La ACP critica que no se cierre el parque infantil por las noches.

PARQUE

En la madrugada del día 6 al 7 de julio, se pudo apreciar la celebración de un «botellón», en el parque infantil «Vicente Moure» situado en las proximidades de la Casa Consistorial.

Este parque infantil, muy concurrido, cuenta con una verja de cierre en todo su perímetro y tiene dos puertas de acceso que, con el gobierno anterior, eran cerradas todas las noches. Ahora, con la desidia que caracteriza al gobierno local, se dejan las puertas abiertas y en la pasada madrugada se celebró allí uno de los «botellones» del fin de semana. No es, desde luego, la mejora imagen para los niños y padres que acuden a diario al parque y más teniendo en cuenta que la instalación no se limpia todos los días.

Para evitar estos «botellones» y para no poner en riesgo los juegos del parque es necesario que se adopten medidas para que el parque sea cerrado todas las noches.

Pontecesures, 07/07/13

Luis Ángel Sabariz Rolán
Concejal de ACP Pontecesures

Luis Sabariz se queja de que hacen ´botellones´ y dejan basura en un parque infantil.

El edil de ACP pide que se cierren por las noches las cancillas del «Vicente Moure»

El concejal de la Agrupación Cidadá de Pontecesures (ACP), Luis Ángel Sabariz pide al gobierno local que cierre todas las noches las cancillas de acceso al parque infantil «Vicente Moure», que está situado junto a la casa consistorial.

Sabariz apunta que este fin de semana se celebró un «botellón» en la zona de juegos. «No es, desde luego, la mejor imagen para los niños y padres que acuden a diario al parque, y más teniendo en cuenta que la instalación no se limpia todos los días».

El edil de la oposición pide que se cierren todas las noches el parque, como se hacía en el anterior mandato, y señala que la práctica del «botellón» y la suciedad que genera incluso puede ser un riesgo para los niños.

FARO DE VIGO, 08/07/13

A Comisión Informativa de Asuntos Xerais analiza hoxe a proposta de adxudicación da gardería municipal de Pontecesures.

Hoxe venres 5 de xullo, ás 13 horas, reúnese na Casa do Concello de Pontecesures esta comisión informativa para tratar da proposta de adxudicación do servizo da Escola Infantil Municipal realizada pola mesa de contratación. Esta comisión está presidida por Roque L. Araújo Rey (PSdeG-PSOE) e tamén forman parte Cecilia Tarela e Margarita C. García Castro (BNG), Juan Manuel Vidal Seage (PP) e Flor Ferreirós Lema (IP).

Catro foron as empresas que se presentaron á licitación e logo da proposta que se emita por esta comisión será a Xunta de Goberno Local, formada só por concelleiros do goberno local, que acorde a adxudicación.

El Náutico de Pontecesures fue el mejor en Lugo.

El Náutico Pontecesures se convirtió en el dominador de la cuarta prueba del calendario de la competición de infantiles, evento que se desarrolló en aguas del río Miño a su paso por Lugo. Los palistas del Ulla fueron el mejor del total de los 29 clubes participantes con una puntuación de 3.349 puntos. La segunda plaza fue para As Torres de Catoira con 3.257 puntos. La representación arousana también contó con la presencia del Breogán de O Grove que fue séptimo (2.222) mientras que el Illa de Arousa (1.944) y el Náutico O Muiño de Ribadumia (1.823) también se colaron entre los diez primeros. El Cambados obtuvo la vigésima posición.

En el K-1 dama infantil B destacó el podio logrado por representantes arousanos. El triunfo fue para la catoirense Rebeca pardo Bouzas tras completar los 3000 metros en trece segundos menos que la cambadesa Tamara Fernández González. A 33 segundos se quedó Antía Naveiro Parada, del Breogán, para ser tercera.

También se registró una victoria de un representante del As Torres de Catoira en el K-1 infantil A, prueba en la que se impuso Anxo Susavila Otero. En la misma categoría, Antía Santiago Alonso (Illa de Arousa) fue tercera en damas. La mejor clasificación en canoa de la representación comarcal fue el segundo puesto con el que finalizó el isleño David Mochales Vigo su participación en el C-1 infantil A.

Por su parte, el Náutico Pontecesures basó la consecución de su primer puesto en los diecisiete barcos que consiguieron puntuar, siendo uno de los clubes con mayor presencia en todas las pruebas que se llevan disputadas del calendario de la Copa Promoción.

FARO DE VIGO, 25/06/13

La fortuna desvanecida de un indiano.

MANUEL VICENTE MOURE BUELA. Hizo fortuna en Coronda (Argentina) y destinó una parte de ella a mejorar las condiciones de vida de su pueblo natal, Pontecesures, pero las cláusulas de su testamento no fueron cumplidas y el Colegio de Artes y Oficios, que había decidido financiar, no llegó a construirse.

Manuel Vicente Moure Buela nació en Pontecesures, el 17 de noviembre de 1860, y cuando era un chaval tuvo que seguir el camino que habían trazado miles de gallegos, el de la emigración. Con 15 años cruzó por primera vez el Atlántico con destino a Argentina, donde no tardó en poner de manifiesto sus dotes como empresario.

En Coronda, una pequeña localidad situada en la provincia de Santa Fe, se hizo con varias explotaciones que se extendían a lo largo y ancho de miles de hectáreas. «Manuel Vicente Moure, Colonizador, Comerciante y Hacendado», leyeron los vecinos durante varias décadas cuando pasaban por delante de su establecimiento.

