Si hay un ayuntamiento golpeado por la violencia machista en Galicia este año ha sido el de Valga. Cuatro de sus vecinas han sido asesinadas en los últimos meses: María José Aboy, las hermanas Sandra y Alba Boquete, y la madre de ambas, María Elena Jamardo. El recuerdo de todas ellas estuvo muy presente en el acto institucional organizado ayer por el Ayuntamiento en el Centro Ocupacional para Discapacitados (CODI), y en el cual se habló de la necesidad de «construir una sociedad libre de violencias machistas», y de promover «un cambio social urgente en materia de igualdad de género», en palabras de la concejala de Igualdad, Begoña Piñeiro.
El acto de Valga fue a primera hora de la mañana en el CODI, donde también tiene su sede el Centro de Información á Muller (CIM). Además de los representantes municipales, acudieron alumnos de los colegios de Baño y Cordeiro, del instituto de Valga, y de la Escola Infantil Municipal. Cada centro aportó sus propios lemas a la concentración. Así, en la pancarta del colegio Xesús Ferro Couselo podía leerse: «Se me queres, quéreme ben. Non me insultes, non me grites, non me ignores, non me controles». «Se sementas respecto, recolles igualdade», fue el eslogan escogido por el centro de Baño-Xanza.
El instituto, por su parte, echó mano del doble sentido con la frase, «O amor non é a hostia», y los más pequeños, de la Escuela Infantil, lucieron collares con un mensaje contundente: «Non á violencia».
En representación de todos los centros, Ana Castroagudín e Iker Rial, alumnos ambos de sexto de Primaria del Ferro Couselo, leyeron un manifiesto en favor de la igualdad, la justicia y la libertad. «La violencia derrumba nuestra sociedad. Es un problema de hombres, mujeres, niños, personas mayores, de cualquier clase social, cultura o ideología».
Tomaron después la palabra Rosa Crespo, presidenta de la asociación de mujeres rurales Albor, que leyó el poema «Libre», de Judith Bosch; y Beatriz Fernández, que, en representación de todas las valguesas, afirmó que «las mujeres necesitamos ser respetadas, escuchadas y valoradas», rechazando mitos y frases hechas que, según ella, ayudan a perpetuar la violencia de género, como las de «quen ben te quere farate chorar», «no amor hai sufrimento», o la de que «os trapos sucios lávanse na casa».
Marcela Santórum, que es psicóloga del CIM, hizo un llamamiento a la sociedad para que esté alerta y denuncie ante cualquier sospecha o indicio de que pueda estar produciéndose un caso de violencia de género. «La fábrica del maltrato está en las mentes, y por eso es fundamental repetir palabras como respeto o igualdad», concluyó.
La concejala Begoña Piñeiro se dirigió a las víctimas, para decirles que «no sois culpables, no sois las malas, no estáis solas». Para cerrar el acto, Darvin Villar, alumno de la Escuela Municipal de Música, interpretó con la trompeta la melodía «Toque de silencio», como antesala al minuto de silencio que se guardó en memoria de las víctimas del maltrato machista.
Faro de Vigo