«Agora tócame a min». El polémico caso del gasóil, que sentó en el banquillo de la Audiencia de Pontevedra al alcalde de Pontecesures, Luís Álvarez Angueira, y al trabajador municipal Xurxo Gerpe Jamardo, podría dar un giro de 180 grados tras ocho años de periplo. Minutos después de conocer la absolución concedida por el jurado popular formado casi en su totalidad por gente joven, Angueira anunciaba que está estudiando tomar medidas legales contra los dos concejales que lo denunciaron en el 2006 y que han seguido insistiendo en su culpabilidad desde entonces a pesar de las tres ocasiones en las que el juzgado de Caldas decretó el sobreimiento del caso.
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Hasta el propio fiscal mantuvo en todo momento la falta de pruebas para imputar a ambos acusados un delito de malversación de caudales públicos por el exceso de consumo de combustible achacado a un Nissan Patrol propiedad del servicio de Obras del Concello.
La Voz de Galicia