De faraónico puerto fluvial a nada de nada.

Hace ya más de cinco años en Pontecesures se anunció a bombo y platillo la ejecución de un macroproyecto de reordenación, embellecimiento y transformación de la fachada litoral. Se estimaba un desembolso de unos 5 millones de euros para actuar sobre 61.000 metros cuadrados de superficie y “hermanar” todo cuanto representa el río Ulla con su actividad pesquera, el papel de la villa como Porto Xacobeo y su vertiente más industrial.

La integración de la villa en el río con tintes ecológicos, lúdicos y económicos era la clave de aquel proyecto que se consideraba ya el más importante de la historia de Pontecesures.

Un lustro después, y no se sabe si también a causa del parásito conocido como Marteilia que acabó con la producción del berberecho en el Ulla, de aquellos cantos de sirena que iban a transformar la fachada fluvial de Pontecesures ya no queda ni el recuerdo.

Y no solo se ha constatado que las campañas electorales son malas consejeras o que la crisis todo lo puede. También ha quedado patente que no solo no ha mejorado nada, sino que, como parece lógico a causa del paso de los años, la situación tiende a empeorar. Tanto es así que a estas alturas ya nadie parece dudar del declive de ese puerto por el que dicen pasó la barca con los restos del Apóstol; esa zona en la que se descarga la afamada y suculenta lamprea del Ulla; ese lugar de peregrinación marítimo-fluvial donde además practican deporte decenas de niños.

Es necesario que actúen Portos, el Concello o quien le plazca, pero algo hay que hacer ya para adecentar la zona. Ni siquiera es necesario aquel macroproyecto de 2010. Basta con lograr unas condiciones dignas.

Cosas de Roque. Manuel Méndez

Faro de Vigo

Pregunta do PP no pleno sobre pagos a “O Faiado da Memoria”.

NO ANO 2012 O CONCELLO FIRMA UN CONVENIO CON ??FAIADO DA MEMORIA? ONDE SE DOABA MATERIAL GRÁFICO SOBRE A HISTORIA DE PONTECESURES. ACTUALMENTE O BLOG DE ??MEMORIA DE PONTECESURES? A ULTIMA ENTRADA ? DO 4 DE FEBREIRO DE 2014, DENDE ENT?N NADA MAIS SE PUBLICA.

NO PROPIO BLOG FÁLASE DE ??RAZ?NS QUE NON VE?EN A CONTO?? ¿ HAI CANTIDADES PENDIENTES DE ABONAR Á FAIADO DA MEMORIA A FECHA ACTUAL???

El chico de Valga que conquistó Instagram.

Michael Chenlo, de Sete Coros, se ha colado en los premios Bitácoras, la élite de los blogueros españoles.

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Quizás no le suene su nombre, pero hay más de 166.000 personas que lo siguen a través de Instagram, la red social en la que hablan las fotografías. El nombre de Michael Chenlo se coló el viernes en el olimpo de los blogueros españoles de mano de los premios Bitácoras. Formaba parte del trío de nominados al título de «instagramer del año», que finalmente se llevó Nazaret López.

El largo camino
La historia de Michael arranca en Cerneira, una aldea de Valga en la que creció jugando y estudiando, como tienen que crecer los niños. Pasó por las aulas de instituto de Baño e hizo un sinfín de viajes al Conservatorio Histórico de Santiago, donde se graduó en guitarra al tiempo que se sacaba el Bachillerato. Luego llegó la selectividad, y con ella aparecieron las dudas. De todas las opciones que se le presentaron, «lo único que me pareció lo suficientemente curioso fue Sistemas de telecomunicaciones e informáticos, en Pontevedra». Pero, aunque era un estudiante de buenas notas, reconoce que «ya estaba pensando en otras cosas. Tonteaba con la fotografía y con la edición de vídeos». De aquella época son varios lipdubs que grabó con su familia y sus amigos y que «fueron muy vistos en Youtube». Aún no lo sabía, pero Michael ya había elegido su camino. Este cobró forma cuando le dijo a su madre «que me quería ir a Madrid a estudiar cine». Al día siguiente María Chenlo y su hijo estaban en la Universidad Camilo José Cela, entrevistándose con el decano. «Era el primer grado de cine de España, y yo pasaría a ser alumno de la primera promoción de esa carrera», dice.

