TRIBUNA LIBRE
ROBERTO MARTÍNEZ
MA?ANA COMO todos los años cada 24 de agosto, la parroquia de Santa María la Mayor de Iria Flavia celebra la fiesta de Nuestra Señora la Virgen de Belén, de gran arraigo en la piedad popular de estas tierras desde hace más de trescientos años. En efecto, en el último tercio del siglo XVIII se construyó en la entonces Colegiata de Iria la Capilla del Sagrario, que se abre al crucero de la iglesia por su lado norte, conocida como Capilla de la Virgen de Belén, donde se levantó en ese mismo momento un retablo con la imagen de Nuestra Señora en esta particular advocación. En la cúpula de la Capilla, en cuatro tondos esculpidos en la piedra, puede leerse la siguiente inscripción: ??A expensas de los devotos de Nuestra Señora de Belén?, lo que nos hace pensar que ya entonces la devoción a la Virgen de Belén estaba tan extendida que sus devotos edificaron una Capilla en su honor, que vino a completar el esplendor del magnífico templo iriense, que en sus sucesivas edificaciones fue sede episcopal durante cinco siglos (VI-XI) y después Colegiata hasta 1851. Es incuestionable que Iria constituye uno de los lugares más significativos de la tradición jacobea, en cuyo desarrollo ocupa un lugar trascendental.
Pero este año la fiesta de Nuestra Señora la Virgen de Belén adquiere una relevancia especial por dos motivos de excepcional importancia. En primer lugar la restauración de la imagen de la Virgen en el contexto de las obras de rehabilitación de la Capilla del Sagrario, particularmente de su hermoso retablo, en el que se halla el camarín de la Virgen. La restauración de la imagen, realizada por personal altamente cualificado, ha sido completada la semana pasada, encontrándose ya expuesta a la veneración de los fieles, mientras las obras de intervención en el retablo han de esperar algún tiempo más. En segundo lugar, este año se conmemora un acontecimiento de magnitud histórica: el tercer centenario de la reedificación de la ex Colegiata de Iria. Las obras de construcción de la nueva planta y alzado, con una nueva distribución del espacio, en tres naves con crucero, divididas por pilares cuadrangulares y coronadas por bóvedas, además de la Capilla Mayor, tal y como puede contemplarse hoy, comenzaron en 1698 y concluyeron en 1714, siendo bendecidas el 8 de agosto de ese año por el Arzobispo compostelano Antonio de Monroy. De todo este conjunto destacan también las dos singulares torres de remate escalonado. De la última iglesia medieval, que sustituyó a su vez a otra anterior, tan sólo se conserva la hermosa portada de la fachada principal, de la primera mitad del siglo XV, en cuyo tímpano se representa la Adoración de los Magos, con una curiosa Virgen de la Leche, y la Anunciación, las ménsulas del antiguo coro alto que se conservan en el muro interno y la gótica imagen pétrea de Nuestra Señora, que se encuentra en el camarín del actual retablo mayor, encargado en 1714 por el arzobispo Monroy a Miguel de Romay, el más prestigioso retablista del momento. La conocida como Capilla del obispo de Quito, que se abre al crucero de la iglesia actual por su lado sur, dedicada a San Ildefonso, había sido inaugurada ya el año 1669.
Este año, pues, en la fiesta de Nuestra Señora de Belén, además de presentarse la imagen restaurada de la Virgen se conmemorará el tercer centenario de la reedificación de la iglesia de Iria. Con tal motivo, a las 12.00 h. el arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Julián Barrio Barrio presidirá la celebración solemne de la Santa Misa, seguida de la Procesión, en la que cientos de devotos, acompañarán a la imagen de la Virgen. A las 10.15 h. se celebrará otra Misa y a las 13.30 h., aproximadamente, la tradicional Misa de pastores, en la que participan particularmente los niños de la parroquia, que emulando la escena de la adoración de los pastores en Belén, son presentados a la Virgen que porta en sus brazos al Niño Jesús recién nacido.
El autor es el párroco de Iria Flavia y de Padrón.
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