El alcalde de O Grove presenta el sello de las cartillas para que los peregrinos náuticos obtengan la Traslatio.

Comienza una nueva etapa para la Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla – La peregrinación marítima comienza en O Grove

El alcalde de O Grove, Miguel Ángel Pérez García, presenta el sello que va a utilizar este Concello para marcar las cartillas de los peregrinos náuticos, es decir, los que recorran por mar el trayecto entre el puerto grovense de San Vicente y Padrón, o bien naveguen desde Ribeira hacia la propia localidad padronesa.

Esos viajeros deben pisar al menos dos puertos de los municipios bañados por la ría y el río Ulla, donde se les colocarán sellos como el mostrado ayer por el regidor grovense. Y en cuanto culminen la travesía podrán optar al diploma Traslatio, que es el equivalente náutico de la Compostela que se entrega a los peregrinos terrestres.

Todo esto, como se explicó en tantas ocasiones anteriores, es una propuesta surgida del Club Náutico de San Vicente de O Grove y del Concello de Padrón que hizo suya la Fundación Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla, que con este diploma encuentra un aliciente añadido para potenciarse y, sobre todo para dar a conocer la vertiente más espiritual y turística del trazado marítimo-fluvial por el que, según cuenta la leyenda, fueron trasladados hacia Iria los restos del Apóstol Santiago.

El alcalde grovense no solo presenta el sello, sino que da a conocer los nuevos folletos informativos sobre la Ruta Xacobea. En ellos se explica que ésta “conmemora el último tramo de la travesía marítimo-fluvial de la barca apostólica acontecida en el siglo I de nuestra era desde la ciudad de Jaffa, al Sur de la actual Tel Aviv (Estado de Israel), surcando las aguas del Mediterráneo y Atlántico para adentrarse en las costas de la ría de Arousa y de la península de O Grove -en aquel tiempo conocido como San Vicente de los Groves-, pasando frente al Castriño (yacimiento arqueológico de Adro Vello)”.

Aquella barca “prosiguió su singladura por la ría de Arousa hasta introducirse por el cauce de los ríos Ulla y Sar, arribando al puerto de Murgadán (Iria), donde se amarró al ‘Pedrón’, un ara romana que actualmente se conserva en la iglesia parroquial de Santiago de Padrón”.

Dicha barca “traía en su viaje el cuerpo decapitado del Apóstol Santiago, acompañado por su dos discípulos. Teodoro y Atanasio; iconografía que se representa tanto en la moneda aparecida en la necrópolis de Adro Vello como en el sello municipal del Concello de Padrón”.

La Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla es, según se recuerda ahora, “una iniciativa nacida en el año 1963, luego de su presentación ante la Asamblea Provincial de Turismo celebrada aquel año en A Toxa”.

Reconvertida ya en Fundación, “es la única entidad que oficialmente conmemora la Traslación del Apóstol Santiago desde el puerto de Jaffa hasta Iria Flavia”.

A su vez, el Club Náutico de San Vicente de O Grove “recogió la notoriedad histórica de la parroquia, por albergar la necrópolis de Adro Vello, lugar de paso obligado para rememorar la singladura íntegra del cuerpo del Apóstol Santiago por la ría de Arousa”. Así, las instalaciones de Pedras Negras se unieron a la Ruta Xacobea “por ser el primer puerto localizado antes de la necrópolis que se sitúa en la bocana de la ría, añadiendo la participación de la navegación privada mediante la expedición de la cartilla náutica como medio de obtener el documento institucional llamado Traslatio Xacobea, expedido por el Concello de Padrón y la propia Fundación Ruta Xacobea”.

Los peregrinos náuticos van a recibir la “Cartilla de Navegación” en los puertos de salida (O Grove o Ribeira). En esa cartilla, expedida por el Club Náutico, se colocará el primer sello, una vez acreditados los tripulantes y la embarcación. A continuación habrá que conseguir dos sellos más en sendos puertos (uno en cada orilla de la ría o el río), y al finalizar la singladura, ya en Padrón, el peregrino recibirá el sello definitivo.

FARO DE VIGO, 21/06/13

Los peregrinos se alojan en Herbón al modo tradicional.

El albergue del convento de Padrón funciona de junio a octubre.

El hospital de peregrinos del convento de Herbón, en el municipio de Padrón, abrió sus puertas el pasado 1 de junio de la mano de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago (Agacs). El albergue dispensa una «acogida tradicional», de modo que no cobra por el alojamiento, la cena o el desayuno que sirve, pero sí acepta donativos, porque la contribución de cada caminante es «absolutamente necesaria para hacer posible que mañana otro peregrino pueda tener un sitio en el que dormir. No se pide, pero se agradece tu donativo», según recoge una nota informativa en español e inglés.

