Detenido un vecino de Padrón por tráfico de drogas tras una persecución.

Un hombre de 33 años, vecino de Padrón, fue detenido el pasado jueves, 8 de octubre, por agentes de la policía nacional al ser interceptado en la entrada de la localidad de Milladoiro (Ames), cuando conducía a toda velocidad un coche de alta gama.

El detenido llevaba 107 gramos de cocaína, dos teléfonos móviles y 800 euros en efectivo. Fuentes policiales explicaron que agentes adscritos a la comisaria de Santiago tenían montado un dispositivo especial para controlar una zona calificada de punto negro de venta de sustancias estupefacientes y durante el control se percataron de la salida de un individuo sospechoso de tráfico de drogas. Durante el seguimiento policial, el hombre fue aumentando progresivamente la velocidad, presumiblemente para despistar a los agentes. En un primer momento consiguió su objetivo pero, poco después, volvieron a localizarlo adelantando a varios vehículos en línea continua y sin respetar los límites establecidos, lo que suponía un «riesgo para el resto de los conductores», según fuentes policiales. Ante esta situación, los agentes interceptaron el coche en plena calzada a la entrada de Milladoiro, lo que evitó el peligro de accidente de tráfico.

Al verse acorralado, el sospechoso salió del coche e intentó emprender la fuga a pie, pero los agentes le persiguieron y pudieron detenerlo. El individuo fue conducido a las dependencias policiales, donde se instruyeron diligencias, y posteriormente fue puesto a disposición del juzgado de guardia. En el expediente del detenido consta un antecedente delictivo.

La Voz de Galicia

Veinte años desde el último día de alta laboral de la antigua Picusa.

La empresa padronesa cerró en 1995 dejando en la calle a 400 trabajadores.

El pasado 31 de julio se cumplieron veinte años desde el último día de alta laboral de la vieja empresa de pieles y curtidos Picusa de Padrón, después de que esta entrara en suspensión de pagos un año antes, en abril de 1994. Ese último día de alta laboral, los cerca de 400 trabajadores que tenía entonces la firma cobraron 25.000 pesetas cada uno (150 euros), procedentes de la venta de la chatarra, autorizada por el juzgado de Vic, en Barcelona, que se hacía cargo de la gestión de Picusa, tal y como recuerda hoy el que entonces era el presidente del comité de empresa, Xosé García Lapido.

Hacía un año, aproximadamente, que la fábrica de A Matanza «xa non producía apenas nada». La suspensión de pagos cogió de «sorpresa» a los empleados, según recuerda García Lapido, ya que unos meses antes hubo un repunte importante de la producción, con la creación de nuevos empleos y con una «carteira de pedidos moi grande en facturación», dice.

Pero, de un día para otro, los trabajadores se enteraron por la prensa de la suspensión de pagos y de la absorción por parte de Picusa de otra empresa del sector mucho más grande, la catalana Tipel, lo que para García Lapido «foi a ruina de Picusa» que, «antes dun ano deu en quebra». Desde 1994 a 1996, año en el que comenzaron las negociaciones para que el actual titular de la firma, el Grupo Cortizo, se hiciera cargo de la misma, Padrón vivió una época convulsa, «con manifestacións diarias, cortes de tráfico» y otras acciones de protesta para reclamar que la fábrica peletera retomara la actividad.

En esos años hubo un intento entre los trabajadores de crear una cooperativa, que no prosperó, y hubo una renuncia por parte de los mismos a recibir dinero por bienes de la empresa, a cambio de que esta volviera a trabajar. Para Xosé García Lapido, eso fue, precisamente, lo que propició un acuerdo con el nuevo empresario. «Sen esa renuncia, ninguén collería Picusa», dice. En 1996, en una reunión sindical saltó la idea de que un próspero empresario de la comarca, José Manuel Cortizo, se hiciera cargo de la fábrica, al tiempo que el entonces presidente de la Xunta, Manuel Fraga, también ya había pensado en él, según recuerda Lapido. Y así fue, tras varios meses de negociación, en 1997 la empresa retoma la actividad con su nuevo titular y hasta hoy, cuando su producción es internacional.

Motor del empleo
García Lapido tiene claro que «se Cortizo non colle Picusa, estaría pechada», algo que el concello nunca se pudo permitir, añade. «Padrón sen Picusa non era Padrón» porque entonces, añade, la fábrica era «o motor do emprego en Padrón; houbo un antes e un despois do peche da empresa xa que os comerciantes dicían que notaban cando os traballadores de Picusa cobraban», recuerda Lapido.

Y lo que también tiene muy claro veinte años después es que «volveríamos a facer as cousas exactamente igual», en alusión al trabajo del comité de empresa y a las decisiones adoptadas en asambleas. «Os que lle auguraban catro días a nova Picusa, que saiban que leva case vinte anos e non so a fábrica, senón todo o polígono con empresas e non pechou un restaurante, ao contrario, aínda abriu un novo, o que indica que hai actividade».

