El gobierno local da de baja la suscripción al diario “FARO DE VIGO”.

Con gran sorpresa conoce la ACP la triste noticia de que el Concello de Pontecesures dio de baja, para 2014, la suscripción a este diario decano de la prensa gallega que se recibía todos los días en la Casa Consistorial y pasaba a la biblioteca municipal para su consulta por los ciudadanos.

Este gobierno local que padecemos ni siquiera respeta una decisión adoptada hace muchísimos años. Se trata probablemente de la suscripción más antigua y este medio de comunicación siempre estuvo muy vinculado al concello, a su historia y a los vecinos de esta villa.

No sabemos a que se debe esta lamentable decisión pero tenemos la impresión de que no es un simple recorte más de 350 euros anuales. Hay algo más que debe explicar el ejecutivo.

Sea como fuere, podemos observar como, con estas medidas, el gobierno local arremete contra la educación y la cultura. Pasito a pasito, acaban con todo. Con impotencia, los vecinos observamos que desde el 16 de diciembre pasado la biblioteca municipal permanece cerrada para disgusto de muchos usuarios. Ahora nos vienen con la anulación de la suscripción al periódico decano de la prensa gallega.

Donde no hay recortes en en los sueldos de los tenientes de alcalde; siguen cobrando los tres. Los recortes para todo lo demás, pero ellos son intocables a pesar de que el vecindario considera innecesario que haya tres concejales cobrando en Pontecesures. Todos los meses nos cuestan estas 3 dedicaciones, por 5 horas diarias, un total de unos 5.350 euros, y unos 9.250 en los meses de junio y diciembre, con motivo de las pagas extraordinarias (en ambos casos se incluyen los sueldos y las cotizaciones sociales). Pero ellos a lo suyo.

Pontecesures, 08/01/14
Luis Ángel Sabariz Rolán
Concejal de ACP Pontecesures

El agua se ceba con Valga.

La recta de Campaña amaneció ayer convertida en un río. No fue gracias a la magia de los Reyes, si no fruto de una noche de temporal, de una tierra ahíta de agua y de la marea alta. Todos esos factores se sumaron para desatar un infierno que cogió a muchos metidos en cama. «Nós estabamos durmindo. Chamounos unha veciña e xa tiñamos a auga dentro da casa», explica Gerardo. El agua entraba en su vivienda por la puerta que da a la carretera general y salía por la de atrás, hasta una huerta que ayer a primera hora de la tarde continuaba bajo el agua.

La suya no es una historia única: fueron muchas las viviendas que, situadas al pie de esa carretera, se vieron afectadas por el desbordamiento del río Valga. Y eran muchos los propietarios los que ayer por la tarde no se separaban del teléfono, dispuestos a llamar a Protección Civil en cuanto la situación hiciese amago de volver a complicarse.

Durante toda la mañana, unos 16 voluntarios y el personal del grupo de emergencias trabajaron sin descanso contra el agua. A las ocho y media de la mañana cortaron el tráfico en Campaña (así estuvo hasta las 14.30) y se dedicaron a achicar garajes y construir barreras de contención ante la puerta de varias viviendas. «Hai que darlles as grazas porque non pararon. Ata foron á ferretería e trouxeron sacos e area para facer barreiras, e estiveron toda a mañá ao pé do cañón, e o alcalde tamén», señalaba Pilar. En su sótano el agua causó estragos, aunque menos de los que podrían haber sido ya que la maquinaria y otros elementos costosos se guardan en alto. Es la herencia de tiempos pasados en los que las inundaciones eran frecuentes.

Cándida vive en la que, hasta hace unos años, era la zona cero de las enchentas. Pero desde que se hicieron obras en la mejora del cauce, ella y su familia se habían olvidado de las inundaciones. Sin embargo, esta vez el agua ha vuelto a sus propiedades, inundando una vivienda y arrasando máquinas y electrodomésticos. Cándida tiene claro por qué ha pasado esto, por qué ha tenido que caminar con el agua hasta la rodilla por su huerta: por las obras que hace unos años se ejecutaron en la carretera. La elevación del asfalto, la construcción de muros y unas canalizaciones insuficientes, dice, los han llevado de vuelta a un pasado que creían superado. Ahora toca, dicen, volver a preocuparse cada vez que llueva con intensidad.

