Primero como concejal e integrante del primer gobierno muncipal de coalición en Pontecesures, y a continuación en su condición de usuario, Luis Sabariz siempre ha defendido la necesidad de mantener las pequeñas estaciones en el trazado del eje atlántico. Y no solo como escalas de un viaje que articula las comunicaciones entre las poblaciones de la fachada atlántica de Galicia, sino también como espacios que deben conservarse en las debidas condiciones. No es, denuncia el exedil, el caso de las instalaciones cesureñas, cuya imagen, en el centro de la villa «resulta lamentable».
Sabariz se detiene en las pintadas que cubren la fachada del edificio hasta el punto de impedir la consulta de los cuadros en los que figuran los horarios del servicio. «Ahora ya se pinta también en el suelo de los andenes con total impunidad, e ignoramos si el ADIF comprueba las imágenes de sus cámaras de seguridad para tratar de identificar a los autores de estos actos de gamberrismo», lamenta, anunciando que ha puesto esta cuestión en conocimiento de la administradora ferroviaria. La zona ajardinada de la estación no se encuentra en las mejores condiciones: «La maleza crece por todas partes y , en contra de lo que se anunció, no se se han recuperado todavía los servicios de trenes previos a la pandemia».
Sabariz plantea una última reflexión al hilo de la llegada del AVE a Galicia y su comercialización» «Se habla de los servicios en las grandes ciudades, de los fondos europeos que se pueden destinar, pero parece que los servicios de proximidad en las pequeñas villas por las vias convencionales poco importan»
La Voz de Galicia