La Voz de Galicia

Lola Ramos paraliza la denuncia contra Touriño y Feijoo por la Fundación Cela.

Pide al presidente de la Xunta que la entidad de Padrón recupere actividad.

La vecina de Iria-Flavia Lola Ramos ha decidido, en un «gesto de buena voluntad», paralizar la tramitación de la denuncia que, en el año 2012, interpuso contra el expresidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y el actual responsable del gobierno gallego, Alberto Núñez Feijoo, por el «abandono y omisión de ordenar al departamento jurídico de la Xunta» investigar las presuntas irregularidades que, desde el año 2004, esta padronesa venía denunciando en la gestión económica de la Fundación Camilo José Cela.

Los recursos de apelación de la denuncia contra Touriño y Feijoo se encuentran ahora en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Lola Ramos envió el 31 de julio pasado, a través de su abogado Xosemaría Rodríguez, una carta al propio presidente de la Xunta comunicándole su decisión, que tomó a la vista de que un juzgado, el número dos de Padrón, tiene en marcha un procedimiento para determinar si hubo o no irregularidades en la gestión de la fundación de Iria-Flavia, como por ejemplo, en la creación de sociedades interpuestas con el fin de ingresar devoluciones de IVA que a la entidad cultural no le corresponderían por ley al ser sin ánimo de lucro. Por esta denuncia ya declararon en calidad de imputados Marina Castaño y Tomás Cavanna, expresidenta y exgerente de la fundación, respectivamente.

En la carta remitida a Feijoo, Lola Ramos le pide que la fundación, que desde el año 2010 es de titularidad pública, retome las «actividades de categoría» que se celebraban en la sede desde su inauguración en el año 1991.

Cursos de verano
Entre ellas, menciona los cursos de verano sobre la obra de Camilo José Cela, cursos que sumaban créditos en la Universidade de Santiago, recuerda la vecina de Padrón. También solicita que la sede de Iria-Flavia acoja otro tipo de actividades, como charlas y conferencias, dado «el buen espacio del que dispone», como el auditorio y otras salas.

«Los padroneses deseamos que la Fundación Cela prospere porque es un honor que un Premio Nobel de Literatura pertenezca a nuestra tierra», cuenta Lola Ramos para quien, en parte, la entidad cultural tiene ahora reducido su fin más bien a «una guardería infantil», en alusión a las visitas de escolares y pocas más actividades que celebra.

A Feijoo, Lola Ramos también le indica en la carta enviada que la Xunta se «preocupe de mandar pintar los balcones» del inmueble (se hizo días atrás), una vez que los «ventanales gozan del más amplio abandono». También le recuerda que en la Xunta «obran más de 400 firmas de ciudadanos de Padrón, solicitando la permanencia del legado de Cela donde él lo donó (Iria-Flavia) y que su fundación funcione adecuadamente».

Finalmente, la vecina de Padrón le pide al presidente que haga saber a través de los medios de comunicación que «aparecieron las múltiples cartas que fui derivando a la Xunta en numerosas ocasiones, solicitando las investigaciones pertinentes».

La Voz de Galicia

Detenidos tres pontevedreses por una veintena de robos en el Deza y el Baixo Ulla.

Fueron pillados in fraganti en Valga por agentes de Lalín que les vigilaban.

La Guardia Civil de Lalín detuvo a tres personas como presuntos autores de una veintena de robos cometidos en las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes en los últimos meses, Las investigaciones fueron llevadas a cabo por el equipo de investigación del puesto principal de Lalín. Los tres fueron detenidos momentos después de que perpetraran, según explican desde el instituto armado, dos robos en sendos bares del núcleo urbano de la localidad de Valga, en la madrugada del día 3.

En ese momento, los agentes intervinieron a los detenidos diferente material y herramientas utilizadas para forzar puertas y ventanas, así como 200 euros que al parecer habían sustraído en uno de los bares.

Los sospechosos llevaban siendo objeto de un especial seguimiento por parte de la Guardia Civil como presuntos autores de los robos que se produjeron en los últimos tres meses en Lalín, A Estrada, Pontecesures y Valga. El objeto de los robos era la sustracción de la recaudación de las máquinas tragaperras y de las registradoras de los establecimientos.

Entre la veintena de robos que se les imputan se encuentran los de bar Jardín y Casa Rodríguez de Lalín, el Mesón A Estrada y Casa Neira, en A Estrada y el bar Potel y el bar Maneiro en Valga.

Los detenidos residen en la ciudad de Pontevedra y tienen antecedentes policiales por hechos similares. Uno de ellos fuera ya detenido hace unos meses por un robo en la gasolinera Galp de Bendoiro, en Lalín, y los otros dos por varios robos en diferentes bares de Lalín. Los arrestados fueron puestos ayer por la mañana a disposición del Juzgado de Instrucción de Caldas de Reis que decretó su libertad con cargos.