Historias como la de Cándida se repiten en buena parte de las casas que flanquean la carretera que une Vilagarcía con Pontecesures a su paso por Campaña. En algunos casos, como el de Magdalena, la aguada mañana de Reyes ha dejado una pérdida dolorosa: en la inundación falleció una de sus mascotas, un york shire que no fue capaz de escapar cuando el agua comenzó a subir a toda velocidad en la huerta. A primera hora de la tarde, su finca -como las demás de la zona- seguía cubierta por una buena capa de agua. En el patio, sobre el suelo, se veían muchos juguetes empapados. «Fúmolos pescando cos rastrillos», explica Magdalena, preocupada por saber cómo estarían, al otro lado de la inesperada laguna, las cosechas de patatas y todo el material que guardaban en un alpendre.

Cerca de allí, en otra de las viviendas afectadas, Luciana parecía no sentir el frío de la tarde: temía que su sótano volviese a inundarse. Ya se había anegado por la mañana -Protección Civil estuvo durante horas achicando agua-, mojando la leña acumulada y convirtiendo en chatarra la minimoto, la lavadora y las bicicletas que allí guardaban. «Nos sentíamos impotentes porque no podíamos hacer nada. Todo era agua», explicaba esta mujer. Lo peor fue tener que ocultar la preocupación y el miedo a su hijo, de cinco años. «Tuve que sentarme con él a abrir los regalos, como si nada pasase. Luego lo mandamos a casa de los primos», señala Luciana.

Pero aunque en Campaña los problemas se multiplicaron, no fue este el único rincón del municipio en el que los vecinos sufrieron los excesos del agua. En el lugar de O Souto, Estrella revivió los años en los que las crecidas inundaban su casa con cierta frecuencia. Afortunadamente, las barreras que coloca en el portalón y en la puerta principal de su vivienda cada vez que la lluvia arrecia fueron suficientes, esta vez, para evitar que la inundación arrasase muebles, electrodomésticos y todo lo demás, tal y como pasó hace siete años. Desde entonces, narra aún emocionada por el ajetreo de la mañana, «non volvéramos ver correr a auga pola aldea ata hoxe».

Corrió también el agua por Senín y Louro -el río Louro también se desbordó-, por O Forno, O Souto, Devesa y O Carballiño. Huertas y tierras de cultivo permanecían a media tarde cubiertas de agua. Como cubiertos de agua estuvieron también los pasos a nivel que existen en la localidad, motivo por el que permanecieron cerrados al tráfico.

La Voz de Galicia

La firma que se cocinó en Casa Castaño.

Eugenio Escuredo era un emprendedor nato. Vigués de nacimiento, llegó al Baixo Ulla para ponerse al frente de una fábrica de ladrillos de Campaña. Pero los ladrillos no colmaban sus inquietudes artísticas, así que en 1925 construyó un horno en O Cantillo, contrató a un artesano portugués y trazó las líneas maestras de la Cerámica Artística de Pontecesures. Cuando su proyecto apenas estaba esbozado, el industrial Escuredo conoció a un Francisco Asorey que ya había empezado a saborear las mieles del éxito. Algunas de sus esculturas más emblemáticas -A Naiciña, O Tesouro-, pasaron de la piedra a la arcilla y entraron a formar parte de la historia de la cerámica gallega.

Escuredo, orgulloso de aquellas primeras piezas y de su acabado en mate, se lanzó a venderlas por todo el mundo. Con ellas conquistó Cuba y toda aquella América llena de emigrantes. Pinchó, eso sí, en Europa, donde nadie parecía entender el encanto de una joven campesina con un ternero en brazos.