Y cayó en la Red
En Madrid demostró Michael que no había perdido sus maneras de buen estudiante. Su currículo se salpicó de matrículas de honor, e hizo prácticas «en algunas producciones que no me habría imaginado nunca». Fue ayudante de Pepe Salcedo, «uno de los montadores más importantes de la historia del cine español», y trabajó en varios proyectos que lo llevaron, hasta en cuatro ocasiones, a la gala de los Goya. Al mismo tiempo empezó a experimentar con las redes sociales. «Empecé a usarlas para algo más que para contar mi día a día. Pensé que, si estaba estudiando cine, fotografía, dirección, podía aprovecharlas para mostrar mi punto de vista y e intentar contar algo a la gente». Y a ello se puso. Acabó convirtiéndose en «el chico de las fotos azules». Ese es el color que predomina en sus imágenes, en las que no falta un toque de surrealismo y una dosis perfecta de simetría.

El gran salto
Recuerdo perfectamente el día en que Instagram me hizo usuario sugerido a nivel mundial». Estaba en Londres y sintió un gran orgullo. Acababa de descubrir que su galería, «muy especial para mí y a la que le había dedicado tantas horas», le gustaba, mucho, a mucha gente. A su trabajo también le ha dedicado «muchos kilómetros, porque mis fotos no serían nada sin esos sitios tan increíbles».

El gran viaje
Y ha estado en unos cuantos, créanme. Este año ha recorrido Europa. «Interrail me contrató para hacer una campaña de promoción y, cargado con un macuto de cincuenta kilos y una mochila de cámaras de veinte», hizo un viaje de ensueño por las grandes ciudades europeas, «saltando, literalmente de una a otra». Michael seguirá saltando. De proyecto en proyecto, de idea en idea, esperamos que de éxito en éxito. Porque lo único a lo que no está dispuesto es «a quedarme quieto, a dejar de explorar».

La Voz de Galicia

Lapido: “O Sacho foi moito máis que unha asociación de defensa da cultura”

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Xosé García Lapido

Cúmprense 40 anos da fundación da Asociación Cultural O Sacho en Padrón. A entidade que nacía no verán de 1975, nun concepto político e social onde un encontro de máis de tres persoas podía ser cnosiderado ilegal, converteuse en todo un referente na bisbarra do Sar pola súa defensa da cultura e da lingoa galega ao longo de case dez anos. Con motivo desta efeméride, un dos seus fundadores, o padronés Xosé García Lapido, recompila nunha publicación a historia da entidade. O libro leva por título “Historia da Asociación Cultural O Sacho. Un fito na nosa cultura (1975-1983)” editado polo Instituto de Estudos Irienses preséntase hoxe no auditorio ás 20 horas. Según explica o seu autor, O Sacho foi pionero en moitas cousas comezando pola creación de espazos cidadáns, onde os veciños se organizan para defender os seus dereitos. Neste senso lembra os movementos veciñais impulsados dende O Sacho contra os macroproxectos de celulosas que se querían instalar en Brión e nas Brañas de Laíño. Tamén na impartición de cursos de galego na comarca ou creación de certames literarios para nenos. Pero por riba de todo “O Sacho foi algo máis que unha asociación, foi un espazo de liberdade, un xérmolo de ideas en pro da defensa do idioma, da cultura e do país, nun momento que defender eses valores estaba mal visto polas autoridades. Queriamos ser libres podiamos pensar”, afirma o autor, engadindo que “hoxe son máis necesarias que entón entidades desta índole”.

El Correo Gallego

La tierra de los gigantes del metal.

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El Grupo Quintá. La dimensión económica de esta empresa es evidente. Su propietario, Andrés Quintá, presume tanto del volumen de empleo generado como de la proyección internacional de su trabajo. Baste un ejemplo de su importancia: llegó a fabricar el estadio inaugural del mundial de fútbol de Brasil.

Valga se ha convertido en el gran foco fabril de Arousa Sur gracias, sobre todo, a las grandes empresas del sector del aluminio instaladas en esta pequeña localidad.

Todo empezó allá por los años setenta, cuando el primer bum del ladrillo hizo crecer los ensanches de las principales ciudades gallegas. Aquel ritmo constructivo, que renegaba de lo antiguo y apostaba por lo moderno, exigía ingentes cantidades de aluminio para estructuras, puertas y ventanas. Y ahí entraron en escena los hermanos Quintá. Armados de un instinto para los negocios innegable y echando mano de sus ahorros, eligieron Valga para instalar una fábrica de perfiles de aluminio. Corría el año 1977. Nacía una empresa- ahora desgajada en dos gigantes: Extrugasa y Exlabesa- a la que muchos apuntan como el motor que impulsó el despegue del sector del metal en la zona. Una red que en estos momentos, y según los datos facilitados por la Asociación de Empresarios do Val do Ulla (AEVU), está integrada en toda la comarca por una treintena de empresas de todos los tamaños.