Con su detención, la Guardia Civil de Lalín consigue esclarecer una veintena de robos en la zona. En Lalín, alguno de los locales como es el caso del bar Jardín fue asaltado dos veces en un corto espacio de tiempo, aunque en este caso, los agentes barajaban que los autores en cada caso pudieran haber sido distintos, dado que el modus operandi fue diferente en cada caso.

En alguna ocasión se producía más de un golpe la misma noche. De ahí la vigilancia puesta en marcha por los agentes y que permitió finalmente su detención después de que hubieran robado en otros dos bares, en este caso de la localidad de Valga.

El aumento de robos en establecimientos hosteleros en los últimos meses en Lalín llevó a al regidor a solicitar una reunión extraordinaria de la junta de seguridad para intentar atajar estos robos, que le fue denegada. A esta se sumó una reunión con Policía Local y Guardia Civil celebrada a finales del mes de julio de cara a incrementar la colaboración entre ambos cuerpos.

La Voz de Galicia

Cae una banda por robos en bares tras actuar en Pontecesures y Valga.

Un vehículo de la Guardia Civil en la calle San Lois de Pontecesures

Un vehículo de la Guardia Civil en la calle San Lois de Pontecesures

La Guardia Civil de Lalín ha arrestado a tres personas a las que considera supuestas autoras de una veintena de robos perpetrados en las comarcas de Ulla-Umia, Deza y Tabeirós.
Las detenciones se produjeron en la madrugada del jueves, poco después de un robo cometido en dos bares del núcleo urbano de la localidad de Valga.
Al grupo le fue intervenido diverso material y herramientas utilizadas presuntamente para forzar puertas y ventanas, así como 200 euros que podrían haber sido sustraídos de uno de los establecimientos asaltados.
El Instituto Armado seguía la pista de estas personas desde hace tres meses, en los que podrían haber actuado en Valga, Pontecesures, Lalín y A Estrada, siempre en cafeterías, robando las recaudaciones de las cajas registradoras y máquinas recreativas.
Todos los arrestados son residentes en la ciudad de Pontevedra y tienen antecedentes por hechos similares. Uno de ellos había sido detenido hace meses por un robo en una gasolinera de Bendoiro (Lalín) y los otros dos por hurtos en bares en la zona del Deza.
Tras su paso por el Juzgado de Instrucción de Caldas de Reis, los detenidos quedaron en libertad provisional con cargos.

Diario de Arousa

Los cinco imputados por la gestión de la Fundación Cela, citados esta semana en Padrón.

Marina Castaño y Tomás Cavanna declararán el martes, y Dositeo Rodríguez, su hija y José Luis Delso, el miércoles.

La titular del Juzgado número dos de Padrón, María Salomé Martínez Bouzas, tiene citados para esta semana a cinco personas imputadas en el procedimiento abierto por supuestas irregularidades en la gestión económica de la Fundación Camilo José Cela, situada en Iria-Flavia, antes de que fuera rescatada por la Xunta y se convirtiera en pública en el año 2012.

Así, el martes declararán la que fuera presidenta de la fundación y viuda del escritor, Marina Castaño, y el exgerente de la entidad, Tomás Cavanna. Ambos están imputados por posibles delitos de malversación de fondos público, fraude en subvenciones y apropiación indebida.

El miércoles, la jueza tomará declaración al expatrono de la fundación, Dositeo Rodríguez, a su hija Covadonga (la actual directora) y al que fuera secretario, José Luis Delso. Los tres están imputados por un presunto delito de malversación de fondos públicos, por la indemnización por despido que recibió Tomás Cavanna, de 150.000 euros.

La jueza entiende que el despido fue «simulado» para «favorecer económicamente» a Cavanna y se basa en el intercambio de correos que hubo entre Marina Castaño, Covadonga Rodríguez y los otros dos, en uno de los cuales la viuda de Cela justificaba la cantidad del despido en que los «servicios prestados» por Cavanna «le hacen merecedor de una ilimitada generosidad». Con la declaración de los cinco imputados, el juzgado avanza en la instrucción de la denuncia presentada en el año 2012 por la Fiscalía de Santiago contra Marina Castaño y Tomás Cavanna, en principio por malversación de fondos públicos y con base para investigar otros.

El Ministerio Público denunció la existencia de una sociedad privada, Lengua y Literatura, constituida con un 80 % de capital aportado por la Fundación Cela y un 20% por Marina Castaño a través de otra sociedad (Letra y Tinta), que «tenía una finalidad real desconocida, que pudiera encubrir devoluciones de IVA», que en principio no le corresponderían a la fundación, exenta de tributación.

La Fiscalía también denunció gastos privados a cargo de la fundación, financiada en su mayor parte con fondos públicos, como la contratación de un trabajador como ordenanza de la entidad pero que, supuestamente, prestaba sus servicios en el domicilio de Marina Castaño en Madrid. Esta persona, Rubén Darío Vargas, también fue imputada, aunque no está citada a declarar.

La Voz de Galicia