El éxito le permitió regresar por primera vez a su pueblo natal en 1905, y también comprobar que había retrocedido en la historia. Pontecesures, pertenecía entonces al municipio de Valga. Trabó amistad con José Novo Núñez que, en 1925, sería su primer alcalde, al igual que con José Antonio Vàzquez Rey, un maestro caracterizado por su gran carisma.

Se vuelta a Coronda hizo varios envíos de dinero para participar en la solución de los problemas más acuciantes, entre los que se incluyó la restauración de la iglesia de San Xulián, que dotó de dos campanas fabricadas en el taller de la familia Ocampo de Arcos de la Condesa (Caldas), con la condición de que «jamás podrían ser trasladadas a otra iglesia».

BIBLIOTECA. También financió la reparación y ampliación de la escuela y la dotación de una biblioteca. El edificio donde se encontraban fue demolido cuando construída la carretera N-550, en octubre de 1959, y nada queda de sus restos. Manuel Vicente Moure siempre respondió con envíos de ayuda cuando le fue solicitada.

Pero su objetivo más ambicioso era la construcción de la Escuela Graduada de San Xulián. Es lógico, entonces, que no tardara en recibir reconocimeintos públicos, como el de presidente honorario de la Mutualidad Puente del César o del Pósito.

Falleció con 68 años, el 24 de febrero de 1928. La Sociedad de Artesanos, la Corporación Municipal, la Mutualidad Puente del César, el Casino y otras asociaciones del municipio aprueban nombrarlo Hijo Predilecto y solicitar que se le otorgue la Gran Cruz de Alfonso XII. El grupo escolar y la biblioteca fueron bautizados con el nombre del benefactor que había pagado 5.000 libros, un aula de Física y Química y un jardín botánico.

Su testamento había quedado redactado el 4 de enero de 1926 y en este documento figura que es hijo de Manuel Vicente Moure, de Catoria, y María Buela Carlés, nacida en Sorribas, ambos fallecidos y que no tiene hijos.

El declarante expone que posee diversos inmuebles, una casa de negocio «en ramos generales de campaña que tiene establecida con todas sus existencias en mercadorías y cereales» así como ganado vacuno, yeguas, ovejas, y caballos y dos islas.

Además, Manuel Vicente Moure Buela, puntualiza que «tiene créditos y cuentas a cobrar, todo lo cual consta en sus libros y que, por último, son suyos muebles que adornan su casa y los automóviles y vehículos que tiene en sus domicilios».

Es así como, al no tener heredero, dispuso que «se construya en San Julián de Requeijo, donde nació el otorgante, un Colegio de Artes y Oficios en el que habrá una sección de enseñanza de idiomas como el francés, inglés y otros».

El filántropo indiano también dejó claro que la gestión del colegio sería del Concello, e hizo una putualización, «esta disposición se hace con la condición de que la liquidación de los bienes, con que debe cumplirse, se lleve a cabo después de pasados diez años».

Manuel Vicente Moure también determinó que el Hospital de Coronda, la localildad en la que hizo su fortuna, valorada en 1.250.000 pesos, recibiese una parte de ella, sin olvidarse de un hermano y de la iglesia de San Xulián.

Pero sus decisiones no llegaron a convertirse en realidad. «Non cabe dúbida de que Moure foi traizoado por alguén», mantiene Pepe Dios, el autor del libro «Aquela xente de Catoira», publicado por Teófilo Edicións, en el que está documentado este reportaje.

A río revuelto, ganancia de pescadores, debió de pensar un individuo llamado Onésimo Casal, que se quiso hacer pasar por su hijo pero no logró convencer al juez que se encargó de tramitar la reclamación, basada en testimonios falsos.

Desde el Concello de Pontecesures también se hicieron mal las gestiones, sostiene Pepe Dios, y los representantes en Argentina de Moure tampoco se privaron de cobrar grandes sumas por las gestiones que, periódicamente, realizaron.

BANCARROTA. De este modo su gran fortuna fue menguando, y quienes se suponían que debían defender los intereses del cesureño de origen catoirés en Coronda se ampararon en la crisis de 1929 para justificar la bancarrota.

Las dos islas, Los Laureles y Ancha, fueron puestas a la venta, comenzó la Guerra Civil en España y siguió el inútil cruce de correspondencia entre las dos orillas del Atlántico, que sirvió para que en Pontecesures supiesen que la herencia se había reducido a 20.972 pesos.

Y ni siquiera ese dinero sirvió para la finalidad a la que lo había destinado el que lo ganó, porque el Gobierno argentino dictaminó que como se había agotado el plazo para reclamarlo, sin que nadie lo hubiese hecho, todo lo que le correspondía a Pontecesures eran 5.000, «en concepto de donativo graciable» que el Concello cesureño rechazó, soliviantado, por la humillación que hubiera supuesto aceptarlos.

A así se convirtió una ilusión, la construcción del Colegio de Artes y Oficios, dotado de aulas de idiomas, en una frustración. Pero el gobierno local no lo olvidó, y en 1971 puso su nombre al parque infantil central, en el que juegan niños y charlan padres que posiblemente poco o nada sepan de Manuel Vicente Moure Buela.

DIARIO DE PONTEVEDRA, 12/06/13