El desembarco de los Quintá en Valga obedeció a dos razones principales, según recuerda Andrés Quintá. Una, que había terrenos disponibles y adecuados a las necesidades de la firma. La otra, la buena ubicación del Concello, situado en un enclave fantástico -a medio camino entre Santiago y Vilagarcía- y magníficamente comunicado. «Pero hai outros municipios que tamén teñen unha situación estratéxica e nos que non se produxo ese éxito industrial», matiza Daniel Seijas, que está elaborando una tesis sobre la industrialización de la zona hace un siglo.

El cambio
«Poderíase dicir que, a partir dos anos setenta, se pechou un ciclo económico no que os sectores chave eran a madeira e empresas derivadas das telleiras, como a fábrica de ladrillos Novo y Sierra», explica Seijas. Esos sectores entraron en crisis y fueron barridos del mapa del Ullán, aunque no de todo. Finsa (Padrón) sigue como buque insignia del sector maderero y Hormadisa (Valga), lleva más de cuarenta años diseñando y produciendo prefabricados de hormigón.

Otra empresa con historia en Valga es Barton. La firma, que actualmente tiene una plantilla de 70 trabajadores, nació a finales de los años cincuenta para fabricar maquinaria industrial. Su fundador, Juan Barreiro, ya exportaba piezas a Holanda y a otros puntos de Europa en los años sesenta y setenta. Medio siglo después, la tercera generación sigue abriendo horizontes y Barton tiene más de seiscientos clientes repartidos por todos los continentes.

Asegura Amador Barreiro, el nieto del fundador, que en la trayectoria de esta empresa poco ha influido la llegada a Valga del bum del aluminio. «Es posible que a raíz de Extrugasa se hayan desarrollado empresas de ese sector, pero no es nuestro caso. Nosotros fabricamos maquinaria, pero sobre todo para el sector de la madera y alimentario. Sí hemos hecho en alguna ocasión maquinaria para el sector del aluminio, pero de forma muy puntual».

El alcalde de Valga, José María Bello Maneiro (PP) tiene claro que el eje Extrugasa-Exlabesa -esta última, pese a haber crecido, y mucho, fuera de la localidad mantiene en esta una factoría con setenta personas trabajando- ha sido fundamental para el florecimiento del sector del metal en toda la zona, donde mantiene un peso específico claro. El mapa del mercado laboral de la Xunta señala que, entre las diez actividades que en el 2014 generaron más contratos en la comarca de Caldas se encuentra, en el quinto puesto, la fabricación de productos metálicos (salvo maquinaria), y en el noveno la metalurgia y fabricación de productos de hierro, acero y otros materiales.

Y eso que la crisis ha afectado a todo el mundo. Lo reconoce Andrés Quintá, responsable del grupo de empresas articulado alrededor de Extrugasa. Sus naves, que están a punto de experimentar un nuevo crecimiento, se extienden en estos momentos sobre 80.000 metros cuadrados, a caballo entre las parroquias de Cordeiro y Campaña. Allí trabajan alrededor de medio millar de personas. Andrés Quintá está orgulloso de la que ha sido la gran obra de su vida, y de que su fábrica haya sido «escuela» para muchos de los empresarios que han ido naciendo en Valga. «A xente que leva a etiqueta de aquí leva cousa boa», sentencia.

Uno de los que lleva esa etiqueta es Juan Castaño. Trabajó durante 16 años en Extrugasa pero luego decidió arriesgarse y montar su propia empresa. No ha pasado tanto tiempo y ODL se ha convertido en toda una referencia en la fabricación de vehículos especiales. De su planta en Valga han salido escuelas móviles para Venezuela, hospitallities como el que acogió a los protagonistas de la final de MotoGP celebrada hace unos días en Valencia, por no hablar de los palcos de buena parte de las orquestas de Galicia, bares móviles y hasta el portalón de una casa. Precisamente, tener una actividad tan variopinta es una de las claves en las que Castaño cifra el éxito de ODL. En eso y en no desatender ningún pedido, por pequeño que sea.

Un perfil marcado
«Os empresarios que temos aquí comparten algo moi especial: están todo o día ao pé do cañón, coñecen ata o último detalle da súa empresa», asegura el alcalde de Valga. A esa tipología, dice, responde también José Sierra, el responsable de Urovesa, la última gran empresa que ha entrado a formar parte de la realidad valguesa. La firma, especializada en la fabricación de vehículos militares, ya está funcionando en las viejas instalaciones de Novo y Sierra. «E xa hai xente do noso Concello traballando alí», dice el alcalde satisfecho.

