras el que reprime su curiosidad: a las puertas de un hotel de Valga, varios grupos de hombres de piel negra conversan y llenan la mañana de ecos exóticos. Ellos forman parte del grupo de 118 refugiados que llegaron el lunes por la tarde a esta pequeña localidad pontevedresa donde se ha establecido un centro de acogida de refugiados al que aún están por arribar 55 personas másAllende Palomo, de la oenegé Rescate, explica que tanto los solicitantes de asilo como el equipo que los va a acompañar durante su estancia en Valga están aún aterrizando: hay mucho trabajo por delante para poder ofrecer a estos hombres no solo cama y comida, sino también las herramientas básicas para que puedan construir su vida entre nosotros: clases de español, cursos de formación que les permitan encontrar trabajo, e incluso actividades con las que llenar las horas libres. «Les encanta el fútbol; nos han comentado en el Concello que aquí cerca tienen un campo» comenta Palomo, que confía en encontrar en Valga ese pueblo acogedor y amable que retrata su alcalde, el popular José María Bello Maneiro.

Aunque todos llevan ya unos meses en España —primero en Canarias, luego repartidos entre Alcalá de Henares y Mérida— la mayor parte de los subsaharianos que han arribado a Valga apenas saben hablar español. Nouma se defiende con cierta soltura: tiene tantas ganas de hacerse entender que rebusca en su cerebro las palabras que necesita para explicarse. Cuenta que es de Gambia. Dejó su país hace dos años, cuando su padre lo echó de casa. Buscó cobijo primero en Mauritania y luego se echó al mar. Pasó cinco días en un cayuco, con 56 personas más, antes de arribar a Canarias. Él tiene claro lo que espera encontrar aquí: refugio y futuro. «Quiero estudiar español y aprender para ser mecánico o soldador», dice esforzándose por pronunciar bien cada palabra.

Convertido en intérprete, Nouma ayuda a otros a contar sus historias. Su amigo Bamba, un senegalés de 22 años, lleva cuatro meses en España. Huyó de su país temiendo por su vida y no tiene ganas de hablar de ese asunto. «No puede decir más ahora», resume Nouma.

Tampoco Mamadou tiene ganas de hablar del pasado. Tiene 30 años, es de Mali, y se aferra al silencio: «Quiere aprender y trabajar», nos traduce otro de sus compañeros. ¿Por qué dejó Mali? «Él solo dice esclavo». Y entonces se nos viene a la cabeza la advertencia de Allende Palomo: «Son muy jóvenes, pero muchos de ellos, los que vienen de Mali por ejemplo, huyen de situaciones que eran prácticamente de esclavitud, así que, sí, la mayoría han trabajado mucho». No es de extrañar, por tanto, que sea tan importante que en el centro se preste ayuda psicológica para ayudar a curar heridas que parecen ser muy profundas.

Junto a la triste mirada de Mamadou aparecen los ojos esperanzados y curiosos de Djiby. Es un senegalés de 28 años que estudió francés en la escuela y que ha descubierto que «el francés y el español se parecen». Así que nos explica que tuvo que dejar su país porque «no podía vivir allí». Nunca había visto el mar, pero no dudó en subirse en un cayuco en el que pasó siete días y mucho frío. Todo, por conseguir alcanzar Europa y tener la posibilidad de «estudiar y trabajar aquí, y mandar dinero a mi familia». Djiby contesta preguntas, pero también las hace. «¿Aquí hay más gente negra?», chapurrea. Y se lleva una alegría al escuchar que en Cambados, a unos kilómetros, hay senegaleses trabajando en el mar. Se lo cuenta, rápidamente a uno de sus compañeros. «¿El mar está muy lejos?», vuelve a preguntar luego, y mira con ansia en la dirección que le indicamos: la de la ría de Arousa.

Siguen las preguntas, que llegan de Djiby y de otros jóvenes que se han ido acercando. En sus mochilas, junto a experiencias de una dureza que solo podemos imaginar, traen recuerdos de sus países, de sus familias. Paisajes distintos a los nuestros, sabores diferentes, diferentes músicas y tradiciones… Muchos tienen ganas de compartir todas esas cosas buenas que vienen con ellos de África, empezando por un sinfín de lenguas que convierten Valga en una pequeña Torre de Babel en la que, al fin y al cabo, todos se entienden porque todos tienen ganas de entenderse.

Pronto comenzarán las clases de español y el trabajo de las 19 personas que forman el equipo de acompañamiento de los refugiados. Explica Allende Palomo que estos pueden empezar a trabajar después de seis meses en España, y confía en que el centro de acogida de Valga logre encontrar ocupación a al menos una parte de sus ocupantes. «En Galicia es relativamente fácil encontrar trabajo para ellos», cuenta, y relata la historia de una carnicera de Santiago que ofreció empleo a dos de los residentes en el Monte do Gozo. «Aquí, al ser una zona rural, contamos con que haya trabajo» para unas personas que, a la espera de recibir formación, llegan a España como mucho con «estudios primarios; puede haber alguno que tenga algo más». Durante su estancia en el centro de acogida, en el que permanecerán mientras no se van resolviendo sus solicitudes de asilo, recibirán formación en oficios como albañilería, carpintería, manejo de carretilla… Cada uno de ellos es una oportunidad de futuro para unos jóvenes cargados de esperanza.

La Voz de Galicia

A exposición sobre a historia da liña ferroviaria Cornes-Carril chega a Valga.

Consta de paneis informativos que plasman como funcionaban os trens hai un século

A exposición conmemorativa do 150 aniversario da entrada en servizo da primeira liña de tren galega, entre Cornes e Carril, chegou ao auditorio municipal de Valga, sendo inaugurada o martes polo presidente da Asociación Compostelá de Amigos do Ferrocarril (ACAF), Carlos Abellán, que ademais é comisario da mostra.

Esta inclúe unha serie de paneis informativos sobre a historia daquel camiño de ferro que pretendía achegar Santiago ao mar a través de textos, documentos e fotografías sobre a liña Cornes-Carril e os seus avatares: os distintos tipos de trens e locomotoras que circularon por ela, entre os máis famosos o Tren de Varela ou a Sarita, as estacións primixenias e as actuais e referencias a accidentes máis tráxicos, coma o acontecido en 1952 en Padrón.

La Voz de Galicia