El hospital, que ocupa una parte del convento de Herbón, abre desde junio hasta el 31 de octubre, de cuatro de la tarde a diez de la noche. Esta temporada, la quinta, ya ha recibido a más de medio centenar de peregrinos, según cuenta la persona que lo atiende hasta hoy, Paco de Valladolid, como llaman a este voluntario responsable del servicio de hospitalidad de la asociación gallega. Cada quince días, el hospitalero cambia de albergue y Paco se marcha hoy del de Herbón.

El 90 % de los caminantes que duermen en este hospital son extranjeros. Y de forma predominante, alemanes que, en su inmensa mayoría, recorren el último tramo del Camino Portugués. La cena y el desayuno se hacen de «forma comunitaria», para lo que el hospitalero despierta a los caminantes todos los días a las siete y veinte de la mañana. La Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago gestiona en las mismas condiciones otro albergue en el municipio de Corcubión.

Antes de la cena de las nueve, los peregrinos pueden visitar el antiguo claustro del monasterio. Además, a las ocho y media de la tarde hay un oficio de vísperas en la iglesia monacal franciscana. Por la mañana se oficia un laudes y se imparte la bendición del peregrino al que así lo desee. El albergue sella las cartillas de los caminantes con dos referencias, la de la Asociación Galega de Amigos do Camiño y otra conjunta con el convento. En este último figura un naranjo, árbol que aparece en un pergamino antiguo del año 1721 que habla de un peregrino carmelita italiano que fue recibido en Herbón por tres frailes que le ofrecieron vino agrio y naranjas del frutal, pero de las agrias, no de las dulces. El año pasado, el albergue dio cobijo de forma tradicional a más de un millar de caminantes.

LA VOZ DE GALICIA, 16/05/13

Funeral por el padronés Antonio Castaño en Arealonga.

castaño

Antonio Castaño tocando el piano, un instrumento al que era muy aficionado.

El funeral por el conocido joyero Antonio Castaño Solar, propietario de la Joyería Castaño Gómez en Santiago, en el número 25 de la calle Montero Ríos, se celebrará mañana a las seis de la tarde en la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Arealonga de Vilagarcía. Hoy sus restos mortales serán conducidos a la misma iglesia, donde se celebrará un acto religioso previo a su traslado al crematorio de Boisaca. Los actos religiosos serán a las cinco menos cuarto de la tarde. Muy conocido en la capital gallega, Antonio Castaño estaba casado con María Rita Gómez Lorenzo, era padre de cinco hijos y tenía también siete nietos. Padronés, pertenecía a una familia muy numerosa, con once hermanos. Uno de ellos es el conocido periodista Pepe Domingo Castaño.

EL CORREO GALLEGO, 16/06/13

La talla de San Francisco del convento de Herbón ??peregrina?? a Asís este año.

La imagen de San Francisco de Asís que atesora la iglesia del convento de Herbón (Padrón) ha sido una de las tallas elegidas para formar parte de la exposición que el Xacobeo organizará en Asís con motivo de la celebración de los 800 años de presencia franciscana en Santiago, bajo la tradición de la peregrinación de San Francisco peregrino a Compostela. La imagen, obra deJosé Ferreiro, yerno y discípulo de Gambino, será adecentada para la ocasión .
La exposición, que está ultimando el Xacobeo y el comisario de la misma, Francisco Singul, se celebrará entre agosto y octubre (la fecha aún no se ha concretado) y estará compuesta por varias imágenes de San Francisco de Asís, pertenecientes a diferentes conventos franciscanos.

EL CORREO GALLEGO, 13/06/13

La fortuna desvanecida de un indiano.

MANUEL VICENTE MOURE BUELA. Hizo fortuna en Coronda (Argentina) y destinó una parte de ella a mejorar las condiciones de vida de su pueblo natal, Pontecesures, pero las cláusulas de su testamento no fueron cumplidas y el Colegio de Artes y Oficios, que había decidido financiar, no llegó a construirse.

Manuel Vicente Moure Buela nació en Pontecesures, el 17 de noviembre de 1860, y cuando era un chaval tuvo que seguir el camino que habían trazado miles de gallegos, el de la emigración. Con 15 años cruzó por primera vez el Atlántico con destino a Argentina, donde no tardó en poner de manifiesto sus dotes como empresario.

En Coronda, una pequeña localidad situada en la provincia de Santa Fe, se hizo con varias explotaciones que se extendían a lo largo y ancho de miles de hectáreas. “Manuel Vicente Moure, Colonizador, Comerciante y Hacendado”, leyeron los vecinos durante varias décadas cuando pasaban por delante de su establecimiento.

El éxito le permitió regresar por primera vez a su pueblo natal en 1905, y también comprobar que había retrocedido en la historia. Pontecesures, pertenecía entonces al municipio de Valga. Trabó amistad con José Novo Núñez que, en 1925, sería su primer alcalde, al igual que con José Antonio Vàzquez Rey, un maestro caracterizado por su gran carisma.