Pese a presumir de una larga lista de empresas de éxito, Valga sigue siendo una localidad castigada por el paro. Más de medio millar de vecinos están en situación de desempleo, precisamente debido al golpe de la crisis. Con ella cayó el cemento y se resistió el acero, dejando en la cuneta a muchos profesionales que se habían formado en las empresas, pero que carecen de títulos que faciliten su regreso al mercado laboral.

Y eso que Valga es uno de esos lugares en los que, fruto del diálogo entre empresa y Administración, el mapa educativo se ha adecuado a la oferta laboral de la zona. Así, en el instituto de la localidad se imparte un ciclo medio de calderería y soldadura, y uno superior de estructuras metálicas cuyos alumnos han logrado, hasta la fecha, un importante nivel de inserción laboral.

La Voz de Galicia

Valga quiere usar el yacimiento de Agro de Xaz para abrirse al río Ulla.

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El concello trabaja en un proyecto para poner en valor los restos de un puerto romano para el que ya ha solicitado la declaración de Ben de Interese Cultural.

Agro de Xaz se ha convertido en uno de los proyectos favoritos del gobierno local de Valga. Tras el descubrimiento en ese recodo del Ulla de los restos de lo que debió de ser un puerto romano de considerable actividad, el Concello ha estado buscando la manera de conjugar la exploración histórica de ese recinto con su conversión en un bien social y turístico. Se reclamó su declaración como Ben de Interese Cultural (BIC) y se llamó la atención del Ministerio de Fomento para que destinase a este recinto parte del 1 % cultural. El primer asunto aún está en trámite, pero el segundo se resolvió ya en los presupuestos generales del Estado, donde figura una partida de 180.000 euros para el también llamado Mercado dos Mouros.

El Concello está elaborando un proyecto, que ya está bastante avanzado, para poner en valor este recinto. En los prolegómenos de dicho informe, se plantea un reto muy ambicioso: aprovechar esta iniciativa como acicate, al entender que es «una oportunidad única de explotar de una vez por todas las ruta jacobea marítima», sentando las bases de un recorrido histórico que tendría sus extremos en las Torres de Oeste por un lado, y en Iria Flavia por el otro.

El proyecto en el que se está trabajando pivota sobre varios aspectos. En primer lugar, y como no podría ser de otra manera, se esbozan una serie de actuaciones arqueológicas que arrancarían con la limpieza y control de la vegetación en el área del yacimiento, y que darían paso a prospecciones a realizar en el espacio intermareal, y que incluirían trabajos subacuáticos para intentar definir los perfiles del antiguo puerto.

Además de avanzar en el descubrimiento de los vestigios que siguen ocultos, se pretende poner en valor el yacimiento. En este punto, la iniciativa que bosqueja el Concello de Valga tiene en cuenta un doble horizonte: el local y el comarcal. Y en ese sentido, se pretende diseñar un proyecto que se pueda ensamblar, a la perfección, en una futura red que interconecte los yacimientos de interés de toda la zona Ulla-Arousa. La propuesta incluye, por el momento, la construcción de un pequeño edificio desmontable que pueda hacer las veces de centro de interpretación, así como el desarrollo de todo tipo de documentos en diversos soportes -desde una página web a paneles informativos- para divulgar la historia del yacimiento de Agro de Xaz.

Una zona de aparcamiento
El proyecto que se está redactando plantea, también, sobre una cuestión central: la de utilizar este recinto como una forma de abrir Valga al río. El Concello parece estar empeñado en que el Ulla recupere el carácter de vía de llegada de conocimientos y riqueza: lleva años tramitando la construcción de un embarcadero hasta el que puedan llegar catamaranes con turistas, y ahora ha encontrado en el Mercado dos Mouros otro punto desde el que meter los pies en las aguas del río.

En ese sentido se formulan dos actuaciones. Una pasa por recuperar las agras donde, a fuerza de no tener quien las trabaje y las cuide, los juncos se han enseñoreado del paisaje hasta convertirse prácticamente en una especie invasora. Intentar meterla en cintura resultaría fundamental para poder definir el perfil del puerto y, también, para hacerlo visible. Elaborar un estudio de la zona para, acto seguido, proponer rutas intermodales es otro de los asuntos que quiere abordar el Concello, que ya tiene previsto, eso sí, construir una zona de aparcamiento para quienes acudan a Agro de Xaz. Para tal fin se ha elegido el entorno en el que, si los planes del alcalde se cumplen, acabará existiendo un apeadero del tren. Pero ese, claro, ya es otro cantar.

La Voz de Galicia