El promotor cultural Jesús Busto Peteiro, acusado de apropiación indebida y estafa al tratar con el pintor Carlos Bóveda, ya fallecido, la entrega de hasta 118 óleos valorados en 330.400 euros para su donación a museos, ha alegado hoy que él devolvió la totalidad de esas piezas.
En la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, el procesado ha defendido que el artista lo contactó para que diese «a conocer» su obra en España, puesto que él estaba emigrado con su familia en Argentina, y para ello le cedió en varias ocasiones cuadros suyos.
«Surge de él la idea», ha subrayado en la vista oral el hombre que se sienta en el banquillo.
El imputado, para el que la acusación particular pide una condena de diez años de prisión, así como una indemnización, ha explicado que durante casi 20 años intentó promocionar las pinturas de Bóveda, exponiéndolas en galerías y también por medio de la venta directa a particulares.
Y esta fue una relación que, ha testimoniado, siempre funcionó de la misma manera: cada vez que Bóveda y su familia volvían a Galicia se le entregaba el dinero correspondiente a cada exposición o venta, «en sobres y metálico», puesto que en su trato apenas usaban recibo.
De este modo, ha sostenido que nunca tuvieron problemas hasta el año 2004, cuando Bóveda le reclamó sus pinturas, algo que ya habían acordado.
Busto Peteiro ha considerado que el pintor nacido en Padrón (A Coruña) lo «utilizó» como promotor, queriendo que trabajase «gratis» para él, por lo que, en base a su relato, gestionar las pinturas de Bóveda le repercutió «con más gastos que beneficios».
En este sentido, ha contado que las pinturas que Bóveda enviaba desde Argentina llegaban sin enmarcar y debía encargarse él, así como de reservar las salas expositivas, y de pagar los costes derivados de ello, para lo que nunca recibió dinero alguno.
Además, ha destacado Busto Peteiro que en el plano personal, como presidente de la asociación sin ánimo de lucro Fundación O Grelo-Amigos De Galicia, envió 18 inyectables a Carlos Bóveda para combatir el cáncer que éste padecía y que lo llevó a la muerte.
En contraposición a este relato, la acusación ejercida por la esposa del ya fallecido pintor, Sara Paz, ha defendido en sede judicial que fue el imputado quien convenció al pintor para que le entregase siete cuadros en 1993 con la intención de ser donados a diferentes museos de Galicia, de forma que ése fue el inicio de la relación de «pseudo-amistad» entre ambos.
Después, y siempre según Paz, el promotor solicitó al artista nuevas obras para promocionar y vender, sobre las que apenas «rendía cuentas», a pesar de que Carlos Bóveda y ella misma se lo reclamaron «mil veces».
Por ello, Paz ha insistido en que ella tiene registrados todos los pagos realizados por el imputado a favor de Bóveda y ha agregado que en ningún caso éstos «completan la obra» que falta del autor.
Ya en Galicia, y poco antes del fallecimiento del pintor, la familia se enteró de que muchas de las obras que el acusado supuestamente donó a museos e instituciones nunca habrían llegado a su destino, por lo que en 2004 «revocaron» el poder que permitía a Busto «mover» la obra de Bóveda.
Además, se realizó una denuncia para recuperar los cuadros desaparecidos, y sobre este aspecto el imputado sostiene que en 2014 entregó en un juzgado de Padrón los últimos catorce, aunque la familia sigue reclamando más de un centenar.
En la vista también han declarado un comprador de arte amigo de familia Bóveda a quien presuntamente quisieron vender algunos de los cuadros que faltan del autor, y la sobrina de Bóveda, la cual entregó cuadros al imputado a pesar de no recordar ni cuántos ni cuáles: «Entre 20 y 30», ha indicado.
El juicio continuará mañana con las declaraciones de directores de museos de Galicia y entendidos del arte que mantenían relación tanto con el promotor cultural como con el ya fallecido pintor gallego.
El Correo Gallego