El relevo

Pero en 1926, Escuredo decidió abandonar su aventura cerámica. La historia habría terminado ahí si no fuese porque Ramón Diéguez, el propietario de las Caleras del Ulla, decidió lo contrario. Era este hombre uno de aquellos personajes lleno de ideas y energías que poblaban la pujante Pontecesures de hace cien años. Se encontraba con sus amigos en Casa Castaño, en un reservado en el que se hablaba de cultura, de política y de lo que hiciese falta. Es fácil imaginarse a Ramón Diéguez consultando con los demás tertulianos su idea: la de tomar las riendas de la empresa que había fundado Escuredo. Negoció con este el traspaso de los moldes de la Cerámica Artística y refundó la experiencia. Nacía así, en una etapa en la que se buceaba en los castros para encontrar los orígenes de Galicia, la Cerámica Celta.

Los talleres en los que se producía la cerámica se instalaron en Porto, donde funcionaban los hornos en los que se cocía la cal y en los que se fabricaba la histórica piedra «Pote», con la que en casi todas las casas se limpiaban las cocinas de hierro. Hasta aquellas dependencias viajaban con frecuencia Castelao y Maside, cuya colaboración en el diseño de piezas y decoraciones llevó a la firma a una etapa de gran esplendor. Luego llegó la guerra, y con ella, el lento ocaso de la Cerámica Celta.

La Voz de Galicia

Contestación a Roque Araújo sobre las actividades de prevención de drogodependencias.

Afirma hoy el concejal de educación en los medios que hubo más de 40 sesiones en 2013 organizadas por su departamento con alumnos del CPI Pontecesures en materia de prevención de drogodependencias, acusa a los miembros de la oposición de mentirosos e irresponsables por difundir noticias falsas y desconocer la actividad de su concejalía, “presume” de que se ha conseguido una importante subvención para desarrollar el Plan de Prevención de Drogodependencias, junto con Catoira y Caldas de Reis y, por último, anuncia unas charlas con padres sobre esta materia para los primeros meses de 2014.

Pues bien; se contesta lo siguiente:

1. Como en abril de 2013 se firmó un convenio entre los concellos de Catoira y Pontecesures para organizar actividades de prevención de drogodependencias y nuestro concello aportó 1.600 euros, en el pleno de 18/12/13 se le preguntó a Roque Araújo que actividades se habían organizado. Sorprendentemente el concejal de educación manifestó que no sabía.

2. Días después nos viene ahora hablando de las actividades en las aulas. Esta actitud impresentable nos demuestra que el primero que desconocía las actividades de su departamento era él. Ni siquiera conocía a finales de año lo que se había organizado en el ejercicio. ¿Cómo en el máximo órgano del ayuntamiento muestra este desconocimiento un concejal con dedicación exclusiva que pagamos todos y hace este ridiculo?. Esto es especialmente grave y más en Pontecesures con un concejal de educación cobrando (el único en toda la historia del municipio) cuando solo tenemos un colegio en la villa.

3. La oposición no mintió, la oposición lo que no tuvo fue información alguna del responsable de educación de unos actos en el colegio que, por lo que se aprecia, tuvieron una nula difusión. Además no se organizó, al parecer, acto alguno en materia de drogodependencia con los padres y madres como se hizo siempre durante muchos años.

4. La ACP siempre se felicita de que se consigan ayudas para organizar actividades en Pontecesures y es una buena noticia la concedida a Catoira, Caldas de Reis y Pontecesures para desarrollar el Plan de Prevención de Drogodependencias, pero que no “presuma” tanto el Sr. Araújo. Durante muchos años este municipio, junto con los de Catoira, Valga, Padrón, Rois y Dodro, desarrollaron un plan muy bien valorado y que obtuvo distinciones de varios organismos. Y hubo muchos concejales de educación de Pontecesures que se implicaron en el desarrollo del mismo pero con una gran diferencia; no cobraron ni un euro por su trabajo desinteresado, mientras el actual concejal de educación cobra su sueldo todos los meses.

Pontecesures, 29/12/13

Luis Ángel Sabariz Rolán
Concejal de ACP Pontecesures

A vueltas con el Paseo del Espolón.

juans

 

El pasado mes de abril se conmemoró el cincuenta y cinco aniversario de la inauguración de un monumento a la poetisa Rosalía de Castro sufragado por la colectividad padronesa en Uruguay. Un año después, en 1958, Galicia toda consagraba en el mismo lugar al egregio Ramón Cabanillas como Poeta da Raza.