Se vuelta a Coronda hizo varios envíos de dinero para participar en la solución de los problemas más acuciantes, entre los que se incluyó la restauración de la iglesia de San Xulián, que dotó de dos campanas fabricadas en el taller de la familia Ocampo de Arcos de la Condesa (Caldas), con la condición de que “jamás podrían ser trasladadas a otra iglesia”.

BIBLIOTECA. También financió la reparación y ampliación de la escuela y la dotación de una biblioteca. El edificio donde se encontraban fue demolido cuando construída la carretera N-550, en octubre de 1959, y nada queda de sus restos. Manuel Vicente Moure siempre respondió con envíos de ayuda cuando le fue solicitada.

Pero su objetivo más ambicioso era la construcción de la Escuela Graduada de San Xulián. Es lógico, entonces, que no tardara en recibir reconocimeintos públicos, como el de presidente honorario de la Mutualidad Puente del César o del Pósito.

Falleció con 68 años, el 24 de febrero de 1928. La Sociedad de Artesanos, la Corporación Municipal, la Mutualidad Puente del César, el Casino y otras asociaciones del municipio aprueban nombrarlo Hijo Predilecto y solicitar que se le otorgue la Gran Cruz de Alfonso XII. El grupo escolar y la biblioteca fueron bautizados con el nombre del benefactor que había pagado 5.000 libros, un aula de Física y Química y un jardín botánico.

Su testamento había quedado redactado el 4 de enero de 1926 y en este documento figura que es hijo de Manuel Vicente Moure, de Catoria, y María Buela Carlés, nacida en Sorribas, ambos fallecidos y que no tiene hijos.

El declarante expone que posee diversos inmuebles, una casa de negocio “en ramos generales de campaña que tiene establecida con todas sus existencias en mercadorías y cereales” así como ganado vacuno, yeguas, ovejas, y caballos y dos islas.

Además, Manuel Vicente Moure Buela, puntualiza que “tiene créditos y cuentas a cobrar, todo lo cual consta en sus libros y que, por último, son suyos muebles que adornan su casa y los automóviles y vehículos que tiene en sus domicilios”.

Es así como, al no tener heredero, dispuso que “se construya en San Julián de Requeijo, donde nació el otorgante, un Colegio de Artes y Oficios en el que habrá una sección de enseñanza de idiomas como el francés, inglés y otros”.

El filántropo indiano también dejó claro que la gestión del colegio sería del Concello, e hizo una putualización, “esta disposición se hace con la condición de que la liquidación de los bienes, con que debe cumplirse, se lleve a cabo después de pasados diez años”.

Manuel Vicente Moure también determinó que el Hospital de Coronda, la localildad en la que hizo su fortuna, valorada en 1.250.000 pesos, recibiese una parte de ella, sin olvidarse de un hermano y de la iglesia de San Xulián.

Pero sus decisiones no llegaron a convertirse en realidad. “Non cabe dúbida de que Moure foi traizoado por alguén”, mantiene Pepe Dios, el autor del libro “Aquela xente de Catoira”, publicado por Teófilo Edicións, en el que está documentado este reportaje.

A río revuelto, ganancia de pescadores, debió de pensar un individuo llamado Onésimo Casal, que se quiso hacer pasar por su hijo pero no logró convencer al juez que se encargó de tramitar la reclamación, basada en testimonios falsos.

Desde el Concello de Pontecesures también se hicieron mal las gestiones, sostiene Pepe Dios, y los representantes en Argentina de Moure tampoco se privaron de cobrar grandes sumas por las gestiones que, periódicamente, realizaron.

BANCARROTA. De este modo su gran fortuna fue menguando, y quienes se suponían que debían defender los intereses del cesureño de origen catoirés en Coronda se ampararon en la crisis de 1929 para justificar la bancarrota.

Las dos islas, Los Laureles y Ancha, fueron puestas a la venta, comenzó la Guerra Civil en España y siguió el inútil cruce de correspondencia entre las dos orillas del Atlántico, que sirvió para que en Pontecesures supiesen que la herencia se había reducido a 20.972 pesos.

Y ni siquiera ese dinero sirvió para la finalidad a la que lo había destinado el que lo ganó, porque el Gobierno argentino dictaminó que como se había agotado el plazo para reclamarlo, sin que nadie lo hubiese hecho, todo lo que le correspondía a Pontecesures eran 5.000, “en concepto de donativo graciable” que el Concello cesureño rechazó, soliviantado, por la humillación que hubiera supuesto aceptarlos.

A así se convirtió una ilusión, la construcción del Colegio de Artes y Oficios, dotado de aulas de idiomas, en una frustración. Pero el gobierno local no lo olvidó, y en 1971 puso su nombre al parque infantil central, en el que juegan niños y charlan padres que posiblemente poco o nada sepan de Manuel Vicente Moure Buela.

DIARIO DE PONTEVEDRA, 12/06/13