Ambas celebraciones, felizmente recordadas este año, se traen aquí a colación como dos claros ejemplos de la relevancia que para la villa de Padrón tuvo en el pasado y mantiene en el presente su paseo del Espolón, engrandecido aún más ahora con la efigie del Nóbel Camilo José Cela.

Lugar de concentración de ciento y un actos de afirmación de lo gallego, incluso en los tiempos de la ??longa noite de pedra??, “esbelta imagen de plátanos abovedados” como le canta Fernando Castaño, el Espolón está tan identificado con la villa que le acoge, que no hay visitante que no relacione ambos y, con ellos, la gloriosa historia local.

Ahora, una tan precipitada como mal gestionada actuación municipal no hace sino añadir error sobre error a un paseo que bien merece, por historia, belleza, armonía y simbología mejor suerte que la que le depara un equipo de gobierno instalado en la chapuza. Lo demanda toda Galicia.

Por Juan Salgado.  El Correo Gallego

Las nasas butrón están listas para iniciar la nueva temporada.

Hace ya cinco años el catoirense Miguel Antonio Piñeiro Moure presentaba, junto con Editorial Galaxia, el libro titulado “Lampreas e pesqueiras”, con prólogos a cargo de los cocineros Ferrán Adriá y Juan María Arzak. Esta es solo una pequeña muestra de su extenso trabajo literario en relación con el mundo de la pesca en general, y de la lamprea en particular.

Ni que decir tiene que este periodista y pescador ha prestado especial atención a las pesqueras tradicionales del Ulla, consideradas “verdaderas joyas del tiempo de los romanos (del siglo V antes de Cristo hasta el siglo II después de Cristo)” que no son más que “ingeniosas construcciones formadas por grandes sillares de piedra”.

Las “pesqueiras”, o mejor dicho, esas construcciones de piedra que las forman, “se sitúan dentro del río y se alinean en perpendicular o en oblicuo al curso del agua”, de tal forma que “su estratégica situación provoca la captura de los peces cuando remontan el río”.

En sus publicaciones, Miguel Piñeiro explica que en los pasillos que se forman “entre los bloques, llamados ‘pesqueiro’ o ‘cangalla’ se colocan los ‘copos’ o redes; de este modo, las lampreas que no consiguen remontar la fuerte corriente caen dentro de la red y la fuerza del agua les impide salir”.

El periodista, escritor y pescador catoirense sostiene que “de las milenarias construcciones del Ulla, solo una de ellas, O Canal, está dispuesta en forma de vértice orientado hacia la corriente para desviar el agua a las orillas, donde están las trampas, pero con una vena central que permite el remonte”.

Y aclara que “la concesión para pescar lampreas en las ‘pesqueiras’ del Ulla tiene su origen en un documento fechado en el siglo IX que en actualidad está en poder de la familia Lago de Herbón y que en su día fue interpretado por un fraile del Convento de los Franciscanos situado a escasos metros de la zona lampreeira”.

Queda claro, por tanto, que hay una rica y dilatada historia detrás de esta actividad, que según el propio Piñeiro dispone de las pesqueras mejor conservadas en Areas, Vellas, O Canal, O Plateado, A Trapa y Coqueiro.

Paralelamente, al hablar de otras artes de pesca de la preciada lamprea, Piñeiro resalta que “además de las ‘pesqueiras’ el río Ulla tiene otra técnica de pesca que tradicionalmente utilizan los ‘valeiros’ de Pontecesures, como son los butrones, semejantes a los que se emplean en las pesqueras del Miño; una nasa o red de forma cilíndrica que se dispone en el fondo del río y tiene dos o tres metros de longitud, con un orificio de entrada de unos 50 centímetros y unos aros que van estrechando la cavidad interior, de forma tal que la lamprea que llega al final queda atrapada y ya no puede salir”.

Una lamprea, por cierto, que “es uno de los seres más primarios y menos evolucionados del mundo animal, con la nada despreciable antigüedad de 500 millones de años”, destaca el catoirense Miguel Piñeiro.

 

Faro de Vigo